No esperaba la constancia en aquel muchacho llamado Jongin, la verdad, no esperaba que enserio continuara visitando mi hogar para hacerme un poco de compañía. De cierta forma me gustaba que su risa llenara mis oídos y que su aroma inundara mis fosas nasales... Pero me asustaba el pensar en esos famosos ¿Y si...?
Aquel día, Kai había llegado unas horas más temprano del horario establecido, y no supe si tomármelo para bien o como un indicio de que algo iba mal; para ser sinceros, no me esperaba el silencio absoluto en su llegada y aquel suspiro provocó que el cien por ciento de mis sentidos estuvieran enfocados en él.
—No sé cómo pedirte esto, Soo... Pero tengo la certeza de saber que me escucharás hasta el final. —Dijo sencillamente.
Les voy a contar algo; Jongin tiene un alma preciosa y siento que aún siendo ciego, puedo ver el aura que su cuerpo emana. Un aura pura y blanca.
No he tocado su rostro con mis manos y tampoco he tallado su cuerpo con mis dedos, no tengo ni la más mínima idea de cómo se ve o como me mira... Pero puedo imaginármelo, y el simple hecho de que su voz suene melodiosa es un indicio de que me está sonriendo. Como ahora. En mi mente, Jongin es un hombre perfecto, en todos los sentidos: apuesto, dulce y cariñoso; me mira con ojos brillantes y me sonríe con sonrisas radiantes y perfectas. Su cuerpo está hecho para mí, esculpido con un cincel especial y tallado para que mi cuerpo se acople al suyo, Jongin es perfecto de mil y un formas, pero sólo la que se encuentra en mi cabeza es la que cuenta en esta historia... ¿no?
—Sólo dime... —Murmuro con mi rostro girado al lugar de donde provenía la hermosa voz de Kai. —Te escucho...
—Verás, debo conseguir una pareja para el matrimonio de mi hermana mayor, y las personas con las que solía salir sólo habrían provocado algún desastre. —Dijo atropelladamente, hice una mueca sin notarlo, pero no le di mucha importancia... Debía terminar de escucharlo para sacar mis propias conclusiones. —Planeaba invitar a mi mejor amigo, pero fue operado y no puede hacerme compañía... Uhm, ¿te gustaría acompañarme?
No les voy a mentir, me sentí usado y dolido, no es nuevo que el que me hubiese ilusionado de golpe con la idea de ser el primero en su lista de opciones... Pero resulté siendo el plan B, que irónico. Me tragué mis palabras y mostré una pequeña sonrisa, después de todo, fui considerado dentro de su lista...
—Me encantaría acompañarte, pero no conozco a tu familia. —Dije sin saber en qué parte se encontraba la persona con la que estaba charlando.
Giré mi cabeza un par de veces buscando de alguna forma algún indicio de que Jongin seguía conmigo, pero no sirvió de nada y hubiese seguido de no haber sentido unos toquecitos en mi hombro derecho.
—No es importante que los conozcas, Kyung, basta con quedarte conmigo y podrás divertirte. —Asentí sin apartar el rostro del lugar anterior.
Unas manos me atraparon y me recostaron en mi cama nuevamente, unos brazos delgados pero fuertes me rodearon y mi espalda quedó pegada a un ancho pecho caliente. Mi mente echó a volar mil imágenes nuevamente y pude comprobar mi teoría: El cuerpo de Kim Jongin estaba esculpido por un gran artista, uno que se imaginó mi pequeño cuerpo entre sus brazos. Tomé aire conteniendo mis ganas de chillar y concentrándome en no mover mi mano hasta su rostro y recorrerlo.
—Jongin... —Escuché una simple respuesta con un monosílabo común, dándome pie para seguir con mi pregunta. —¿Cómo está el día afuera? ¿Está soleado o hay nubes? ¿De qué color son mis ojos? ¿podrías describirte físicamente? ¿Podría... ? —Mis palabras quedaron atrapadas en mi garganta al sentir un feo ardor en mi pecho y sentir mis ojos picar.
Dios, no poder ver es sinceramente... Asqueroso. ¿Cómo iba a saber si estaba por llover o debía vestirme de verano? ¿cómo sabía si estaba pintando el pasto de color verde y no estaba cometiendo el error de pintarlo de color naranja? ¿cómo evitaría aquellos accidentes de tránsito como aquel de cual un chico sordo me tuvo que salvar?... De hecho, ¿cómo iba a reconocer a Kim Jongin si alguna vez se iba de mi lado?
Las lágrimas surcaron mis mejillas y el llanto silencioso comenzó de manera lenta, mi respiración se volvió errada y pequeños espasmos atacaban mi cuerpo al momento de sollozar. La verdad, sólo quería desaparecer en ese momento, pues estaba llorando en frente de mi chico perfecto, y no quería mancharlo con aquella fea sensación de incomodidad o incluso culpa... Porque Kai no es culpable de nada más que de mi propia felicidad.
Sentí como era estrujado contra el ancho pecho de Jongin, y un jadeo lastimero escapó de mi garganta. Mi llanto no cesaba, y lo único que tenía para relajarme eran los brazos de Jongin abrazándome. Mis mejillas quedaron secas cuando unos suaves dedos las acariciaron, y por inercia mis ojos se abrieron viendo a la nada... Porque eso hacían: no miraban.
—Es un día maravilloso —Dijo con voz serena y muy calma, casi susurrando, haciéndome notar que estábamos más cerca de lo que creía. —, el cielo está despejado y no hace mucho calor... Soo, tienes los ojos más bellos que yo haya visto jamás, son marrones, pero brillan demasiado y pareciera que tienes un pozo sin fondo dentro de ellos; son intrigantes y es inevitable hipnotizarse con ellos. Son tan hermosos que incluso eso provoca la ceguera ajena. —Una pequeña y tímida risa se escapó de mí y pude escuchar la de Jongin también.
—Aún... Debes responder una pregunta... —Susurré con el fantasma de un sollozo. Sentí como Kai se apegó un poco más a mi anatomía y suspiró justo en el hueco entre mi cuello y mi hombro, haciéndose temblar ante él.
—Soy de estatura media... —Comenzó lento. —Un poco más alto que mis hermanas y más alto que tú, pero tu eres pequeño, y eso hace la diferencia. —Una dulce risa. —Tengo piel bronceada, no sé por qué, pero mi tono de piel es bastante más oscuro que el normal, mi cabello actualmente es negro, pero tengo planeado pintarlo en algún momento.
»Mi cuerpo está tonificado porque me gusta bailar y practico el Hip-Hop bastante seguido; mis ojos son rasgados y de color café, claramente no son como los tuyos, mi nariz no me gusta, es algo gruesa y grande. —Sentía como cada vez se acercaba más a mí, y su rostro casi chocaba con el mío.
Seré ciego, pero no idiota.
—Jongin... —Susurré. —¿Y tus labios?
Sentí su sonrisa en mi cuello y sin darme cuenta, ya tenía un par de labios chocando con los míos. Tardé un poco en responder, pero lo hice de todos modos.
Carnosos... Dulces y muy suaves, esos eran los labios de Kim Jongin, aquellos que me besaban con parsimonia y que tocaban los míos con cariño y con roces suaves.
Se alejó de mí unos centímetros y no tardó mucho en atrapar mis labios nuevamente. Los estaba conociendo, y al parecer su lengua también quería conocer a la mía, por lo que en un movimiento rápido, ambas danzaban rítmicamente y de manera lenta, explorando a la otra y la cavidad bucal de cada uno.
Unos suaves y tersos dedos acariciaron mi mejilla y luego de separarnos nuevamente, un silencio nos inundó a ambos, uno cómodo y pacífico. Enserio desee poder ver a Kai, pero lo que mi imaginación me mostraba era mil veces lo que podía pedir.
Un muchacho acostado junto a mí, con piel morena y sonrisa blanca; sus labios hinchados y un poco más rojos de lo normal. Su cabello revuelto y mejillas sonrojadas... Kim Jongin era lo que mi mente maquinaba, y ésta sólo me mostraba a un ángel precioso.
Ver a Jongin sería mi nueva actividad favorita.
Continuará...
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Sweet Breath *ChanBaek*
Romance"Donde una discapacidad, no es importante para el amor que se tienen el uno al otro."