Dul. Chanyeol

308 54 10
                                    

Hola... Supongo que podría comenzar esto con mi presentación.

Mi nombre es Park Chanyeol, tengo diecisiete años y tengo dos hermanos mayores, YuRa y JoonYoung... Pero ambos ya tienen vidas normales y viven solos con sus familias.

¿Así está bien? Dios, lo siento, no soy muy bueno con las palabras... Literalmente.

Desde que tengo memoria, hablar ha sido un problema para mí. A los siete años, los niños de mi escuela me molestaban no sólo por mi aspecto físico, si no porque mi tartamudeo los alteraba. Lamentablemente no tenía con qué defenderme.

Llegada mi pubertad, comencé a cambiar. Mi cuerpo había crecido en todos los ámbitos, altura, y músculo, pues a esa edad yo quería ser un atleta reconocido, aún así seguía siendo un escuincle flacucho de corta edad.

Mi tartamudez continuaba intacta... Y nunca la odie tanto hasta aquel día en segundo de secundaria.

Siempre he sido un chico tímido y mi problema lingüístico nunca me benefició en ese ámbito, por lo que nunca pensé que gustarme una niña de mi salón sería el peor error que pude cometer.

Debía de haber tenido unos trece o catorce años en ese tiempo. Ella siempre iba por ahí con sus amigas y yo como el bobo que era, me paraba a observarla desde lejos.

Se acercaba el baile de primavera y todos irían con parejas... Menos yo, por supuesto.

Me enteré por ahí de que Joy no tenía pareja aún, y vi mi oportunidad en bandeja de plata. ¡Joder! Tal vez debí pensarlo dos veces antes de acercarme.

—J-Joy... ¿Co-c-como est-tás? —Recuerdo que me miró divertida y... Dios, que patético.

—Bien Chanyeol.

Sonreí. Recuerdo sonreír en ese segundo. —M-me preg-guntaba si querías... Ir c-conmigo al ba-aile...

Entonces pasó.

—¡¿QUE QUIERES QUÉ?! —Gritó provocando que todos voltearan a vernos confundidos.

Ella comenzó a reír desesperadamente y a golpearme en el brazo con una debilidad tremenda. Como si una alarma resonara en las mentes de cada chica, sus cuatro amigas aparecieron de la nada, mofándose de mi. "¿Qué te dijo Joy? " "¿qué tan loco está? " "¿tartamudeó? "

Me sentía tan ridículo estando parado ahí sin poder hacer nada.

—Él... —Me apuntó. —Quería que fuera su pareja para el baile de primavera. —Entonces todo el pasillo comenzó a reír.

Qué humillación. Mi mejor remedio fue salir de ahí como alma que lleva al diablo.

Desde ese día, mi tartamudez creció hasta el punto de no permitirme hablar. No podía decir un simple "Hola" bien... Todo tenía un corte y a veces ni si quiera podía terminar una oración.

Mi garganta se atrofió, llevándose mi voz... Y con eso, mi dignidad.

Mi madre perdió las ganas de verme todos los días, y sólo me hablaba de los logros de mis hermanos mayores y yo... Le escribía mi respuesta.

Un día me aburrí de los alardeos que ella preparaba sobre Joon o Yura... Por lo que "hablé" con mi hermano, y unos días después, ya estaba viviendo con él.

Eso fue a los quince años y desde entonces que ya no interactuámos.

Vivir con mi hermano me hizo madurar. Conocí a fondo a mi sobrino y gracias a la poca diferencia de edad, nos hicimos muy cercanos. Myeong Ho es más parecido a mi de lo que yo pensaba con anterioridad.

En fin, mis calificaciones bajaron a un nivel muy elevado, por lo que el bullyng hacia mi persona fue en aumento. Me volví un tipo repudiado que no hablaba... Y una semana antes de cumplir dieciséis, intenté suicidarme.

Debo agradecerle a Chen por haberlo evitado aquella vez, pues, si no hubiera entrado al baño en aquel momento, yo no estaría contando esto.

Sin embargo, Kim Jongdae no era más que otro rechazado socialmente en aquella institución, por lo que hacernos amigos no fue tan difícil.

Lo que sí me dolió, fue decirle "adiós" cuando me dijo que no llegaría el año siguiente.

—Yeol... Debo contarte una cosa... —Dijo no muy animado y sin la sonrisa que lo caracterizaba constantemente.

Lo vi fijamente, dándole a entender que le estaba prestando toda la atención del mundo... Y eso lo rompió.

—¡Me voy del instituto! —Lloró lanzándose sobre mí sollozando. —Perdóname hermano... Perdóname por favor... No quiero dejarte Chan... No me od...

Y supongo que eso fue un impulso o cualquier otra cosa... Pero nunca más lo repetimos.

Lentamente quité mis labios de los suyos, notando que su llanto ya había cesado, pero las lineas de las lágrimas aún perduraban.

"No te odio Chennie... " dije mediante un pequeño pedazo de papelito que él guardó en su bolsillo derecho.

Recuerdo que su sonrisa volvió a aparecer ese día, y nos fundimos en un nuevo beso... Sólo para recalcar que no nos olvidaríamos.

La semana siguiente Chen no volvió al instituto, y yo volvía a ser el chico odiado y solitario de allí. Dejaron de llamarme "Tartamudo" o "Ta-Tartamudo" para apodarme "Mudito" o "Sin Comentarios" el cual, debo admitir que aunque me duela... Era bastante divertido, y ahora con el paso de los años he aprendido a reírme de aquellos.

Comencé a recaer en la depresión, y al no saber del paradero de mi mejor amigo, Myeong Ho era mi único pilar en ese entonces.

—Papá dice que quiere sacarte de ese lugar, Hyung...

"Joon no puede gastar su dinero en mi, soy su hermano menor, no su hijo... "

—Por eso mismo lo hará... Nos mudaremos a la capital con la tía Yura... Papá dice que puedes vivir con ella y su esposo...

Recuerdo que esa vez me sentí un estorbo asqueroso en la unión entre mi familia. Pues, estuve viviendo dos años con mi hermano mayor, el cual sin quejarse se ocupó de mi y mis necesidades básicas.

Me mudé con Yura. Ella decía que cuidar de mi era como aprender a cuidar a un adolescente, y decía que se preparaba para cuando ella y Harry tuvieran hijos... ¿Notan lo absurdo que era eso?

Harry notó mi extraña depresión, y como un buen amigo y confidente, me ayudó monetariamente pagándome una nueva escuela.

Yo, creo que todo iba mejorando después de aquello... Pero no lo confirmé hasta mi primer día de clases en la escuela para sordos.

No me habría dado cuenta de que seguía viviendo si aquel hermoso chico no hubiera chocado contra mi en un primer lugar.

Él venía corriendo a toda velocidad, y la colisión fue inevitable, pero gracias a ella pude ver sus bellos ojos y su pequeña boquita... Dios, juro que pensé de todo menos algo sano en ese momento.

No dijo nada, solo una reverencia y se fue... Y como yo soy un Park distraído y torpe, no intenté utilizar la poca voz que tenía para intentar detenerlo.

Pensé que mi oportunidad de conocer a alguien interesante se había ido por el drenaje, pero, ¡vamos! Al parecer los milagros existen, pues aquel primer día me reencontré con mi mejor amigo y pude sentarme junto al chico bello de la mañana.

Todo iba mejorando para Park Chanyeol en ese minuto... Todo iba mejorando para mí.

Continuará...

Sweet Breath  *ChanBaek*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora