Amigas por y para siempre...

Capítulo 8. Disculpas y problemas. (1/2)

Hablé con Diane estos días, ella jura estar arrepentida y pide que le de una oportunidad para que volvamos a ser las amigas que eramos antes.

Bajo del autobús y hago el camino que me separa de los salones con el sonido de las ruedas de la maleta como único acompañante, hoy Nick no vino conmigo porque su grupo está de viaje en Brasil ¡Maldito bastardo! El de viaje disfrutando del calor, las playas y yo aquí soportando a más de 20 profesores durante una semana, y ni que hablar de las tareas que tenemos que hacer en dos días, toda una tortura, pero no me quejo después de todo la que va a salir favorecida con todo esto seré yo porque si logro completar mis estudios en el S.A.M tendré mi futuro asegurado en un hospital para mascotas y animales de granja. Si, mi sueño es ser veterinaria.

Dejo mi maleta al costado de la puerta del internado y hay dos maletas más, una fucsia de Annie y una verde de Diane. Eso me alivia, al menos se que podré resolver los problemas con ella. De inmediato tomo mi mochila y me dirijo a mi salón correspondiente.

- Hola. Saludo al entrar. Los allí presentes levantan la mirada me observan de pies a cabeza y siguen en lo suyo. Dejo caer la mochila en mi pupitre y suelto un suspiro, lo de recién era de esperar si se trataba de Roxana, Sheila, Aaron y sus "seguidores", pero no me afecta solo estaba siendo cortés, al menos mis padres me enseñaron a saludar cuando entro a algún lugar. Vuelvo a salir del salón y veo una castaña cabellera que se mueve con la suave brisa que hay. Camino de puntillas y cuando estoy a sus espaldas le tapo los ojos con ambas manos.

- Adivina quien soy. Le digo mientras me acomodo.

- Creo que se quien eres, ¿Tal vez te llamas Yasmín?

- Damas y caballeros, tenemos un ganador. Concluyo mientras le quito mis manos de los ojos y me siento a su lado.

- Hola Frank. Le digo mirando esos intensos ojos mieles.

- Hola Yas, te extrañé amiga. Dice Frank mientras me abraza.

- Yo también. Digo respondiendo a su abrazo. - Cambiando de tema ¿No has visto a Annie? Le pregunto mientras deshago el abrazo.

- Mmm, creo que la vi en el comedor con Ezequiel Mellarck. Abro los ojos como platos al escuchar eso.

- ¡Annie! ¡Ezequiel Mellarck! ¡¿Juntos en el comedor?!

- Emm si. Contesta mirándome con cara de extrañado - ¿Por qué tanta emoción?

- Nada es que estoy segura que esos dos se gustan pero no se animan a admitirlo.

- Creo que tu y yo pensamos igual. Dice Frank mientras me observa pasando una mano en su mentón como si estuviera pensando.

- Ay ya. Le digo mientras le doy un zape en la nuca.

- ¿Qué? No dije nada malo. Me contesta mientras se soba la zona afectada.

- Yasmín, ya llegaste. Me volteo y veo a Diane parada detrás de mi.

- ¿Podemos hablar? Me pregunta. Miro a Frank y el asiente con la cabeza.

- Está bien Diane, vamos. Me levanto del banco y camino detrás de ella. Llegamos a nuestro típico lugar de charlas, que es casi frente a nuestro internado.

- Siéntate. Me dice señalando el banco que estaba a su lado, la obedezco en silencio. Ella suelta un suspiro para luego responder.

- Lo siento. Dice casi en un susurro.

- Yo igual. Digo bajando la mirada.

- No Yasmín, tu no me tienes que pedir perdón por nada, yo fui la que las dejó a ti y a Annie tiradas solo porque fui una egoísta al pensar en mi misma y creer que si las hacía quedar mal con Roxana y Sheila podría conseguir una oportunidad con Aaron, lo logré pero me di cuenta de que el es otro mujeriego más, otro rompecorazones, como lo hizo con el mio yo de verdad quise y quiero a Aaron, pero el prefiere estar con todas y no querer a ninguna.

Un silencio invadió por completo el lugar, solo podíamos escuchar el canto de los pájaros y el sonido constante de otras personas hablando.

- Mira Diane, yo te pido disculpas porque fui muy dura al hablarte como lo hice la otra semana, si todo lo que me dices es verdad lo siento, lo siento porque tu si amas a ese bastardo, disculpa si te ofendo pero es lo que pienso de el, desde el primer día traté de advertirte sobre Aaron, pero tu te arriesgaste a intentarlo.

- Si lo se, ahora más que nunca te agradezco por eso, yo literalmente metí las manos al fuego por alguien que no valía la pena, por culpa de ese idiota dejé a mis mejores y únicas dos amigas, una vez más Yasmín... Lo siento.

Me levanto del banco y me coloco al lado de Diane, paso un brazo por su hombro. - Tranquila, estás arrepentida, lo se porque te conozco muy bien, yo te perdono y estoy segura que Annie también lo hará, Diane en serio te extrañé estos días.

- ¿Puedo abrazarte?

- ¿Y me lo preguntas? Digo abriendo los brazos. - Ven acá amiga. Nos abrazamos y nos quedamos así por unos segundos, hasta que escucho unas palmas, nos soltamos y yo giro sobre mis talones.

- Bravo, me emocioné hasta las lágrimas, bravo, bravo. Era Sheila que se estaba secando una lágrima falsa.

- ¿Qué quieres Sheila? Le respondo cruzando los brazos.

- Queremos felicitarlas por su reconciliación. Contesta Roxana.

- Pues gracias y adiós. Les respondo saludando con la mano.

- No nos eches, queremos ser partes del emotivo momento. Habla esta vez Aaron.

- Y... mi buen humor se fue, escucha Aaron hay que aprender a valorar a las personas, no todas son iguales, por si no sabes a que me refiero hablo de Diane, ella no es cualquier perra de esas a las que estás acostumbrado a tener, ella es única y no te merecía a ti, se merece a alguien que de verdad la quiera y que sepa verla más allá de su físico ¿Entiendes? Le digo.

- Aww, pero que amiga más tierna. Responde el con voz de niño pequeño. Sin previo aviso le doy una bofetada, una que tan merecida tiene.

- Aww que bella marca dejé en tu rostro. Le respondo sarcástica.

El impacto de mi mano en su cara hizo que su rostro ahora estuviera mirando hacia la derecha, mi mano está doliendo pero no me arrepiento de haber hecho lo que hice se la merecía por bastardo, el voltea su rostro con esa típica sonrisa arrogante.

- Eres ruda, me gustan las rudas. Dice intentando tomarme por la cintura.

- Ni lo intentes o ahora conocerás a mi amigo el puño. Digo mientras me zafo de su agarre.

- Tranquila muñeca. Me responde queriendo volver a agarrarme.

- ¿Acaso no te quedó claro que ella no quiere que la estén tocando?

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¡chan chan chan!

Hola otra vez, disculpen mucho la tardanza, como no subì cap en toda la semana hoy les traigo un pequeño maratòn... espero que les guste!!

Voten y comenten! Plis!!