capítulo 14

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Caminaba tranquilo pensando en las palabras que utilizaría, todavía tenían que hablar para que el asunto quedará en el olvido cuando noto que un hombre la abrazaba por la espalda - Hola cariño.-dijo Ruben
- Suéltame como entraste alejate - Camil se quedó helado al verlo abrazarla pero al ver que ella forcejeaba, chapis quiso morderlo pero recibió dos patadas cayendo reventada, le salía sangre por el pequeño hocico, no vio esto por la gran piedra lo que provocó el llanto de Brisa, supo que ella no lo estaba esperando pero decidió acercarse quizás ella se arrepintió de ser su amante sólo observando, sabría la verdad.
- ¡Auxilio! -Ruben estuvo a punto de golpearla pero si lo hacía habría evidencias visibles sabía dónde debía pegar así que le golpeó el estómago, lágrimas rodaron de sus ojos Camil se acercaba rápidamente pues vio el golpe, alcanzó a escuchar.
- Sino fui el primero no me importa pero serás mía por que es un capricho que no voy a dejar ir, después de esto te dejaré en paz, pero apuesto que querrás repetir.

Una patada en la cara lo tumbo al piso y lo dejó casi inconsciente, miro a su esposa con los ojos rojos y sin aire sosteniendo su vestido con fuerza a la altura del pecho protegiéndose.
-Estas bien - con los ojos asintió pues estaba inmóvil por la impresión.
- Te mataré.
Ruben lloraba como el cobarde que era y Camil no le tuvo piedad lo pateó hasta el cansancio y lo sentenció.
- Se bien que tu mujer se debate entre la vida y la muerte y se que es por ti y si te acercas a mi esposa te mataré y si en este momento lo deseo vas a la carcel.
- No vuelvas por aquí, por que sabrás que te puedo hacer pedazos, todo lo que tengas caerá en mis manos y vivirás el resto de tu vida en la total miseria. Sabía que era demasiado influyente, estaba gravemente herido no pudo levantarse, chapis estaba muerta y Brisa lloró amargamente.

- Camil, mi perrita no respira. La abrazo y la llevó en brazos a la casa, Ruben se arrastró un poco pero no llegó muy lejos. Camil lo llevó a declarar sus fechorías antes un amigo abogado y la autoridad pertinente, no quería un escándalo ya que en su esposa Katy fue su amiga de infancia, y ella si sobrevivía pagaría no soportaría el escándalo.

- Gracias Tina -fue atendida por Tina, sus próximos días fueron muy tristes por chapis, Camil la reprendió por no darle el nombre de ese imbécil, un suceso tan confuso quedó tan en secreto que cuando Constanza se enteró fue informada que lo asaltaron, según la versión de Ruben, ella pagaria por Brisa.

- sra. Carta de sus padres.
- Alguna novedad.
- Si van a España. Lo dijo con el rostro triste. No intimaron en esos días pues la actitud de Camil era algo reservada, aún estaba molesto y ella no le buscaba pues sentía que Camil tenía razón, y aún faltaba decirle que el día de su boda el muy infame se coló en la recepción.

- Camil algo no te dije y no supe cómo decirlo soy culpable de este riesgo que he corrido. En nuestra boda este hombre estuvo presente no se como logró colarse, pero te juro que jamás le di un motivo. Camil enrojeció de ira.
- Lo protegías.
- Juro que no, alguna vez le tuve cariño pero más fue el rechazo, jamás permití su cercanía, nunca me buscó hasta que supo que me casaría pensé que sería la última vez que me buscaría y cuando Constanza me dijo que aún deseaba acercarse te dije de él, pero tuve miedo de tu reacción, y casi lo matas, no me equivoqué.
- Debía aplaudir que te golpeara, pudo violarte.
- No lo digas. Es horrible.
Camil se acercó y le beso la frente, siempre te protegeré. La jalo suavemente hacia él y Brisa no pareció disponible, qué pasa.
- Miedo.
- A qué.
- Tú sigues enojado.
- Un poco, me cuesta trabajo procesar todo lo que ha sucedido.
- Tuve tanto miedo.
- De mi no debes temer.
- Me ha dolido cuando estamos juntos.
- Pero te ha gustado, lo he sentido. Brisa se sonrojo tanto que Camil se sonrió un poco descarado pero se contuvo un poco para no hacerla sentir mal.
- Camil no te burles de mi.
Camil le descubrió los hombros comenzó a besarla. Estaba temblando era un efecto que dejó Ruben, un temor instintivo que Camil borró en un segundo, la desnudo muy rápido sin darle tiempo a negarle la dicha de ver sus pechos desnudos, rápido cayó la prenda que cubría el vello de su sexo.
- eres una obra de arte. Brisa temblaba cabizbaja, sus halagos no aminoraban su vergüenza.
Le tomó un pezón con suavidad con sus labios, humedeció con su lengua.
- No hagas... ah - una reacción que no pudo evitar.
- Disfruta mi amor. Olvida el pudor.
- Camil.
- Su mano acarició su sexo, lloró al sentirse expuesta, segundos después olvidaba la vergüenza. Al sentirlo bajar con su boca de manera peligrosa se sobresaltó.
- No, eso no.
- Eso sí. No te dolerá.
- He dicho que no.
- Está bien, mañana te arrepentirás de no haber dicho que si.
- Dejame ya. Dijo molesta por su comentario pues afirmaba que mañana no haría caso a su orden. Su primera noche sin dolor fue tan placentera y duradera, jamás olvidaría esa noche.

La Vida Después De Una Traición (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora