Ilgob. Kyungsoo

229 43 8
                                    

Suelen decirme que mis ojos son hermosos... Qué ironía, ¿no?

Al nacer, el doctor les dijo a mis padres que sería un niño sano. Que no estaría atrofiado como lo estoy ahora... Pero resulta que cuando cumplí dos años, me detectaron un problema a la vista, cataratas para ser exactos.

Mis padres lo vieron como una etapa de mi infancia, y no le tomaron el peso suficiente a mi situación. ¿Qué esperaban de campesinos? Se consiguieron un par de lentes, culo de botella, y pude vivir de eso durante un tiempo.

A los cuatro años, mis padres notaron que cada vez, necesitaba más aumento en mis lentes. Si ya de por si mis ojos eran grandotes, imagínenlos con unos lentes enormes y con mil de aumento... Joder, parecía de esos estúpidos dibujos animados japoneses. ¿Anime son? Bueno, esos.

Mi vista comenzó a fallarme cada vez más, hasta el punto en el que una noche desperté y no pude ver nada. Mis padres decían que yo tenía los ojos abiertos, pero yo ya no podía verlos.

Ese mismo día, mis padres y yo nos mudamos a la capital. El pequeño hospital de mi pueblo no servía para mí más, y era mejor recurrir a ayuda profesional.

En fin, no los hartaré contando mi historia, pues no tiene caso. Perdí mi vista, y desde entonces he estado en diferentes escuelas e institutos para ciegos.

Aprendí a leer y escribir en braille y a caminar sin perderme. Utilizo un bastón especial y tengo otros cuatro sentidos ultra agudos.

Pero... De todos modos mi humor era asqueroso y estaba constantemente deprimido, aún cuando ya sabía que no había nada por hacer.

—Kyungsoo, llegó tu nuevo niñero. —Mi madre dijo para luego cerrar la puerta. No estaba seguro de si seguía conmigo o no, pero ya me daba igual.

Me enojaba que me hubiesen contratado un niñero. ¡Joder! 17 años y un puto niñero cuidándome porque, "no queremos que nada malo te pase Soosie." Mis bolas todo eso.

Escuché como hablaban de mi y refunfuñando me acomodé mejor en la cama.

—No se preocupe joven, nuestro Kyunggie es un poco gruñón pero con paciencia logrará llegar a conocerlo. —Habló mi madre, haciéndome hervir en ira.

Pero... Su voz...

—No se preocupen, Señores Do. Trataré bien a su hijo... Y por favor, llámenme Kai. —Comencé a escuchar ruidos en la escalera y yo sólo quería desaparecer.

La puerta chirrió al ser abierta, y mi corazón comenzó a latir demasiado rápido. Me encontraba sentado en mi cama, con mi espalda apegada a la pared.

Sentí como el colchón y todo en lo que mi cama consistía, se mullían ante un peso extra sentarse en ella. El chico ese, Kai, se había sentado a mis pies.

—Hola Kyungsoo. —Saludó con un tono de voz, bastante alegre para mi parecer. —Tal vez no quieras tenerme cerca, pero lamentablemente no puedo hacer nada al respecto; sólo intentemos llevarnos bien y todo este período se volverá menos tenso, ¿de acuerdo?

Asentí lento, pues, la verdad no esperaba una explicación ni nada por el estilo, de hecho, esperaba a un chico que sólo quisiera trabajar aquí por dinero o... Por morbo, lo cual no acepto ni aunque me paguen con todos los wones de Corea y me regalen el atlántico... ¡No! Claro que no.

Sweet Breath  *ChanBaek*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora