-Esto es totalmente nuevo, los de la Sombra deben de estar haciéndose más fuertes, se están preparando para la batalla.- Me explicó Luke.
-Puedo hacer algo para ayudar- Pregunté señalando con la cabeza a la camilla.
-Sí, sí puedes, además servirá para la prueba para comprobar si eres la Elegida.- dijo Luke entusiasmado.- Ven, te lo enseñaré.
Nos levantamos de los cómodos sillones y salimos fuera de la enfermería.
Luke sacó un papel arrugado de su bolsillo.
-Estos son los ingredientes que hacen falta para la medicina que necesita mi hermano, bueno, más bien lo que creemos que le puede curar.- me informó Luke.- Nos ayudarás con mi hermano y harás la prueba de recolección. Ten, aquí está la lista de las cosas, no te preocupes por saber que coger, te he hecho unos dibujos de cada cosa, lo demás lo sabrás. También vas a necesitar un cuchillo, una espita para sacar la savia y unos bote cita para guardarla.- se agachó y guardó los materiales en una bolsa
Asintiendo cogí el papel y la bolsa donde estaban los materiales guardados y me dirigí hacia el bosque, me giré y vi cómo me iba alejando de Luke el cual se había quedado de pie observando cómo me introducía en el bosque.
Abrí la lista que estaba hecha una pelota dentro de mi mano. Empecé a leer la lista, el primer ingrediente; savia y hoja de abedul, el dibujo era una hoja algo ancha con pequeños salientes a lo largo del canto.
Empecé a buscar por el lugar algún árbol con ese tipo de hoja, al cabo de unos diez minutos encontré un grupo de árboles con ese tipo de hoja, me acerqué al árbol y con un cuchillo corte varias hojas y clavé la espita en el árbol rellenando uno de los botecitos que me había dado Luke.
Lo guardé cuidadosamente en la bolsa y miré el siguiente ingrediente; moras, sabía como eran las moras asique empecé a buscar algún arbusto, encontré uno enseguida y me agaché para coger unos cuantos, en el momento que me agaché noté que alguien me observaba, me giré y visualice unos brillantes ojos, aunque no puede distinguir su color, que me observaban desde un arbusto cercano. En cuanto nuestras miradas coincidieron la persona desapareció silenciosamente.
Yo un poco desconcertada recogí las moras, me levanté y terminé de buscar el resto de los ingrediente, cuando salí del bosque me dí cuenta de que era mediodía, el sol brillaba en lo alto del cielo.
Con la bolsa llena entré en la enfermería y me planté enfrente de Luke.
-Aquí están todos los ingredientes.- dije contenta.
-Gracias.- me sonrío.
Se levantó del sillón y les dió la bolsa a los curanderos. Ellos empezaron a sacar los objetos y a ponerlos encima de la mesa.
-Luke, me ha pasado algo extraño en el bosque.
-¿No puedes estar ni un solo momento sin que te pase nada?- dijo de broma.- Dime que ha ocurrido.
-Cuando estaba cogiendo uno de los ingredientes he visto que alguien me estaba observando.
-Qué extraño, no es normal que hayan entrado en El Bosque más de uno de los de La Sombra en sólo una mañana. Mandaré que vigilen los límites. ¿Me acompañas? Así después podremos ir a comer.
Yo asentí con la cabeza y miré hacia la camilla recordando que Silvia había venido conmigo, pero no estaba.
-¿Dónde está Silvia?
-Se fue al cabo de unos minutos, después de que te marcharas.
Empecé a caminar hacia la puerta, Luke me abrió la puerta y se echó a un lado para dejarme pasar, me paré cuando salí ya que no sabía a dónde debíamos ir.
Luke me adelantó y yo le seguí. Llegó hasta la sala de estrategias y avisó a algunas personas que estaban allí. Al avisar a suficiente personas y comprobar que todo iba como debía de ir caminamos hasta el comedor, estaba hambrienta.* * *
Era de noche, estaba acostada en mi cama intentando dormir, pero no podía, la imagen de esa mirada, aparecía a cada rato en mi mente.
Me senté en mi cama, mirando a la pared como cada día antes de ir al colegio. Me levanté y me dirigí a la terraza, tenía las puertas abiertas y el viento agitaba las cortinas, salí fuera y me apoyé en la pared cruzada de brazos, mirando al silencioso bosque en busca de un poco de paz, empezaba a cerrar mis ojos cuando escuché un sonido, sorprendida abrí los ojos, comencé a busca de donde provenía el sonido, se acercaba pero seguía sin poder saber que hacía aquel sonido, hasta que de la nada apareció un pequeño cervatillo, yo aliviada suspiré y volví a cerrar los ojos. Otra vez un sonido me alertó, pero no le dí mucha importancia, debía de ser otro animal.
-¡¡¡Ah!!!
El grito me sacó de mi aturdimiento y corrí dentro de la cabaña, me vestí lo más rápido que pude y fui saltando, intentando ponerme uno de los zapatos, hacia la puerta, en cuanto la alcancé, la abrí y salí corriendo, paré en seco, alguien me había cogido del brazo.
-¡Déjame en paz!- grité mientras me intentaba librar de la mano que me sujetaba.
-Tranquila Alaia, soy yo.
Me giré, erá Luke.
-Me has pegado un susto de muerte, pensaba que podrías ser alguien de La Sombra - me quejé.
-Sabía que ibas a intentar ayudar.-dijo Luke ignorándome por completo.-Esto es muy peligroso, y más para tí.
-Me da igual quiero ayudar. No soy una niña de cinco años.
-No, pero actúas como tal.
-¿Qué?...-dije dejando de luchar por librame de su mano.
Luke dejó de hacer fuerza para retenerme.
-No quería decir eso.
De una sacudida me libré de la mano de Luke, y entré en mi cabaña sin dejar de mirar a Luke, el cual tenía la mirada clavada en el suelo. Cerré la puerta de golpe y tiré mi chaqueta al suelo indignada. Me apoyé en una de las paredes y me dejé resbalar hasta acabar sentada y miré fijamente a la terraza de la cabaña. Al instante una idea se me vino a la cabeza.
Recogí mi chaqueta del suelo y y unos cuchillos que tenía en la mesilla y salté por la terraza. Caí al suelo y un dolor intenso recorrió mi pierna, me levanté y caminé, estaba bien, no me había roto nada. Recogí los cuchillos y comencé a caminar por el bosque en busca de alguien a quien ayudar.
Seguí andando, me empezaban a doler las piernas cuando escuché otro gritó, corrí hacia donde provenía el sonido pero no encontré nada, de la nada unos brazos me rodearon, y me taparon la boca con un paño húmedo, yo intenté librarme pero empecé a ver todo borroso, mis párpados se cerraban, ya no me podía mover y entonces caí y todo se volvió oscuro.

ESTÁS LEYENDO
La Elegida
FantasyAlaia una chica de ciudad es obligada por sus padres a un pequeño pueblo en medio de la nada, pero acaba siendo menos aburrido de lo que parecía. (menuda mierda de descripción).