La base ya estaba casi vacía, solo era cuestión de esperar el anochecer para llevar a cabo el plan. Catherine conversaba con Cortana mientras esta se veía en un pequeño espejo que la doctora había traído específicamente para la chica.
―¿Y qué harás cuando salgas de aquí? ―Preguntó Halsey a su hija.
―No lo sé, todo es tan extraño ahora. No tengo idea de nada, salvo que quiero estar junto a John. ―La chica dejó de mirarse en el espejo para ver a Catherine―. Ser más que su amiga.
Ante las palabras de la chica Catherine sonrió.
―¿Qué quieres decir con eso? ―preguntó la anciana sabiendo de sobra a lo que se refería la chica.
―Sabes lo que quiero decir ―Respondió la muchacha con expresión de obviedad en el rostro.
―Entonces, buena suerte... ―Catherine se quedó en silencio por unos momentos para luego volver a hablar― ...Pero quiero muchos nietos.
―¿Y quien habló de nietos? ―preguntó Cortana, que había vuelto a verse en el espejo para manipular su cabello y disimular la vergüenza que sintió ante las palabras de su madre. Al verse en el espejo notó que sus mejillas se habían puesto de color rojo. Era la primera vez que se sonrojaba, lo que la dejó absorta viendo su rostro en el espejo, sin embargo, las palabras que Catherine diría después la sacaron de su ensimismamiento.
―El hecho de que estés hablando de estar junto a John, me hace pensar que los nietos vendrán por sí solos ―no había que ser muy inteligente para darse cuenta que Catherine casi pedía a gritos un nieto.
―Bueno, quizás uno o dos ―enmendó Cortana al notar como su madre la veía por el espejo. Seguramente había notado su sonrojo e intentaba aumentarlo.
―¿Y por qué no tres o cuatro? ―contraatacó la anciana.
―Primero deja que salgamos de aquí y entonces veremos ―guardó silencio por unos segundos para luego añadir― aunque técnicamente esos nietos serían en realidad tus hijos, puesto que este cuerpo es un clon genéticamente idéntico a ti ―la chica terminó de peinarse y se sentó en el suelo ante la imposibilidad de sentarse en una silla debido al peso de la armadura que portaba.
―Tienes razón pero, no soy yo quien tiene que hacer el trabajo para eso ―la doctora sonrió ante el gesto extraño que hizo su hija.
Comenzaba a anochecer cuando John entró nuevamente al laboratorio, su casco ya le cubría el rostro.
―Llegó la hora, debemos irnos. ―el Spartan a pesar de escucharse sereno, por dentro sentía un gran nerviosismo, algo sumamente extraño para él que acostumbraba realizar ese tipo de acciones desde hacía casi treinta años.
―John ―intervino Catherine.
―¿Qué sucede? ―preguntó el soldado.
―Antes de que se vayan, debo dejarles en claro algo... ―la mujer guardó silencio por unos segundos― ...Si algo me sucede, lo que es casi una realidad, por favor, no quiero que vuelvan por mi. No se expongan innecesariamente al peligro, mucho menos tú Cortana. John, a partir de este momento tú eres su protector.
―No tienes que decirlo, sabes bien que haré lo que esté a mi alcance para cuidarla.
―De eso estoy segura y me da más tranquilidad pero... ―la anciana miró a su hija― ...Cortana, cuida de John. Si tienen que relacionarse con alguien allá afuera, por favor, sé tu la que hable, ya sabes por qué ―Catherine conocía perfectamente las capacidades sociales del Spartan.
―Creo que será lo más sensato ―concluyó la chica.
―En fin, cuídense mutuamente. ¡Y ya váyanse, no quiero que me quiten más tiempo! ―a pesar de las palabras y el ademán hecho para dar a entender que no los quería más allí, Catherine sentía una terrible opresión en su pecho y una sensación de abandono como nunca había sentido.
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Halo: Humanidad
FanficAntes de iniciar con la publicación de esta historia. Debo aclarar que primero la publiqué en fanfiction.net allá por 2013 bajo el mismo nombre de usuario que utilizo aquí. Sin embargo, fue hasta hace muy poco que me enteré de la existencia de este...