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Seungkwan no sabía cómo había llegado hasta el interior de la casa. Su cabeza daba vueltas. Según él, apenas había bebido una Coca-Cola, pero obviamente no era así.
Sentía como su camiseta se pegaba al cuerpo, estaba algo mojado y pegajoso gracias a un imbécil que derramó su copa encima de él.

—Siento que te hayas manchado, vamos a que te limpies —Vernon lo condujo hasta su habitación. La cual acabó cerrando con pestillo por si alguien se le ocurría entrar.
Sacó una camiseta y unos pantalones de chándal del cajón y los puso encima de la cómoda.

—Deberías ducharte. No te conviene estar así —Seungkwan asintió de manera que hizo reír a Vernon. Este último ya sabía en qué estado se encontraba el menor.

Seungkwan intentaba quitarse los pantalones, pero era algo inútil.

—Creo que necesito algo de...ayuda —su boca había articulado por cuenta propia. Por otra parte, Vernon, quien estaba a punto de marcharse, se sorprendió ante aquel comentario y no tuvo otra opción más que ayudar.

Seungkwan acabó estirándose en la cama mientras su compañero lo desvestía. Era totalmente consciente de lo que hacía, pero su cuerpo no estaba respondiendo tal y como él quería.
Sus miedos volvieron una vez más cuando empezó a sentir unas manos recorrer su torso. Sus lágrimas brotaron por las mejillas sin previo aviso.
Aquel trauma que dejó su tío se volvió a hacer presente.
Cuando escuchó que intentaron abrir la puerta de la habitación se puso en la peor situación, el recuerdo de su padre llegando a casa borracho por la noche hizo que su cuerpo empezara a temblar.

[Vernon]

Al subir la camiseta de Seungkwan, quedó horrorizado al ver los moratones y heridas que había en su cuerpo. Se preguntaba cómo alguien era capaz de dañarlo de semejante manera. Pasó delicadamente con sus dedos por encima de las heridas y pudo comprobar que algunas tenían al rededor de una semana. Su mente volvió al pasado y recordó cuando se cruzó con él por la calle hace exactamente una semana. Ahora todo tenía sentido.
Salió enseguida de sus pensamientos cuando oyó los sollozos de Seungkwan y vio las lágrimas bajando por su mejilla. Tenía los ojos cerrados y su expresión indicaba miedo. Su preocupación aumentó cuando sintió que temblaba.
Rápidamente lo abrazó, haciendo que hundiera la cabeza en su cuello, y trató de calmarlo dando pequeñas caricias en su cabeza. Poco después sintió una respiración tranquila chocando en su cuello. Esto dio señal a que se había dormido.

Lo acomodó en su cama y lo cubrió con la manta. Necesitaba descansar, había tenido una noche muy larga y complicada.

Bajó con los invitados, después de todo, aún era su cumpleaños. Decidió acabar con la fiesta de manera que nadie sospechase nada y se preocupase.

(Completa) Honey [verkwan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora