Mientras lavaba su espalda el llanto de Brisa se escuchaba devastador. Tina abrazo fuertemente a la chica inocente que sufría sin entender que su experiencia sería algo maravilloso que recordaría con tranquilidad cuando le amara.
— Te trato mal.
— Me dijo que me amaba mil veces, y yo me siento como aquellas que llaman cortesanas.
— No lo eres. Él es tu esposo te ama tienen la bendición de Dios, y tu lo amarás por que merecen ser felices. Sabes chapis está impaciente por jugar –Brisa le regaló una sonrisa
— Hoy no, me duelen las piernas y mucho. Duele sabes.
— ¿Duro mucho?
— No lo sé.
—¿Descanso sobre ti?
— No entiendo.
— Condesa tu esposo no ha descargado todo su amor sobre ti.
— Tina, por favor.Salió del baño con un vestido liso de color durazno que le favorecía no llevaba corsé pues sentía su vientre ligeramente inflamado algo totalmente normal. La tela era fina y el corte era maravilloso.
— Tu esposo cada día enloquecerá más de amor por ti y tu pronto enloquecerás de amor por él.
Caty comentó:
— La tía del conde me solicitó que vaya con ella mañana.
— El servicio de Tina es suficiente. Caty gracias eres muy amable.
Regresó a la cama a pesar que se le insistió a que acompañara a su esposo al comedor, en realidad ella no probó bocado, salvo jugo y un pedazo de manzana que le obligó a probar.
A las 7:30 él toco su mejilla haciéndole despertar del sueño en el que tan sólo unos minutos antes había caído, le ofreció la cena ligera que dejaron en la mesita.
Tina no se apareció por ahí por qué ella estaba lista para él, después de todo Camil querría ayudar con su vestido.
****
Constanza era feliz, le entusiasmaba la idea de que Brisa se hubiera casado con un príncipe de cuento aunque quedó un poco intrigada por el llanto de ese hombre que quizás era sincero pero que no tenía derecho de poner en peligro la reputación de su amiga.
En cuanto su amiga volviera a la ciudad sabría todo lo que tenía curiosidad por entender.
*****
— Amada mía es tiempo de una luna de miel para nosotros -dijo Rustey a su esposa,
— Eres tremendo -dijo sonriente, llevaban 24 años de casados y la llama del amor aún ardía por sus cuerpos, simplemente eran el ideal del amor. Aunque no estaban tan enamorados cuando se casaron.****
La visitaré en cuanto llegue la oportunidad se dijo Ruben no será tan difícil estoy seguro.
*****
— Camil – estaba temblando después de tener una pesadilla con Ruben diciendo que jamás lo olvidaría que la perseguiria siempre. Se abrazo a él. Camil la protegería pero debía decirle lo sucedido.Se sentaron a la mesa. Camil pensó que se debía a sus temores de primeriza.
Después de la cena que ella no tocó, apenas unos trozos de fruta, él pronunció unas palabras.
— Deseaba tu compañía en la terraza le reprochó con cautela.
— Yo necesito tiempo -no me atrevo a mirarlo siquiera, respondió con franqueza.
La observó inquieta y entendió que esperaba que llegara su doncella para axuliarla con su vestido, así que le advirtió que eso no sucedería, antes de que lo sugiriera.—Tina se retiró a sus aposentos, Caty está ocupada haciendo el equipaje. Yo te ayudaré con lo que tú necesites aquí.
Brisa se llevó las manos al pecho.Eran las 8:30pm, después de un largo silencio él salió del baño semidesnudo y ella estaba inquieta pensando en que él le retiraría el vestido que llevaba puesto.
Camil se acercó, diestramente le deslizo los listones y el corazón le latía tan fuerte que parecía que saldría de su pecho.
Camil hay demasiada luz por favor.
Él dejo solo 2 velas encendidas después de su petición.
El vestido cayó al piso. Se sentía desnuda bajo el fondo que llevaba, el desató el liston que hizo caer su ropa interior. Lo miro tan nerviosa cerró sus ojos y en un segundo estaba tendida en la cama con ella sollozando.
— Te amo Brisa. Los labios temblorosos alcanzaron a decir:
— sr. Camil tengo... -estaba totalmente ruborizada pero necesitaba decirlo- me duelen mis piernas y... allá abajo. Camil sabia que no mentia, pero estaba ansioso de volver a tenerla así que no dijo nada esperando a tomar una decisión, le acariciaba suave y limpiamente la piel de sus hombros, no quiera forzar las cosas, debía ser paciente pero serlo implicaba mucho autocontrol de su parte.—¿Podría esperar?-continuo tratando de detenerlo, camil acarició una vez más sus hombros hasta llegar a sus codos haciendo reaccionar su cuerpo.
— por favor no haga eso -suplicó-suplicó-. Beso su barbilla haciéndola soltar un suspiro que lo invitaba a seguir ella sería presa de cada diestra caricia de cada beso experto.
Al deslizar los tirantes le suplicó que no la desnudara.
— No me lo quite.
En un segundo sin saber cómo, él la haci6a suplicar por que no siguiera, deseando todo lo contrario, se descubría llorando de vergüenza.Un segundo después él estaba a punto de tomarla y ella le suplicó
— No lo haga yo me siento como una cortesana, – se arrepintió de sus palabras.
— No sabes lo que es una cortesana ni vuelvas decir algo así, mírame – abrió los ojos – yo te amo, esas mujeres reciben dinero, hacen favores, y no importa si las aman o no.
— No te trato como son tratadas ellas.
Sus ojo se cerraron y sus mejillas se sonrojaron de vergüenza. Se abrazo así misma sintiendo las caricias que él le daba sobre sus hombros.
— No siga -dijo débilmente
— Te amo. -entro en ella con suavidad pero provocaba dolor.
— Me duele, me duele. Él le daba besos tiernos. Su cuerpo estaba tenso,—Pasará, lo prometo pasará. Duro tan poco el encuentro, se retiro de ella pues lo menos que deseaba era lastimar su intimidad estrecha imponiendo su pasión y obligandola a calmar sus ardores.
Él le regaló besos y caricias después de retirarse y ella lloraba por que se traicionaba a si misma.
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La Vida Después De Una Traición (Completa)
Historical FictionBrisa se enamorada de un hombre con deseos de elevar su economía; fácilmente se olvidó de aquella a quien entusiasmo para casarse con otra. El conde Rustey la pide en matrimonio y esta es comprometida con él, su padre sir Charles Julls sabe que su h...