CAPITULO 4

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Cristina fue una joven inocente, y allegada a su madre, ya que nunca conoció a su padre; su única figura paterna fue dada por su abuelo quien se dedicaba a atender una botica con ayuda de su hija Juliette madre de Cristina.

FRANCIA 1895

Con el paso de los años aquella niña de tez aperlada, mejillas rosadas creció para convertirse en una enfermera al servicio del ejército francés en la unidad de artilleros donde conoció a Ethan, un soldado bajo las órdenes del capitán de estado mayor Alfred Dreyfus, quien a pesar de ser 2 años mayor que el capitán Alfred, no subió más de rango por gusto quedando como capitán de unidad.

Ethan Fablet era un hombre de voz gruesa, altura portentosa, complexión notoriamente atlética, cabellera pulcramente recortada, y peinada; haciendo resaltar sus fuertes facciones como la quijada que se encontraba decorada por una prominente barba color negra, finamente afeitada. Todo esto enmarcaba sus ojos color azul, dando la impresión de no tener más de 25 años, cuando en realidad poseía 38 años de edad.

Cristina se vio extrañamente atraída por él, pero no de forma pasional, sino de una forma más familiar, pero no fue hasta el examen médico mensual cuando el capitán Ethan le pregunto por sus apellidos después de 2 años de verse mes tras mes, a lo que Cristina respondió incauta. -¿Mi apellido?-

Ethan: ¡Claro!, me gustaría saber su apellido... ya que me recuerda mucho a alguien que conocí

Cristina: -Con duda en su voz- Bueno, pues mi apellido es Fleury

Al escucharla mencionar su apellido Ethan no pudo evitar reaccionar asombrado, enfatizando en una cuestión -¿dijiste... Fleury?- a lo que Cristina confirmo con una tierna acentuación hecha con la cabeza, cosa que hiso que el capitán preguntara de nuevo -¿Eres algo de Juliette Fleury, cuyo padre es dueño de una botica en Lille?- El capitán esperaba con todo su ser que dijera que no, pero aquella respuesta que recibió lo dejo sin fuerzas; forzándolo a recoger su expediente ya sellado con la leyenda de "APROVADO" y retirarse con una cara de asombro e intriga

Acaso conoce a mi madre y a mi abuelo –respondió Cristina-

3 meses pasaron para que Cristina visitara su casa de nueva cuenta; cosa que aprovecho para preguntarle a su madre.

Cristina: -acercándose a su madre quien estaba haciendo la cena- disculpa madre... ¿te puedo preguntar algo?

Madre: ¡claro cariño! ¿dime?

Cristina: ¿de casualidad, tú y el abuelo conocen a un soldado llamado Ethan Fablet

Al escuchar esto su madre dejo de picar las verduras congelando su rostro al sentir como se estrujaba su pecho ante aquella pregunta que en algún momento del pasado deseo nunca tener que responder.

Madre: -sin voltear el rostro- ¿Dónde escuchaste ese nombre?

Cristina: -algo asustada por la reacción de su madre- Es el nombre del capitán de unidad de artilleros, madre... ¿Por qué?

Sin poderlo evitar Juliette volteo a ver a su hija de 17 años con el rostro cubierto por las lágrimas; avanzando hacia ella para abrazarla, y decirle -¡Perdóname, de verdad perdóname hija... – viéndola a la cara- Perdóname por haberte mentido todos estos años.

Con asombro Cristina esbozó -¡¿de qué hablas madre?!

Madre: ¡Ese hombre por el que me preguntas... -entre lágrimas y con la voz entre cortada por el sentir- ese nombre le pertenece a tu padre!

Pasmada por la noticia. Cristina no hizo más que soltarse a llorar, porque después de tantos años de preguntarse en secreto quien era su padre al fin lo había conocido.

Intriga Crisis: El mito de la creaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora