Papá nos llevaba como cada día, hoy andaba muy perdida en mis pensamientos, sólo quería que estos acabaran pero no sabía cómo hacerlo y justo lo vi al bajar del auto, mi padre se despidió y le regale una sonrisa, Mateo se fue caminando muy rápido que ni me vio.
Al acercarme a la academia vi a Lara sentada en el césped, en cuanto me ve alza la mano para que me acercara, camine a hacia ella mientras pretendía que no lo había visto, ¿qué hacía tan temprano aquí?
Esa niña de cabello alborotado la conocía desde que éramos pequeñas, aún recuerdo que me parecía la vecina rara, a la que trataba de evitar y ahora es mi mejor amiga.
- Ya llego por quien lloraban – exclamé, esbozando una sonrisa.
- Para que no viniera – responde Christian sarcástico.
- Bueno creo que alguien se ganó ser expulsado de mi lista de amigos.
- Asu que cruel – dice con una sonrisa de superioridad.
- Sabias que eso también significa que tu nombre sea borrado de las tareas de matemática – pregunté.
-Maddie yo te quiero, yo te adoro en mi vida eres el mayor tesoro – me canta como acercarse a abrazarme.
- Eres un convenido, pero yo no soy como las chicas a las que conquistas, me has ofendido ahora pagaras mi dolor – le respondí con tono de indignación.
- Ohhh lo que le has hecho a Viviana sólo se puede resarcir de una manera – dice Lara siguiéndome el juego.
- ¿Cuál? – dice curioso.
- Pues te saco del grupo de mate o debes dejarnos castrarte compañero .
-Ahora que lo pienso jalar matemáticas no suena tan mal.
Todos reímos y entramos a la escuela ya que había tocado el timbre, estábamos en clases diferentes excepto Lara y yo, acostumbrábamos sentarnos juntas siempre en las mismas carpetas.
La mañana paso tranquila hasta que llegó la hora de salida, fuimos juntas a recoger a mi hermano menor llamado Matías que tenía 11 años; hoy como todos los lunes ella almorzaría con mi familia.
Llegamos a fuera de la escuela y Matías se nos acercó, amaba mucho sus enormes ojos verdes, eran como los míos, los heredamos de papá.
- ¿Cómo te fue? – le pregunte.
-Muy bien, ¿qué haremos hoy?
- Intentar conquistar el mundo – respondí picara.
- y ¿cómo lo haremos?
- Haciendo la aburrida tarea – Los tres reímos a carcajadas y nos dirigimos a casa.
- Hola señora – saludo Lara a mi madre al llegar.
- Muy bien nena y tú ¿cómo estás? – preguntó mientras la abrazaba, mi hermano interrumpió su abrazo para que mi madre lo abrazara también, caminaron al comedor para que almorzáramos juntos antes de que fuera a la oficina a trabajar.
- Mamá, volverás temprano hoy .
- Creo que sí, tu padre también volverá a cenar - respondió con una hermosa sonrisa.
- Y ese milagro - comente sarcástica.
- Tampoco sé, pero ya era hora - dijo seca.
- Sí, supongo que si - susurre resignada.
- ¿Qué pasa? - pregunto Roxi en cuanto mi madre salió del comedor.
- Papá no viene a cenar hace mucho - dijo mi hermano.
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Te dedico mi último verso.
Romance¿Nunca han sentido esa opresión en el pecho que les impide decir lo que sienten?, pues yo la siento constantemente. Siempre quise ser escritora,es la única forma por la que no siento miedo, quizás escribirte las cartas que nunca leerás podrían ser...