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Todos aguardaban por subir al bus. Noah corría con su tío Louis. Liam llegó y me abrazó con fuerza, besó mi cabeza y mis labios con suavidad. Sonreí sin apartar la mirada de Noah y dejé que mi cabeza cayera sobre su pecho.
-Tranquila.-dijo.-Él está bien. Nuestro bebé está bien.
-Tendría que haberlo vigilado.-dije y me miró riendo a la vez que Louis lo alcanzaba.-Soy su mamá y no puedo dejar que eso pase. Necesito cuidarlo.
-Mañana cumple tres años, Max. Esto fue sólo un pequeño accidente. No va a volver a pasar. Está bien. Noah está bien. Max, tenes que calmarte porque vas a asustarlo a él.
-Liam.-dije con la voz rota.
-Ya. Mi amor, tranquila. Todo está bien. Estoy acá y Noah está acá.
-¡Mamá!-gritó Noah corriendo hacia mi.-El tío Louis dijo que entren.
-Llegó Zayn.-dijo Liam besándome con suavidad.-Las cosas están algo tensas todavía. Entremos que este enano necesita su siesta.
-Papá.-se quejó.- Ella no se había acordado.
-¿Cómo no me voy a acordar de tu siesta?-reí y besé su mejilla.-Hoy tenemos un largo viaje. Papá ya arregló todo y tenemos que ver cuál es tu cama.
-La de ustedes.-dijo él y miré a Liam. Él rió y me tomó con fuerza por la cintura, acercándose a besarme.
-Tenemos un bebé muy encariñado.-dijo abriendo la puerta.-Y somos unos padres que lo consienten demasiado. Vamos. Date un baño, amor. Yo duermo a Noah.-lo tomó y rió.-Estoy esperando el final del cuento, Noah.
Me quedé sentada en el pequeño baño, escuchando aquella historia de duendes que tanto le gustaba a mi pequeño. Sonreí con suavidad cuando su voz comenzó a apagarse. Noah estaba bien. Él estaba bien y eso era todo lo que importaba.
La puerta se abrió y Liam me miró, ladeando la cabeza con suavidad. Me levantó, dejándome sobre sus piernas y besó mi frente, cerrando ambos brazos en torno a mi.
-Amor, necesito que estés bien.
-Me gusta escuchar la historia.-dije.- Es su favorita. Sólo... Estaba emocionado por contártela.-le sonreí.-Te ama.
-Y yo lo amo a él y a vos. Te amo mucho. Quiero que te des un baño y que descanses.
-Te amo.-dije y lo besé.-Te amo.
-Creo que estás muy cansada.-dijo él con los labios contra mi frente.-Tenes que volver a estar bien, mi vida.
-Tengo pesadillas.-susurré.
-Lo sé. Yo también las tengo.-dijo él y abrió el agua.-Quiero quedarme con vos.
Entré en el agua y tomé su mano con suavidad. Mi propio miedo me había cegado a ver el terror en sus facciones. Él se aproximó y delineé su mejilla antes de besarlo. Sus labios se curvaron y supe que todo estaría bien. Noah estaba bien. Liam estaba bien. Yo estaba bien.
-Tengo mucho sueño.-murmuré y él asintió.
-Lo sé. Hace días que estás cansada, pero sos dura como una piedra y no querías verlo.-reí con suavidad y él empezó a enjuagar mi cabello entre besos y risas.
-Cuando Harry me dijo... Max, nunca pensé que iba a enamorarme así. Nunca creí que fuera a casarme. Nunca pensé que iba a buscar otro hijo. Y todavía no lo puedo creer.-me besó y volvió a mirarme.- Nunca antes esperé sentirme tan bien con alguien, tan contento. -suspiró.- Zayn volvió a la banda y odio eso, ¿bien? Pero no me importa cuando estoy con ustedes. Los amo tanto. Te amo tanto.
Mordí mi lengua con fuerza y sonreí. No debía mencionarle sobre la carta que me había llegado.

Al acostarme junto a Noah, Liam besó mi cabeza y se fue. Prometió volver luego pero, al despertar, sólo estábamos nosotros dos. Noah lloraba abrazado a mi, tomándome con fuerza.
-Shh. Bebito de mami. Todo está bien. ¿Tuviste un sueño feo?-él asintió y besé su cabeza.-Mami está con vos y no va a irse a ningún lado.
Noah no se calmaba. Tomé asiento y lo acuné entre mis brazos mientras tarareaba una vieja canción. Él se llevó el dedo a la boca y cerró los ojos con fuerza antes de dejar de llorar.
Aparté el cabello de su rostro y me aproximé a la ventana, Liam se acercaba con los demás y Zayn. Lucía molesto.
La puerta se abrió con violencia y junté a Noah contra mi pecho. Miré a mi primo y él me hizo una seña para que me metiera en el baño. Iba obedecer pero Liam me frenó. Tomó mi brazo y miró a Noah.
-Louis.-murmuró e intenté cubrir mi brazo.-Tenías razón.-me tomó del rostro con suavidad.-Necesito que hablemos.
-Están todos muy tensos y Noah acaba de tener una pesadilla.-dije. -No creo que sea el mejor momento.
-Yo creo que es el momento justo.-dijo mi primo.
Harry se aproximó y tomó a Noah, quien comenzó a golpearlo. Volví a tomarlo, molesta.
-Noah, ya hablamos de esto.-dije firme.
-Papá.-lloró él tirándose en brazos de Liam.
-Lo sé. Pero Harry no quiere sacarnos a mamá. ¿Vos sabes quién quiere sacarnos a mamá?-asintió y miró mi brazo.
Los ojos se me llenaron de lágrimas y quise decir algo, pero las palabras no salieron de mi boca. Noah lo había visto. Alarmada, miré a Liam y su mirada de suavizó mientras me juntaba a su pecho y besaba mi frente.
-Amor...
-Tendrías que habérmelo dicho. Max, esto es serio. Tu papá quiere verte ahora, tuvimos que encerrarlo. Por Dios, él te lastimó.-miró los dedos marcados en mi brazo y Noah regresó a mi, delineando las líneas moreteadas con cuidado.
-Tío Harry.-llamó y mi amigo se asomó.-Quiero que pegues al malo.
-¿Yo?-preguntó.
-Lastimó a mami y la hizo llorar.-me abrazó.
-¿Vas a hacer las paces con tu tío para cuidar a tu mamá?-preguntó Zayn, de golpe.
-El malo le dijo que iba a llevarme. Mami dijo que me esconda.
Me abracé a Liam y lloré en su pecho mientras Noah me daba besos ruidosos.
-Liam, no quiero que toquen a nuestro hijo.
-¿Y pensas que voy a dejar que alguien lo haga? No, Max. Y tampoco voy a permitir que te lastimen a vos.-me miró y vi que hablaba en serio y que parte de su furia se había desvanecido.-Son mi familia y los voy a cuidar.
-Quiero que, si ves algo sospechoso, nos digas.-dijo Louis y Noah asintió.-Vamos a cuidarte, y a tu mami.
Mi bebito le chocó los cinco y me permití besar su mejilla antes de que fuera a explicarle algo a Harry. Liam rodeó mi cintura y me besó una y otra vez.
-Tu papá te espera.-susurró en mi oído. Miré a Noah.-Yo lo cuido. Amor, quiero que todo esté bien. Hablá con tu papá y, para cuando vuelvas, voy a calmar las cosas.
-Que Noah no le pegue a Harry.-pedí.
-No te preocupes. Creo que el enojo los unió.

Pequeña TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora