Segura entre mis brazos

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El mundo es cruel con uno pero no hay que dejar de sonreír
Anónimo

Trunks se encontraba recargado en la puerta tras la cual podía escuchar sollozando a la chica que minutos atrás había dejado en una fría habitación de hospital.
Cada sollozo que la chica emitía le dolía en lo más profundo de su ser, cada lágrima que ella derramaba caía sobre él quemándolo como el más fuerte de los ácidos, cada tristeza que le fue provocada a esa niña ahora le pesaba a Trunks en lo más recóndito de su conciencia, porque sí, sabía que él era el culpable, y eso nunca se lo perdonaría.
―Pan... ―susurró su nombre sintiéndose indigno de pronunciarlo.
Y el llanto de ella no cesaba, ¿en qué momento la situación se le salió todo de las manos y permitió que su pequeña se pusiera a llorar de ese modo?
―Maldición... ―pensaba. Se suponía que él estaba allí para protegerla, pero por el contrario la había dañado―. Maldición ―se repetía. En ese momento la frustración lo comenzó a invadir. Sentía odio, estaba furioso consigo mismo, furioso por haber provocado el llanto en Pan―. Demasiado tormento está pasando ya como para que encima llegue yo a causarle más dolor ―por un momento pensó que quizá sería lógico alejarse por un tiempo puesto que él sólo le causaba sufrimiento, pero desechó la idea en menos de un segundo, porque no podría, ya no podría vivir sin ella.
Apretó sus puños mientras trataba de calmarse ya que la desesperación lo estaba asfixiando, en eso estaba cuando de pronto se vio sacado de sus pensamientos por un golpe, era un ruido, como de algo cayendo... ¡cayendo!
Con rapidez ―y sin importarle haber sido corrido de allí minutos atrás― entró a la habitación de Pan, se alarmó en sobremanera al verla en el suelo junto a su cama sujetando su mano.
―¡Pan! ―le dijo al tiempo que corría hacia ella con una velocidad sobrehumana.
Pan no le respondió, Trunks la notó entre asustada, enojada y muy pensativa, en parte hasta parecía ajena a la situación. Con delicadeza comenzó a observarla asustado, buscando algo que indicase que se hubiera lastimado, después de todo le había sobresaltado el encontrarla tirada en el piso― ¿Qué fue lo que pasó? ―le preguntó después de un rato y ya más calmado al comprobar que no tenía ninguna herida ni nada serio, al parecer sólo se había tropezado.
Pan no le respondió, sólo emitió un pequeño quejido, como si se estuviese tragando sus propias palabras.
―Tranquila, ven ―le dijo Trunks en un tono tranquilizador mientras se acercaba hacía ella y sujetándola de la cintura la levantaba para sentarla en un sofá que había en la habitación, sin dejar de sostenerla, él se sentó junto a ella mientras con ternura le acomodaba un mechón de su cabello―. Está bien, no pasó nada ―le dijo mientras le acariciaba su espalda y la abrazaba con ternura pegándola hacía él, no le quiso hacer más preguntas, la vio asustada y por lo que la conocía supo de inmediato que no querría decir nada.
―Gracias ―le respondió con timidez Pan, sonrojándose un poco al sentir la mano del mayor posada en su espalda― aunque... pensé que ya te habías ido ―inquirió dubitativa y con un poco de recelo.
Trunks apretó uno de sus puños y con la otra mano atrajo a Pan hacia él.― No ―le dijo con firmeza― no me iré.
―¿Qué? ―preguntó la chica con un tono asustado, en ocasiones, al no poder verlo, no sabía cómo interpretar sus palabras ¡y eso la frustraba en sobremanera!
Viendo su expresión de molestia, el saiyajin habló con rapidez antes de que Pan pudiera objetar algo― Lo siento, pero no me pienso marchar, digas lo que digas. ―pudo ver como la menor fruncía el ceño ― les prometí a tus padres que esta noche yo te cuidaría y no puedo marcharme solamente por un capricho tuyo.
―¿¡Capricho! ―Pensó decepcionada Pan, ¿Acaso él pensaba que sólo significaba un mero capricho para ella?, ¿acaso no se daba cuenta que lograba despertar en ella unos sentimientos de una magnitud inmensa?― Ehmm... T-Trunks ―le dijo después de un rato, dudando si continuar o no― Trunks, lo... lo mejor será que te vayas ―su petición sonó tan falsa y débil, tal vez fue porque ni ella misma creyó lo que dijo.
―No Pan, no. ―volvió a repetirle― Me fui sólo un segundo y ve lo que pasó... ―le dijo refiriéndose claramente a la caída de la menor.
Para Pan eso se sintió como un insultó― ¿Pensará que soy tan inútil que no puedo sin él? ―últimamente su ánimo estaba muy decaído, era como si cualquier cosa la deprimiera con facilidad― ¿por qué? ―se preguntaba constantemente― ¿por qué a mí? ―jamás en su vida Son Pan se había sentido tan vulnerable.
Se quedaron un rato sentados, sin hablar. Pan, cabizbaja, aunque no podía ver a Trunks le agradecía su compañía. Él otro por su parte no podía dejar de mirarla y agradecerle mentalmente por permitirle estar con ella.
Ese hermoso silencio se vio interrumpido por un ruido proveniente del estómago de Pan, que como todo ser viviente reclamaba alimento necesario para recabar energía.
―P-pan perdón, yo, lo siento, debí haberte traído algo de cenar, yo, ahora mismo iré por algo ―dijo Trunks apurado, y sintiéndose pésimo por no haber pensado que era noche y de seguro tendría hambre, ¡cómo lo pudo haber olvidado!
―N-no te preocupes, se supone que la enfermera debió haber traído algo... supongo que lo olvidó ―dijo Pan más calmada, la verdad era que pese al ruido de su estómago ella no se sentía hambrienta.
―No, debí haberme dado cuenta. Lo siento. ―Trunks con delicadeza se separó de ella y se levantó del sofá― iré a buscar algo, vuelvo enseguida, no te muevas de aquí.
―N-no es necesario ―le dijo Pan apenada― la verdad es que no tengo hambre.
―No, peque debes comer algo, tú cuerpo lo necesita, espera, ahora te traeré algo ―dicho esto, le dio un pequeño beso en la cabeza y salió de la habitación con dirección a la cafetería del hospital.
Pan se quedó sentada, sintiendo como el ki de Trunks se iba alejando. Pegó sus rodillas a su pecho mientras se acurrucaba en el sofá, sintiéndose desprotegida, así era cada que se quedaba sola, sin su vista se sentía rodeada de un abismo oscuro enorme, un oscuro abismo lleno de incertidumbre, de una incertidumbre que la asustaba mucho.
Se quedó pensando en su caída de hace rato, ella sólo se había querido parar un rato, para caminar, despejar su mente e ir al baño, pero no calculo bien la altura de la cama y su cuerpo le jugó una mala pasada al no reaccionar a tiempo, en menos de lo que tardó en darse cuenta ya estaba en el suelo tirada y con Trunks a su lado.
―Trunks ―susurró ese nombre que tanto le gustaba. Su cabeza se encontraba dando vueltas, se sentía triste, muy triste; pero también sentía un poquito de emoción al tenerlo cerca, era algo muy lindo pero en parte dolía, sí, sentía una opresión extraña en su pecho, como miedo.
―He vuelto pequeña, te dije que no me tardaría.
En menos de lo que esperaba Trunks estaba de vuelta con ella, le acercó una mesita y él mismo la ayudó a cenar un sándwich y un vaso de leche, le había traído más comida, pero ella no quiso más.
―Deben ser las semillas ―pensó Trunks después de un rato tratando de relacionar las semillas del ermitaño consumidas con anterioridad con el poco apetito que Pan presentaba en los últimos días.
―Gracias... ―fue lo único que dijo la chica una vez que hubo terminado su cena, él también cenó un poco (mucho) ya que había comprado un exceso de comida y bueno... para que negarlo, moría de hambre.
―Bueno, creo que es hora de que descanses, mañana será un día largo. ―le dijo una vez que terminó de cenar y recoger todos los platos.
―Esto sí... ―le respondió Pan ya un poco más en confianza, mientras más tiempo pasaba con él más se soltaba al hablarle, se preguntó si algún día todo volvería a ser como antes y si su amistad se recuperaría.
―Bueno, pues vamos, tu cama esta lista. ―le indicó Trunks sacándola de sus pensamientos mientras la ayudaba a levantarse del sofá.
―Esto, Trunks... ―dudó un poco, nerviosa al tenerlo tan cerca― antes me gustaría ir al... tocador.
―Ah, sí claro ―respondió el otro.
Trunks esperó afuera del baño a que Pan saliera, mientras la esperaba sólo podía pensar en opciones, alternativas, lo que fuese que pudiera curarla.
Una vez que Pan terminó de lavarse los dientes, tanteó con su mano el lavabo, buscando hasta que encontró la llave para cerrar el paso del agua, después caminó con lentitud hasta la puerta del baño, tanteando con sus manos el camino, suspiró sintiéndose impotente y notando como en tan poco tiempo su vida había dado un giro de 180 grados. Tras la puerta, Trunks la esperaba.
―¿Ya no necesitas nada? ―le dijo Trunks mientras estiraba sus brazos para encontrarse con las manos de Pan que buscaban un camino inexistente.
Pan no pudo evitar sentir una especie de seguridad cuando sus manos se encontraron con las de Trunks― no, todo está bien ―le respondió. ¡Cómo no ser amable cuando él se portaba tan lindo!
―Bueno, pues entonces a dormir pequeña ―al escuchar esas palabras fue como un deja vu que la llevó a su infancia, los recuerdos se incrementaron más en el momento en que él la tomó en brazos para conducirla a cama en donde la recostó, la híbrida humano-saiyajin no pudo evitar sonrojarse cuando Trunks la cargó.
Una vez que Pan se acostó en la cama, Trunks tomó unas cobijas y con ellas tapó a su pequeña, arropándola, como cuando era pequeña―. Descansa ―le dijo dándole un beso en la cabeza― estaré aquí, por si me necesitas, no me iré en toda la noche.
Eran simples palabras, pero provocaron grandes sentimientos en la menor, en parte confort, pero también ¿culpa?...
―¿Por qué se quedaría él aquí? ―se preguntaba Pan... no queriendo saber la respuesta se echó las cobijas encima para taparse, suspiró con melancolía, la diferencia era nula, pues tanto con cobijas o sin ellas veía lo mismo: nada.
Con su mirada triste y preocupada, Trunks observó a la menor, oculta bajo las cobijas como si fuera una pequeña, bueno lo era, para él siempre sería su peque. Con más fuerza de lo normal apretó sus puños, no sabía cómo, pero de algún modo u otro tenía que sacarla adelante, estaba decidido, no importaba contra cuantos obstáculos se enfrentasen, ella se curaría, y de eso él se encargaría, jamás en su vida se había sentido tan convencido de algo―. Te lo prometo Pan, recuperarás la vista, de eso me encargo yo.

A Ciegas 2||TrunksxPan||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora