NOCHE - DÍA.

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Al girar me encontré con la cara de Rafael, la cara que ahora mismo me llevaba a la casa de Lara, este joven acababa de regresar del extranjero, una no podía olvidar de ninguna manera al cerebrito de la casa celeste, no hizo ninguna pregunta del porque me encontró con en ese estado, sólo conducía de manera muy tranquila regalándome una media sonrisa de rato en rato, el me daba tanta paz en ese momento.

Al llegar encontré a Lara en su puerta con cara de susto, al verme corrió a abrazarme y preguntar por lo ocurrido, Rafael se despidió y fue a casa, dijo que esas fiesta no eran lo suyo pero que antes de encontrarme sentía que debía ir, quizás era el destino o simple casualidad, sea lo que fuese estaba muy agradecida por ello. Para cuando Lara se durmió me puse a pensar en lo que hoy sucedió, no hable de esto con ella ya que no tenía muchas ganas pero aun no sé cómo los sentimientos pueden dominarnos a tal punto, creo que perdí todo mi orgullo esta noche y sin darme cuenta, creo que jamás debí haberle dicho eso o actuar así, quizás debí pensar más lo que hacía pero solo lo hice, ya no había marcha atrás, pero era lo mejor para mí y eso era lo único que debía importarme ahora.

Cerré los ojos sintiéndome un poco más tranquila, con la esperanza de que todo estuviera mejor mañana.


Te dedico mi último verso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora