5. Late

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Marinette había llegado al colegio muy enojada. No podía soportar las ganas de querer ahorcar al rubio. Y era claro, nadie podía comprender su odio y dolor. Nadie podía entender lo que era que rompieran tu corazón una y otra vez. No lo toleraba.

Adrien, quien la vio de lejos, se acercó rápidamente. Tenía miedo de que ella cometiera alguna locura. Y sí, tenía miedo de que Félix se enterara de su estupidez, pero es que se sentía impotente al saber que su hermano tenía el corazón de su Lady y también le pertenecía en cuerpo y alma. A él le dolía, pero intentaba superarlo.

-Marinette, tenemos que hablar- le tomó su brazo, pero ésta lo retiró como si tan sólo su tacto quemara.

-No me toques Adrien. Y tampoco quiero que me hables. Te odio, realmente te odio-.

El rubio vio los ojos de Marinette, perdiéndose en aquel brillo de dolor. Nunca antes había reparado en la belleza de estos, pero era tarde. Porque había perdido a la primera amiga.

Marinette entró al baño, intentando mantener la calma. Sin embargo no vio la pequeña mariposa oscura que entraba, la cual se posó en su corazón.

-El dolor del amor, el dolor de no ser querido. Lo comprendo muy bien- dijo una voz aterciopelada.

-¿Quién eres?-

-Soy Hawk Moth, y juntos podemos conseguir lo que quieres-

-No-

-¿No?-

-No necesito nadie más que a mi-

Las compuertas se cerraron, pero el poseedor del Miraculous de la mariposa se encontraba satisfecho. Era un akuma que se volvería muy poderoso con el tiempo.

-Ya verás como se acumulara más dolor en tu corazón, Heartless-

Marinette se extrañó al no escuchar más a aquella voz. Soltó un suspiro y marchó hasta el salón.

Las clases pasaron más rápido de lo deseado. O eso pensó Adrien, sin embargo estaba atento a su compañera, después de que había vuelto del baño se encontraba más pálida.

Y cuando tocaron el último timbre, ella se fue rápidamente. Marinette tenía que actuar normal, como si aquel beso no existiera.

Al llegar a su hogar, la soledad se podía sentir y ella sonrió. Bridgette aún no llegaba. Eso le daba la oportunidad para planear las cosas. Si Félix quería ser feliz, con ella lo podría conseguir.

-¿Y cómo lo harás?- frente a ella había una chica igual a ella, pero su mirada se veía ensombrecida y una sonrisa tétrica.

-Pues... Yo puedo hacerlo feliz, si le doy mi amor-

-Querida, nadie te ha querido ¿Cómo sabrás que le das amor?-

-Tú no sabes-

-Yo soy tú y tú eres yo. Ambas sabemos que esto resultará muy mal-

-Pues ya tendré tiempo de expiar mis pecados-

-Bueno-

-Mari... ¿Con quién estabas hablando?- Bridgette cuando llegó a su hogar, escuchó a su prima hablar y con el corazón en la mano, rezando que no fuera su novio. Hasta que recordó que su tía le había dicho.

"-Nunca dejes a Marinette sola, su mente es más complicada de lo aparenta ser-"

Y ahora lo comprendía, la veía con una sonrisa tierna, pero sola.

-Con nadie ¿Qué vas hacer en la cena?-

-Eh... No lo he pensado-

-Bueno, me voy a comprar algunas telas. Así que nos vemos al rato-

Paso de largo se su prima y Bridgette sintió un escalofrío. Aquello lo sentía cuando se enfrentaba a los akumas.

-No creo... O eso espero- su prima creía que Marinette se dejará poseer por akuma.

Marinette sentía que sus pasos eran seguidos, aquella presencia la iba molestar un buen rato. Al salir de la tienda, las nubes negras desataron su ira y las gotas de lluvia comenzaron a caer. Miro con fastidio todo.

-¿Qué haces acá?- le dijo Félix, con una mirada cuestionante y con un paraguas negro.

-Estaba comprando-

Félix no quería estar con ella, algo le decía que Marinette no estaba como era normalmente. Pero debido a que iba a su casa, sería estúpido no ofrecerle que se fuera con él.

-Vamos-

Marinette le sonrió agradecida y se colocó al lado de él. Tenía unas ganas de preguntarle cómo conoció a su prima, pero cada vez que se acordaba de Bridgette, se acordaba de la traición. Su pecho dolió nuevamente.

Félix vio de reojo a la chica, quien mantenía una mirada baja y triste. Se preguntaba que estaba pasando por la cabeza de la chica. Al parecer no quería regresar al departamento, incluso pensó que se había peleado con su novia.

-¿Quieres acompañarme a la biblioteca?-

-Claro-

Esa tarde la chica conoció la personalidad de Félix, conoció aquel lado amable hacia ella. Vio como aquellos ojos la veían preocupada y al parecer cariño. Marinette se le quedó viendo toda la tarde, detallando su nariz perfilada, sus ojos grandes y hermosos, su piel tersa.

-¿Qué tanto me ves?- le comentó el chico, quien aún estaba leyendo su libro.

-No mucho ¿Es malo querer apreciar la belleza?- un pequeño sonrojo se posó en las mejillas del rubio.

-Quizás, si la belleza que ves tiene dueño- recordándole que era el novio de su prima.

La chica sintió otro pinchazo en su corazón. Y bajo su mirada para seguir leyendo, ya no tenía palabras para seguir luchando aquella tarde.

Fue cuando Félix vio la belleza de la tranquilidad que conseguía con ella. Era una nueva visión de ella, una más madura. Pero no, era novio de Bridgette, no la iba traicionar.

Cuando ambos vieron los colores del cielo, decidieron que era la hora de regresar a la casa. Y esto es lo que quería ver Marinette, la cara de horror de Bridgette al verla llegar acompañada.

-Eres muy cruel- decía su imaginación, la cual estaba a lado de ella. Pero la azabache no contestó, no iba dedicarle hablar a mitad de la calle.

-¡Marin... Fe-Félix ¿Llegaron juntos?- dijo la Cheng al ver su prima y al rubio. Sintió como su corazón se aceleró.

-No te preocupes, aún no le digo- le susurró Marinette, para irse con una sonrisa inocente a su habitación.

-¿Estás bien? Te has puesto pálida- le decía Félix preocupado.

-Si... vamos a cenar-

-¿No vas a cenar con Marinette?-

-Ella querrá comer sola-.

Miedo, odio, dolor y confusión. Los cuatros chicos iban cayendo más bajo, perdiéndose en una oscuridad temible. Pero ¿quién saldrá más dañado?

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Próximo capítulo.

¿prefieren una escena MariChat o FeliNette?

Expiación [MLB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora