05.

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[Vernon]

Vernon sabía que algo malo pasaba cuando, desde hace un par de días no veía a Seungkwan. Sabía lo de aquel accidente, pero aún así, durante todo este tiempo se le veía rondar solo por la enorme casa. Empezaba a preocuparse.

Aquella preocupación que Vernon sentía se confirmó cuando casualmente se encontró con Seungkwan de vuelta a casa.
A simple vista podría decirse que todo era normal, pero cuando cruzaron miradas, Vernon pudo divisar bajo la capucha que cubría la cabeza del menor, unos ojos acristalados y una cicatriz en el lado inferior del labio, parecía bastante reciente.

Vernon se odió a sí mismo cuando tuvo que pasar de largo por su lado, quería abrazarlo y preguntarle qué tan mal estaba, porque era obvio que si le hacía la pregunta contraria respondería con una mentira. Pero eso sería demasiado extraño, apenas se conocían y ni siquiera sabían sus nombres.
Su cuerpo se calmó cuando sintió como una mano algo áspera se aferraba al borde de su camiseta. Al girarse se encontró con un Seungkwan cabizbajo y con lágrimas cayendo sin parar.
El mayor lo rodeó con sus brazos hundiéndolo en un cálido abrazo que tanto necesitaba. Cuando levantó la mirada secó sus ojos con el pulgar con sumo cuidado, su piel era tan delicada que parecía que podía romperse en cualquier momento, aunque ya lo estaba.

Vernon lo acompañó hasta casa, la mayor parte del tiempo el silencio reinó entre ambos, pero no era para nada incómodo. Es más, lo preferían.

[Seungkwan]

En esos momentos no quería quedarse solo, sentía que si lo hacía se hundiría y volvería a sus viejas costumbres. Odiaba volver a sentirse así, y más después de haber escapado por segunda vez de aquel infierno.

—No te vayas, por favor —sentenció Seungkwan mientras abría la puerta de casa lo suficiente como para pasar los dos.
Vernon no se negó y pasó cerrándola detrás de él. El salón era bastante amplio y en el centro se divisaba un sofá en forma de L bastante cómodo. Vernon tomó asiento y Seungkwan posó su cabeza encima del regazo contrario sin importarle lo que pudiera decir su mayor, recibiendo pequeñas caricias por su parte para tranquilizarlo.

Se quedó profundamente dormido.

(Completa) Honey [verkwan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora