CAPITULO 8

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Caminando por la avenida Du General Ledera mientras disfrutaba de su pipa, contemplaba la tranquilidad de la atmosfera preguntandose si abria hecho lo correcto en aquella ocasión al quitarse la benda de los ojos para conocer lo que la luz y la oscuridad esconden en sus adentros.

Al continuar con su trayectoria llego a una entrada que en la parte superior tenia una placa con la inscripcion.

"Arrete! C'estici L'empire de la Morte"

Que se interpreta como: "Alto! Este es el Imperio de los Muertos."

Haciendo caso omiso de aquel letrero, continuo su jornada introduciendose en los tuneles de aquellas tan conocidas catacumbas llenas de corredores cubiertos, y decorados con millones de restos que hasta donde la mayoria de la poblacion sabia, todos eran humanos de diferentes épocas y eras. Desconociendo que aquella necropolis era un intento de replicar el laberinto de Creta, construido por Dédalo en el mito griego para esconder al montruoso minotauro.

Solo que adiferencia del laberinto, esta edificacion no solo fue edificada para resguardar, sino principalmente fue hecha para esconder los restos de todos los hijos e hijas del alba, y la noche, que perecieron ante las manos ignorantes de los mortales.

Desplazandose por aquellos corredores seguro de donde coloca el pie, tranquilo de saber donde esta y a donde va. Llegando al final de uno de los pasillo se encontro con un punto sin salida.

Donde la pared que bloqueaba el paso era decorada con cruces, y arcos ornamentados con craneos, que de no saber donde mirar no se notaria la diferencia o la peculiaridad de aquellos cervices curiosamente grandes.

Introduciendo sus dos dedos en las cuencas de uno de aquellos rostros marmoleados por el pasar del tiempo, halo hacia abajo todo el rostro de aquella calavera abriendo un acceso en el corredor que no se encuentra a la vista; caminando de aquel pasillo prolongado, salio un ser horrendo fisicamente, parecido a un ogro, gran corpulencia corporal, ojos negros.

- ¿Quién te envia? – exclamo la creatura

- Fui enviado por Al, solicito a un guia para cruzar por estos dominios, hasta la catedral de notre dame. – respondio Demian

- ¿Cuál es el precedente por el cual haces esta solicitud?

- Bajo el precedente de que eres un jentil, tú, y tu gente son los custodios de estos tuneles gracias a Al, y a mi que los ayudamos a refugiarse tras la llegada de Jesucristo y la cazeria que les dio el pueblo judio. – respondio Demian

- Bajo dicho precedente su peticion es aceptada, acompañeme yo sere tu guia.

La creatura dio media vuelta y comenzo a caminar a lo que Demian lo siguio a paso tranquilo.

Afuera de Notr Dame

Parada frente a aquel misterioso sacerdote Zurych volteo nuevamente a ver aquellas espelusnantes gargolas al escuchar el crujir de piedra, percatandose de un pedaso de cantera que venia en caida libre hacia ellos. Esquivando vivasmente voltea a ver la magnitud de aquel pedaso de roca, para su sorpresa no se trataba una piedra cualquiera, sino de la cabeza de una de esas estatuas, solo que se veia hueca, vacias, como una muda de piel, como si de algun reptil se tratase.

A lo que reacionaron instantaneamente Zurych, y Almasty regresando rapidamente la mirada hacia la parte superior de la catedral solo para observar, no una sino varias creaturas aladas, de ojos rojos, pupilas verdes, piel ligeramente escamosa o eso aparentaba, de un color café rojiso, como si de barro u arsilla estuvieran hechos.Todas, y cada una de esas creaturas desprendian una precencia intimidante, ademas de un edor a sangre y muerte.

"Rapido como el viento,

Silencioso como el bosque,

Raudo y debastador como el fuego,

Inmovil como montaña."

En el momento en que aquellas bestias notaron la presencia de Zurych y Almasty, dejaron que la fuerza de gravedad hiciera su trabajo hasta estar suficientemente cerca para romper el silencio con el crujir al extender sus alas, por lo que instantaneamente Zurych y Almasty se colocaron espalda con espalda.

Golpeando la roca hueca que había caído de la sima de la catedral Almasty arranco un pedazo de piedra para arrogarlo a las bestias a las que los circundaban como buitres esperando carroñas, por lo que Zurych también respondió el ambiente de amenaza liberando una ventisca de aire gélido de sus manos contrarrestando la embestida de una de las bestias, volviéndola una escultura de hielo que se quebró en cientos de pedazos al impactarse con el suelo.

Volteando a ver al sacerdote noto que aquel esta inmóvil exactamente en el mismo lugar, pero con la peculiaridad de que su rostro se encontraba desfigurado por la excitación, con la quijada resaltada en los costados de su cara tratando de reprimir una mueca de alegría, pero con cada intento sus ojos parecían dejar sus cavidades al exaltarse, y tornarse cada vez mas rojos por las venas que se inflaban dentro de sus ojos.

En ese instante de descuido Zúrych fue tomada por los hombros por una de las creaturas, llevándola desde el suelo hasta el campanario de la catedral donde se encontraba rodeada de mas creaturas que aun no despertaban completamente sola; al ver esto Almasty no pudo reaccionar en el momento apropiado para evitar dicha situación o para ayudar a su querida amiga y compañera.

Su carente reacción se debió a que en ese preciso instante el se encontraba en el suelo siendo atacado por dos de aquellas criaturas por lo que solo pudo ver con frustración como se llevaban a Zúrych; rapidamente lucho por liberarse pero sus esfuerzos fueron en vano ya que aun seguía sometido.

Por lo que desesperado de no poder hacer nada para ayudar a su protegida, a quien juro acompañar hasta el final de los tiempos o de sus camino. Por lo que tomo el mala que tenia en su muñeca y comenzó a rezar el mantra kundalini "Ap Sahae Hoa Da Sacha Doa, Har Har Har" el cual permite adentrarse a lo desconocido sin temor alguno, bajo la protección divina de la verdad.

Después de repetir 108 veces este mantra, el cual seguía con su rosario; continuo con el mantra "Om Gum Ganapataye Namah" el cual esta dedicado a la diosa Ganesha quien es capaza de superar cualquier obstáculo, este lo repito otra 108 veces sin separar su pensamiento del deseo de la fuerza necesario para acabar con su enemigo, pero sobre todo ayudar a Zúrych.

Justo cuando estaba por terminar su oracion; Almasty escucho una voz robusta, de esas que se vuelven profundas e hipnotizantes con el paso de los años y experiencias. La cual le dijo.

-Detente amigo peludo, aun no es momento de llegar a tale extemos.

Inmediatamente Amasty trato de ubicar aquella voz, sin logralo por lo que nuevamente se concentro en su oracion. Cuando fue de repente interrumpida su meditacion debido a la explocion de aquellas bestias de roca. Una vez disipado el polvo vio parado a su lado a un hombre alto de tez aperlada, cabellera recortada de color castaño oscuro ligeramente canosa, aunque su rostro mostraba arrugas de esas que se obtienen con sabiduria, su cuerpo no reflejaba el mismo pasar de los años, sino todo lo contrario.

-Te dije que aun no era necesario llegar a esos extremos.

Ayudando a Almasty a colocarse de pie.

-Tu y tu amiga sonnmuy valientes, pero tambien muy tontos, ¿acaso nunca supiero  o escucharo  de los guardianes de notre dame? Olvidalo no me contestas dare por sentado que son jovenes y no tienen mucho viajando. En fin, mi nombre es Alejandro y ya vienen los refuerzos.

-Si te refieres solo a ti, dejame decirte que tienes demaciada confianza en ti mismo- replico Almasty.

-No, no lo digo por mi, aunque la verdad es quebles ayudo por pura buena fe. La realidad  es que yo solo vengo por el sacerdote.

-Entonces, si no venias a ayudarnos a que te referias- respondio Almasty.

-Te dire dos cosas amigo peludo. La primera es que no te desconcertantes que aun estas en un campo ee batalla y eso puede costarte la vida. Y la segunda cosa es que si estoy aqui ayudandote es porque ya hay alguien ayudando a tu amiga.

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⏰ Última actualización: Apr 09, 2020 ⏰

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Intriga Crisis: El mito de la creaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora