El Cosmos de Zaffeth Frobisher

5 Un Tazón Lleno de Aire y Sal para Sazonar

1

Skylar Mirren se miró ante el espejo del baño después de haberse vestido y colocado anti-transpirante, buscaba en su rostro algún signo de una barba no afeitada, un barro o exceso de grasa. Todo estaba bien; estaba listo para salir a la escuela. Bajó las escaleras de su casa y encontró a sus padres desayunando con la menor de las prisas; ya que ambos trabajaban en casa; recibieron a su hijo con los buenos días y le adelantaron un plato con huevos revueltos y tocino frito. Su madre acostumbraba hacer café para todos desde que el chico había cumplido edad suficiente para tolerar la cafeína, y Sky no tenía problema alguno con ello. Ambos padres discutían la practicidad de comenzar a contratar a un par de personas más que les ayudaran con su trabajo: ambos se dedicaban redactar una revista digital de gran popularidad en Little Stohl y el trabajo aumentaba, lo que los tenía de muy buen humor, pero las manos escaseaban; a momentos le pedían ayuda a su hijo con tareas menores, como solicitar los contratos de los patrocinadores (posteriormente enviarlos), encargase unos cuántos días de las redes sociales de la revista o ponerse en contacto con video-blogueros —igualmente con propósitos de publicidad—. Skylar era recompensado con dinero en todas esas ocasiones; sin embargo, a él le gustaba hacer todas esas tareas. Pero ya que la carga de trabajo era mucho más pesada que la de un simple mensajero, entendió por qué sus padres no le habían pedido en esta ocasión encargarse de todo.

Mientras desayunaba y oía a sus padres platicar, Skylar comenzó a pensar en Zaffeth: durante el almuerzo dos días antes, se percató de que el nuevito permaneció un buen rato en silencio, mirando fijamente hacia la mesa donde se encontraba Logan Denbrough. La pequeña historia que le había contado, en la que explicaba por qué Logan parecía tener un problema con ciertos hombres, le preocupaba en gran medida: el chico se había convertido en una versión patética de él mismo y Zaffeth se sentía identificado con eso; Skylar lo había percibido con esa prolongada mirada hacia la mesa del fondo del comedor. No deseaba del todo que Zaff se acercara con Logan y comentara el asunto (sobre todo quién se lo había dicho), ya que la historia carecía de bastantes detalles que Skylar se había ahorrado a sabiendas del tipo de consecuencias que podría tener. Detalles que, se suponía, Logan guardaba celosamente en secreto.

—Ah, hijo —llamó su madre. Skylar le dirigió la mirada y dio un bocado a su comida—. Supimos que han llegado bastantes alumnos nuevos a la escuela.

—Sí... ¿Hay algo malo? —dijo Sky y enseguida dio un trago a su café.

—Uno de esos chicos, ahmm... se apellida Frobisher, ¿lo conoces? —preguntó su padre.

—Sí, he pasado tiempo con él desde que llegó. ¿Sucede algo?

—Es lo que queremos averiguar. Su padre trabaja en la fábrica de Mactipo, ensamblando electrodomésticos —comentó su padre y Sky redujo su respuesta a un ademán para que continuara, no quería exponerlo, pero lo estaban comenzando a hacer sentir nervioso—: Sabes que hacemos un trabajo de investigación a las empresas que nos patrocinan, ya sabes, para que la credibilidad de la revista se mantenga.

—No estás llegando a ninguna parte —sentenció Sky.

—Lo que sucede es que el señor Frobisher tiene un historial un poco preocupante de antecedentes penales.

2

Logan Denbrough salió de su habitación y se encontró con que Clarie aún se encontraba duchándose. Sabía que se le haría tarde para la escuela una vez más, y no era una costumbre que ambos llegaran juntos. Por lo general, Logan llegaba antes. Aún tenía tiempo para desayunar, su madre les había dejado un desayuno sencillo en un sartén tapado sobre la estufa y dinero para el almuerzo. Recapacitaba en los proyectos para su clase de química que todavía no terminaba: había decidido que el proyecto final lo haría en solitario, en lugar de tener un equipo, como estaba previsto; ese proyecto le tomaría mucho tiempo. Mientras comía, se ponía al tanto de las noticias mediante su móvil; no había nada relevante y al desayuno le faltaba sabor. Mucho. Su madre no era exactamente el ejemplo de una ama de casa al ser madre soltera y abogada familiar en un bufet de medio pelo en Little Stohl. En veces se lucía con la comida, cuando tenía tiempo, pero cuando no... daba lo mismo si dejaba un tazón lleno de aire y sal para sazonar. De pronto escuchó que su hermana abrió la puerta del baño y se dirigió al suyo.