1. First time

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Era otro día de escuela, otro día en que la muchacha de cabello azabache y ojos azul cielo soltara un suspiro.

-Vamos, Marinette. No te puedes rendir fácilmente- le dijo su amiga Alya, y es que la morena sabía cómo cada día Marinette perdía el aliento para poder confesarse.

Marinette negó con un movimiento de cabeza y fijó su vista al cielo. Quince años y soltera, destinada a un amor unilateral. Como siempre, la tierna, dulce e inocente Marinette estaría sola. No era tan bella y atrevida como su prima Bridgette.

-No importa, sólo quiero que sea feliz- le contestó finalmente con una sonrisa falsa, como la mayoría de las que últimamente tenía.

-Ay, Marinette. Eres tan buena- decía de modo reconfortante. Esperó que las clases terminarán para ir a la comodidad de su hogar.

Vio por las noticias como los héroes de París eran venerados, y ahí estaba ella con su vida simplona. Sintió un poco de envidia, le gustaría tener la vida que ellos tienen, siempre fabulosa.

-Mari- le llamó su madre -Sabes que saldremos por un mes por la competencia de pastelería-.

Sabine y Tom eran reconocidos pasteleros y panaderos de París, nadie era mejor que ellos o eso tenían que demostrar en una competencia que se llevaría a cabo en Latinoamérica. La azabache pensaba que se quedaría sola, eso algo que le molestó con demasía. Una miscelánea de sentimientos comenzaba a surgir.

-Pero no podemos dejarte sola- confesó su madre finalmente cuando le dio una taza de té

-¿Me van a contratar una niñera?- dijo un tanto asqueada, odiaba que la tratarán como una niña pequeña.

-Tu prima Bridgette te va cuidar. Confiamos en ti, pero tengo miedo de que te suceda algo malo-

Marinette pensó en su prima, una universitaria de veinte años, con muchos amigos, con un talento innato en el diseño y una vida de en sueño. También era una chica divertida y amistosa, la podría soportar por un mes.

-Claro mamá, no hay problema-.

Dando por terminado el tema, al finalizar el día, sus padres fueron arreglar sus maletas. Marinette vio las fotos de Adrien y las sacó para guardarlas en una carpeta. Luego de eso, llamó a su amiga, contándole la nueva situación, de seguro podrían hacer una pijamada.

-Buenas noches, Alya- le dijo la muchacha para ir dormir.

-Descansa, Mari-.

El día siguiente en la escuela paso todo normal, o eso pensó en primera instancia. Cuando Adrien llegó al colegio se le veía más serio de lo normal, su cara denotaba enojo. Nino tuvo la oportunidad de preguntar.

-¿Qué sucede, Bro?-

-Mi hermano acaba de llegar- dijo con cierto asco, cosa que llamó la atención a la muchacha. El impecable Adrien Agreste estaba enojado. No le quiso dar importancia.

-Oye Marinette- le dijo cuando salieron de clases y la azabache se dirigía a su hogar.

-¿Qué sucede, Adrien?-

-Tu... ¿Tu prima va a vivir contigo ahora?- Marinette frunció su ceño, ¿Adrien conocía a su prima? Levantó una ceja escéptica, pero asintió. El muchacho iba preguntar otra cosa, pero la azabache no lo dejó.

-Me tengo que ir, adiós- le dijo algo cortante. La dirección de aquella conversación no le estaba gustando para nada.

Llegó a su hogar y se despojó de sus prendas, quedando en ropa interior, para luego tomar una polera que le quedaba lo suficientemente grande, llegando al borde de sus glúteos aunque se le caía de un hombro, dejando a la vista la piel lechosa de ella. Se soltó su cabello y se acostó en su alfombra, esperando que llegara su prima. Hasta que cerró sus ojos.

-Estoy tan aburrida- dijo antes de caer rendida ante sus sueños.

Sin embargo, cuando dieron las diez de la noche, el timbre le comenzaba a molestar.

-¿Cómo se le ocurre llegar a esta hora?- murmuraba por lo bajó. Sin preocuparse por su apariencia, bajó rápidamente la escalera para abrir la puerta, llevándose una sorpresa.

Estaba su prima, mirándole un tanto divertida sin embargo estaba tomada de la mano de un muchacho, de cabellos rubios perfectamente peinado y ojos celestes intensos. Podía sentir como su mirada la penetraba.

-mierda- exclamó por lo bajó, intentando cubrirse más con aquella polera, fallando estrepitosamente.

-Lo siento por llegar tarde Mari, tenía trabajo-

-No... Te preocupes- dijo desviando su mirada sonrosada.

-Bueno... te presentó a mi novio Félix-.

Expiación [MLB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora