4. Deception

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Marinette se encontraba en otro mundo, la clase de física se le estaba haciendo muy aburrida. Tan sólo se dedicaba a pensar en los ojos de Félix. "No puedes, es el novio de tu prima" se reprochaba mentalmente, aunque sus ganas por querer aquellos labios era mayor que la culpa.

-Eso es todo chicos, la próxima semana tienen prueba de esta materia-.

La azabache quería llorar, no había prestado atención a clases y Alya no había venido.

-¿Que pasa Marinette?- le preguntó Nino al verla en un estado de depresión.

-Voy a reprobar- dijo con su cara oculta entre sus brazos.

-¿No entiendes la materia?- le preguntó el rubio, sintiendo lástima por su compañera. La azabache le quedo viendo un momento para luego desviar su vista.

-No es eso, es que no preste atención a la clase-

-Si quieres, yo te puedo ayudar-

-¿En serio?-

-Claro, Adrien es el mejor en física-

La chica le agradeció con una sonrisa, mientras se preguntaba si el Agreste de verdad le quería ayudar estudiar. Algo que quería confirmar de a poco.

-¿Te parece si estudiamos en la biblioteca?- preguntó Marinette.

-No... Mucho ruido-

-¿En tu casa?-

-¿Por qué no mejor en la tuya?-

Un pequeño dolor sintió en su corazón. El único motivo por el cual quería ir a la casa de la azabache era porque quería ver a Bridgette, pero ¿por qué?

-Está bien-

Félix le había enviado un mensaje a Bridgette que ese día no iría al departamento. Supuestamente tenía muchas cosas que hacer, pero la verdad es que no quería quedarse solo con Marinette dando vueltas por allí. Él era un hombre fuerte, sin embargo a veces demostraba su debilidad y claro que no lo deseaba así.

-Yo creo que quizás deberías acostarte con ella una vez, para que se te quiten las ganas-

Le decía Claude, palabras crudas pero cierta.

-No voy a engañar a Brid, con su prima-

-Admítelo, hace tiempo que ya no eres tan feliz con ella y la pequeña Marinette te atrajo porque es todo lo que Bridgette no es-

-No es cierto, me gusta Bridgette-

-Exacto, te gusta pero no la amas. Vamos, sería estúpido no ver que te la quieres follar-

-¡Claude!- le regaño por utilizar aquellas palabras.

-Bueno, bueno. Que te la quieres llevar a la cama y hacer unos jueguitos muy excitante-

-No y punto final-

-Bueno no vengas a mí hasta que no le hayas dado un beso a la pequeña Marinette-

El rubio vio cómo su amigo castaño se iba, pensando en que quizás debería cambiar a su confidente. Pero quizás tenía razón, tan sólo era un deseo carnal, si la pequeña aceptara.

-¿En qué estoy pensando?-

No lo iba hacer, tenía una linda novia desde hace seis años. No iba compartir el arte de amar con otra muchacha que no sea Bridgette. Él era un hombre fiel y noble. Nunca iba a engañar a Brid, además que era un caballero, no podía pensar en Marinette de aquella forma.

Marinette llegó a la comodidad de su hogar acompañada del rubio que antes era dueño de sus suspiros. Adrien se le veía bastante emocionado.

-Disculpa por el desorden-

-No hay problema- decía tan cortés como siempre. La azabache asintió y fue a dejar sus cosas a la habitación, dado que quería ver ciertas reacciones de Adrien al ver a su prima llegar, era como colocarlo a prueba.

-No debería hacer esto-

Y era cierto, porque la poca autoestima que se tenía, desaparecía como un espejismo en el desierto. No podía hacer aquello porque estaba segura que tendría un ataque de ansiedad, pero quería ver la verdad con sus propios ojos.

-Vamos a trabajar acá- señaló la mesa del comedor que tenían.

Adrien se sentó en una silla al lado de la azabache y comenzó sus clases particulares. Marinette después de media hora escuchándolo, entendió todo.

-Realmente me fuiste de ayuda, Adrien- le dijo con una sonrisa sincera y el rubio se le quedo mirando fijamente, hasta que se sonrojo.

-No hay problema, me alegro que hayas comprendido- dijo algo apenado.

Pero toda aquella atmósfera de ternura desapareció al ver entrar a su prima Bridgette. Cargada con mercadería. El rubio se levantó rápidamente para ayudarle.

-Hola Brid- saludo Marinette a lo lejos, viendo como Adrien actuaba nervioso y ansioso, caballeroso y tímido.

-Hola Mari, es un gusto verte Adrien ¿qué estaban haciendo?-

-Le estaba enseñando física- dijo el rubio una vez dejado las bolsas en la cocina.

-Ya veo, Félix siempre hacía lo mismo por mí-

La azabache menor vio como el rubio apretaba un poco los labios al escuchar el nombre de su hermano. Era obvio que para Adrien, su prima Bridgette era su primer amor y aquello le dolía.

-Iré a buscar algo- dijo de la nada, desapareciendo por las escaleras. Para sentarse a la mitad de estas, calmando su corazón y su respiración.

-Bridgette necesito decirte algo- se escuchó la voz del chico en silencio.

-Claro, que sucede gatito-

-My Lady, usted siempre me ha gustado más que nadie. Es la mujer más perfecta que pude haber conocido. No me importa que sea la novia de mi hermano, yo la amo más que nadie-

-Adrien, ya sabes que no puedo corresponder a tus sentimientos-

-Lo sé, pero tan sólo quiero intentar algo-.

Marinette bajo rápidamente, tapándose la boca para evitar que sus sollozos fueran escuchados. Las lágrimas caían y no sabía que le dolía, que sintiera pena por ella o por Félix. Porque Adrien Agreste, su hermano pequeño, estaba besándose con su prima.

-¡Bridgette!- le gritó enojada y entonces la chica se separó instantáneamente del rubio, ambos miraban asustados a Marinette.

La Dupain se acercó rápidamente para darle una bofetada al rubio.

-Eres un cerdo ¡Es la novia de tu hermano!- Marinette lo tomó a la fuerza y lo arrastró hasta fuera del departamento, mientras que le lanzó sus pertenencias por la cabeza.

Y luego vio a Bridgette que estaba temblando.

-Yo... yo no quería- decía llorosa

-Cállate Bridgette, lo pudiste evitar y no. ¡Engañaste a Félix!- Marinette estaba furiosa, no iba quedarse callada mientras se cometía una injusticia.

-¡No! ¡Adrien me besó!- dijo más que desesperada Bridgette

-No le eches la culpa, porque fue un error de ambos. Brid, dile a Félix lo que sucedió. O se lo digo yo-

-No puedo-

-Dile, quizás te perdone-

-Prométeme que no se lo dirás-

Marinette vio a su prima con asco y odio. Pero acepto, porque no iba dejar que le rompieran el corazón a Félix Agreste, no como a ella. Porque ya encontraría la forma para que Marinette por fin obtuviera algo que su prima tenía.

-Félix, te prometo que serás feliz-


Expiación [MLB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora