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Cuando Liam se acercó antes de partir, me rodeó con sus brazos con fuerza y yo descansé los míos sobre su pecho un instante. Quería pedirle disculpas por el modo en que se había enterado, de todo. No era lo que había pretendido desde el principio. Quería arreglarlo de algún modo pero las palabras no querían salir de donde fuera que estuvieran metidas.
-En diez minutos salimos.-dijo.
-Liam, yo...-musité.
-Sólo dejalo, Max.-dijo apartándose de mí. Alzó a Noah y suspiró.-Vamos. Nos mandaron al nuevo.
Caminé detrás de él y pronto sentí un brazo sobre mis hombros. Volteé y miré a mi hermano antes de negar y alejarme.
-Creo que necesito estar sola.
No aguardé respuesta, aunque sabía que él seguía mis pasos con la mirada. Nadie quería que estuviera sola. Lo entendía. Ahora era una especie de mascota que cuidar de un tipo malo y odiaba eso.
Me senté lejos del bus y sólo miré el alambrado que daba al pequeño arroyo. El agua sucia te quitaba las ganas de intentar meterte siquiera. El barro lo llenaba todo y ese parecía ser un lugar en el que uno podía estar triste y decir que era por su entorno, así que permanecí allí unos minutos más.
-Max, hay que ir al bus.-dijo Liam a mi espalda y me levanté en silencio, mirando fijamente el piso, como alguien a quien acaban de reprender por su mal comportamiento.-Amor, vení acá.
-No quería decírtelo así.-dije entonces, clavando mis ojos en los suyos.-Tampoco lo de Robbie. Creo que todo esto fue un terrible error. Ahora vos estás enojado, Noah está enojado, todos igual. Y es mi culpa.
-Si estamos enojados, Max, y es tu culpa, no hay motivo para que simplemente te alejes. ¿Qué queres? ¿Que él venga? Ponete en nuestro lugar. Max, te amo, a ver si poder entender eso de una vez. Te amo y me parece de muy mal gusto tener que enterarme así de esto.-Liam comenzaba a levantar la voz, cosa que jamás había hecho antes. Retrocedí un paso y le sostuve la mirada. -Algo podría haberle pasado a Noah sólo porque vos no lo dijiste. ¿Ves eso? ¿O estás tan ciega que no podes? -sin poder soportarlo, aparté la mirada antes de dejar caer las lágrimas.- Esto no es un juego. Aprendé a ver las cosas como son. Y ahora subí al bus porque nos vamos.
Lo seguí en silencio sin decir nada y entramos al bus, que era mucho más grande de lo que creí posible. Noah saltó y se aferró de mi pierna. Lo alcé y dejé en brazos de Harry.
-Mami...-dijo pero no pude voltear.
-Perdón, Noah.-musité.-Él va a cuidarte un rato, ¿si?
-Max...-dijo Niall, pero yo simplemente me metí en el baño y lloré hasta que mis ojos dolieron y las manos se me acalambraron por la forma en que me aferraba a mí misma.
-Hacé algo.-escuché que gritaba Noah y me puse de por con rapidez.-Estás lastimando a mamá.
Salí y lo vi parado frente a Liam, completamente furioso. Tenía el cabello sobre el rostro y había lágrimas en sus mejillas sonrosadas. Me aproximé y lo alcé antes de sentarme en la cama. Noah me miraba fijamente hasta que, por fin, me abrazó. Lo hizo con fuerza, ya no era un bebé y yo lo sabía mejor que nadie.
-No llores, mami.-murmuró.
Me incliné hacia adelante, haciéndolo caer en el colchón y froté su nariz con la mía, logrando que ambos riéramos.
-Te amo.-le dije y él volvió a reír.
-Te amo, mami.
-Noah, vení.-dijo mi hermano y yo negué. No quería hablar con Liam, no quería que mi hijo se apartara, no quería o lloraría nuevamente.
-Quiero quedarme con mamá.-dijo él y se aferró a mí.-No voy a ir.
-Está bien, bebé. -la susurré.-Vamos a jugar un rato, ¿si?
A los pocos minutos estábamos dibujando junto a la ventana. Noah reía y reía y eso era todo lo que me importaba. Una mano de posó en mi hombro y una risa de nos unió. Volteé a mirar a Zayn y le sonreí mientras Noah me imitaba.
-Quería saber si era posible que me uniera.-dijo mirando directamente a mi pequeño.
-Sólo si sabes contar cientos.-dijo y yo reí.
-Sabe contar cuentos.-le aseguré y mi hijo asintió.-Creo que estás aceptado.-Noah se acercó más a él y yo le acaricié el cabello con toda la dulzura que cabía en mí.-Quiere que le cuentes uno. Creo que ya es hora de dormir.
Mientras los ojos de mi hijo se cerraban y Zayn seguía sumiéndose en el mundo de fantasías, pude ver el rostro endurecido de Liam reflejado en el cristal. Nos miraba fijamente, iracundo, como si quisiese llevarse a su hijo de allí, pero no hacía nada más que fruncir más y más el ceño.
-Creo que mejor lo llevas a la cama.-dijo Zayn al seguir mi mirada.-Es hora de dormir para todos.
Asentí y lo alcé antes de buscar la que estaba vacía. Era la más grande y sabía que eso le fascinaría a Noah en cuanto lo notara. Detrás de mí, venía Liam. Hizo que pusiera a Noah del lado de la pared y se acostó él en medio. Me quedé tiesa. Estaba apartándome de Noah.
-Liam.-dije y todo lo que salió fue aire de entre mis labios. Su mirada se suavizó y me tomó por la cintura, obligándome a tenderme a su lado.
-Perdón por lo que dije hoy.-dijo buscando mi mirada. Comencé a llorar otra vez, dejando que él me aferre con fuerza.-Amor, ya. No llores. Perdón por lo de hoy. No tendría que haberte dicho eso. Sé que no queres que nada le pase a Noah, sé que también estás asustada, pero es que estoy tan aterrado de que algo malo les pase a los tres. Max, te amo. Sabes que te amo y sólo quiero cuidarte. La forma en la que Noah me gritó hoy... Estabas ahí encerrada y no nos abrías la puerta. Entonces él enloqueció. ¿Y qué si él ya no me quiere?-negué efusivamente aun llorando y busqué sus labios.
-Él te ama.-susurré y dejé que me rodeara con sus brazos y besara una y otra vez mientras todos comenzaban a dormirse.-Y yo también te amo.
-Lo sé.-dijo.-Lo sé.
Y en ese momento supe que miraba fijamente a Zayn.


Pequeña TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora