(Completa) Honey [verkwan]

04.

Seungkwan había parado de cantar cuando se percató de que aquel chico con rasgos americanos lo estaba observando, y este no dejó de mirarlo hasta que Seungkwan se levantó y se escondió tras las cortinas.
Por un momento sintió su corazón latir, pero no con el temor que siempre solía sentir. Esta vez era diferente y no sabía el por qué.

Pasaron varios días hasta que Seungkwan supo que aquel chico americano vivía tan solo un par de casas más atrás de la suya. Lo veía pasar de vez en cuando por las tardes, mientras hacía su tarea.
Tal y como Vernon había planeado, logró captar la atención de aquel chico. Siempre pasaba por aquella calle a la misma hora, aunque aquel camino fuese el más largo para llegar a su casa, no le importó, ya que siempre lo veía, y de vez en cuando cruzaban sus miradas y una de ellas iba acompañada de un cálida sonrisa.
Pasó un mes y medio siempre con la misma rutina, cosa que no cansaba a ninguno. Seungkwan sentía como poco a poco su miedo a relacionarse con otras personas iba desapareciendo, y todo era gracias a esa bella sonrisa que el ya no tan desconocido, le brindaba.

Poco después de aquello, su nueva familia sufrió un trágico accidente automovilístico cuando volvían a casa, en el cual, la mujer perdió la vida junto a su pequeña hija, el padre quedó gravemente herido. Según las investigaciones habían llegado a la conclusión de que fue provocado, pero se desconocía el autor de tal barbarie.

Los días que Seungkwan pasaba en el hospital eran para cuidar del hombre, al cual se había acostumbrado sin tenerle temor alguno. Un día, por mala fortuna, su padre fue al hospital y así encontrándose a su hijo al lado del herido cogiéndolo de la mano mientras ambos dormían.
Cuando Seungkwan se quiso dar cuenta de lo que había pasado, ya estaba siendo arrastrado hasta el coche de camino a casa.
Al llegar al destino no hizo más que volver al infierno del cual creía haber huido hace ya tiempo.

—¿¡ES QUE ACASO NO TUVIESTE SUFICIENTE CON TU TÍO WONWOO!? —fue lo que escuchó antes de que un golpe aterrizara en su cara dejándole un increíble dolor en la mejilla.