Lara me recogió, sus padres habían tenido una emergencia puesto que su abuela se encontraba un poco enferma y tuvieron que ir al pueblo donde esta vivía, al parecer no era muy grave pero como vivia sola prefirieron ir a ver como se encontraba, cuando Lara le explico aquella situación a mi madre esta me permitió dormir esa noche en su casa.
Al llegar a la fiesta nos dimos cuenta que estaba abarrotada de gente, más que toda la academia estaba allí, nos sentamos en un sillón rojo con un grupo de amigas que era algo curvo, algunos amigos nos rodearon y mientras más amistades llegabas nos juntábamos en aquel lugar, de rato en rato salían a bailar, el trago no se hacía faltar.
Desde mi posición podía ver a Mateo, estaba muy cariñoso con Fiorella pero yo había decidido dejarlo atrás o algo así, bueno iba a intentarlo.
La noche pasó entre risas hasta que notamos que Mateo y Fiorella discutían acaloradamente, ella salió y todos hicieron como que si no sucediera nada, en ese momento Lara me tomo de la mano mientras me susurro al oído que saliéramos de la casa.
Cuando estábamos afuera me senté en una de las veredas que daban para la pista, mientas ella permanecía de pie al lado mío, saco unos cigarros de su bolso con un encendedor me dio uno y no dijo nada hasta que se lo pregunte.
- ¿Qué hacemos aquí afuera?
- Viviana, ¿Somos mejores amigas?
- Bueno no, somos como hermanas pero a qué viene todo eso.
- Es que no lo entiendo, te juro que no.
- No entiendes que – Me intrigo su respuesta.
- ¿cuándo pasó? Que lo pienso pero de verdad que no sé.
- Aun no entiendo nada – La veía fumar su cigarro mientras veía al cielo.
- ¿cuándo te enamoraste así de Mateo?
Me quedé en silencio viendo cómo se consumía el cigarrillo que tenía en la mano, sabia que iba a llegar el día en el que se lo iba a contar.
- Bueno nena lo que pasa es que, sabes que conocí a Mateo en la primaria, recuerdo que vi sus ojos y una voz en mi cabeza me dijo ese es el chico, pero como éramos jóvenes fue un platónico nada mas, salí con otras personas como sabes pero él fue un chico que no pude superar, nos hicimos muy buenos amigos y confidentes algunas veces, eso también lo sabes, pero siempre lo quise, el día que me enganche bien con él fue una madrugada, antes de que el entrara a la universidad fue a mi casa ebrio y lanzo piedritas a mi ventana, aquel día mis padres no estaban así que baje a abrirle la puerta a ver que quería, nos sentamos en la sala y allí me beso.
Me quede en silencio recordando cómo fue aquella madrugada.
En ese beso sentí todo, todo lo que nunca sentí antes, es difícil de explicar; luego fuimos a mi habitación y se recostó conmigo, nos dormimos y nada paso; él al día siguiente se disculpó por ello y quedamos como los amigos de siempre, pero algo cambio en mí, algo que ahora intento dejar ir.
Sentí como se me humedecían los ojos, en ese momento escuchamos pasos detrás de nosotras.
- Hablando del rey de roma – Es lo que dijo Lara como irse.
No me atreví a darme vuelta, pero sentí como alguien se sentaba junto a mí, sentí su aroma y sabía quién era.
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Te dedico mi último verso.
Romance¿Nunca han sentido esa opresión en el pecho que les impide decir lo que sienten?, pues yo la siento constantemente. Siempre quise ser escritora,es la única forma por la que no siento miedo, quizás escribirte las cartas que nunca leerás podrían ser...