6. Temptation

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Marinette se encontraba de lo más divertida escribiendo en su diario. Su sonrisa victoriosa indicaba que ya todo estaba listo.

Por casualidades de la vida, siempre que un akuma atacaba, su prima debía irse. Eso le dejaba una oportunidad con Félix. Ahora tan sólo debía esperar que una persona con tanto dolor apareciera.

Dejó su diario a un lado, viendo el techo. Sentía una necesidad de gritar, de querer golpear a alguien, que alguien le dijera que estaba bien o que está mal. Pero no, estaba sola, caminando a tientas en una oscuridad.

-No debería importarte en los demás, tu sigue adelante- su consciencia se acercó, hasta quedar frente a ella. Acariciando su rostro.

-Tienes razón- ambos se sonrieron.

Hasta que un ruido en su azotea las desconcentro. Marinette tomó un palillo de tejer, como si aquello fuera un arma letal y lentamente salió.

Entre la oscuridad de la noche, vio un bulto que se quejaba. Marinette golpeó al ser con el palillo.

-¡Auch! ¿Sabes que eso duele?- dijo la voz misteriosa.

-¿Quién eres?- su voz sonó firme. Aunque retrocedió cuando vio que el ser misterioso comenzó acercarse. Con terror cerró sus ojos. Hasta que sintió algo cálido en el dorso de su mano.

-Es un gusto conocerla, My Princess- la azabache abrió sus ojos para sorprenderse. Ahí estaba uno de los héroes de París.

-¿Chat Noir?-

-El mismo, el grandísimo héroe de Paris, su sexy servidor- el rubio se acercó, para tener una mejor visión de ella. La chica hizo una mueca, ella sabía que podría convertirse en un akuma, el chico quizás estaba ahí por eso.

-Creo que tienes bastante ego-

-No es ego, es la realidad querida-

-No soy tu querida. ¿Por qué no mejor te vas con Ladybug? Aquí pierdes tu tiempo-

-My princess, está usted muy enojada ¿Siempre ha sido cascarrabias?-

-No pero si un gatito callejero se mete a mitad de la noche en mi habitación me molesto y mucho-

-Pero que linda te ves enojada-

El muchacho comenzó acercarse más, hasta que la acorralo en la pared. Marinette levanto una ceja, como si esperara una acción más por parte de él. Pero tan sólo se quedaron mirando, perdiéndose en aquellos orbes misteriosos y bellos. Pero una explosión proveniente de afuera interrumpió aquella magia.

-Fue un gusto haber allanado tu habitación, no vemos otro día My Princess-

Pero la azabache no le sonrió, solo le despidió con la mano, esperando con desesperación que el rubio se marchara. Porque si otro akuma estaba atacando, eso significaba que su prima se iría y podría estar sola con Félix. No es como si hiciera mucho, pero tan sólo debía hacer pequeños gestos, pequeños detalles, para que el chico no se enterara de la cruel verdad. Quizás era cierto, quizás el rubio la había besado, pero ¿Porque Bridgette no se detuvo? Sabía que su prima era estúpida, aunque no lo creía tanto.

Félix vio cómo su novia un poco asustada veía la dirección hacia donde estaba su prima. Le traía un poco extrañada aquella acción, es como si le temiera a su propia prima.

-¿Estás bien, Brid?-

-Eh...- la azabache no se había dado cuenta de que su novio le había hablado, pero debía aparentar normal- Si, si... tan sólo me tiene preocupada mi prima, está un poco rara-

-¿Rara?-

-Sí, tu sabes, a esas edades les gustan mentir... y bueno me ha dicho una que otra mentira- Bridgette estaba intentando de alguna manera, salver su pellejo. No le apetecía dejar mal a su prima, pero tampoco echaría por la broda tantos años de noviazgo.

-Qué extraño, no conozco mucho de Marinette, pero no parece una mentirosa-

-Bueno, es que- de repente se escuchó una explosión, provocando que la azabache se retirara rápidamente de ahí. Sin antes decirle a su novio que cuidara de Marinette.

El rubio con cierta molestia subió las escaleras, escuchando el silencio del hogar, algo abrumador. Hasta que escucho el agua de la regadera, y la voz melodiosa en el baño. Tentación, una gran tentación para ir al baño y verla desnuda, tentación de querer recorrer su cuerpo con sus manos, tentación de querer besarle. Pero no, no podía, no debía. Así que sin más se alejó del baño para ir a la habitación de la menor, esperando para poder hablar mejor de su estado, para que le dijera si se encontraba bien o mal.

-¿Qué estás haciendo aquí?- la menor traía puesto su pijama de color negro, algo veraniego para primavera.

-Tenemos que hablar-

-¿Hablar? yo no tengo nada que hablar contigo, Félix-

-Pero yo sí, Brid me ha dicho que te has comportado de manera distinta y yo también me he percatado de ello, no soy estúpido. Ahora dime que sucede-

-Pues no sé, pregúntaselo a ella. O espera, apuesto que te ha dejado cuidándome, como siempre-

Y eso era cierto, lo había dejado solo. Pero no la culpaba, después de todo, Bridgette debía salvar París.

-No importa eso, ahora dime que te sucede-

Marinette se acercó a su cómoda para tomar un poco de crema corporal y aplicárselo a la piel, haciendo movimientos circulares muy sensuales, o eso pensó el mayor. Luego la chica fue bajando hasta sus piernas, dando una vista más amplia a su busto. Sin esperar más, el chico se acercó a ella.

-No hagas eso- su voz sonó más ronca de lo normal, excitando más a la menor.

-¿Hacer que?- pregunto con inocencia fingida.

-No te hagas la desentendida, además hay algo que me he cuestionado desde hace mucho tiempo- se iban acercando cada vez, al punto que sus narices se rozaban.

-Dime que es- le susurro con los ojos cerrados, disfrutando de la calidez que transmitía. Una calidez como la de aquel gato negro.

-¿Por qué te quedaste observando cuando estaba teniendo sexo con tu prima?- dijo sin más, con sus manos viajando a la cintura de la menor.

-Porque te veías bien, porque era una situación extrañamente excitante, porque despertaste sentimientos que no conocía, porque por primera vez en la vida desee que Bridgette no existiera para ser yo la protagonista de aquella noche- respondió sin más, para luego posar sus suaves labios sobre los de Félix.

El rubio se sorprendió, sabía que si iba a su habitación, terminaría así. Pero no podía despegarse de aquella calidez que le transmitía la menor, aquello que estaba buscando desde hace tiempo con Bridgette, pero no lo encontraba. Apretó el cuerpo de la menor contra el suyo, para tener un conocimiento más profundo de cada curva que poseía, sus manos viajando por aquel mapa desconocido y sus labios buscando más contacto. Su lengua necesitaba probar la otra, necesitaba conocer aquella cavidad virgen. Quería profundizar aún más el beso, pero la voz de su novia, llegando al departamento, les despertó de aquel idilio.

Marinette sintió como fue empujada, como si ella fuera un veneno recién descubierto. Pero al abrir sus ojos, se encontró con los ojos de horror del rubio.

-Esto nunca paso ¿me oíste?-

Y sin alcanzar a responder, el chico huyo. Porque era un cobarde que no quería aceptar que le gustaba la prima de su novia.

-Estaba seguro que pude haber llegado más lejos que un simple beso- se dijo a sí mismo.

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Se supone que estoy en un hiatus de escritora... pero hay algunas historias que me gusta actualizar sdhkahsdkas 

Y pues... hubo un momento muy inocente por parte del Marichat... Y el Felinette está avanzando más rápido jsadjsa (pensar que ya le tengo el final a esta historia)

Expiación [MLB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora