CAPITULO 25

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Al darme la vuelta veo sus ojos azules mirándome fijamente, transmiten muchos sentimientos indescriptibles.

-Tenemos que hablar.-dice con voz ronca y autoritaria. Estoy dispuesta a discutir si hiciera falta hasta que veo a Richard al lado de Oliver.

-¿Qué demonios hace él aquí?-digo con todo el enfado retenido en estos días. Mis ganas de soportar a cualquier ser humano son muy, pero que muy escasas.

-Después de todo lo que te conté y lo que te entregué, ¿Me vas a pagar así?-digo con voz temblorosa. Siento las lágrimas luchar por salir y siento como mi alma se hunde cada vez más.

-No es lo que parece Emily, necesitamos hablar.-ahora quien habla es Richard e intenta acercarse a mí pero, antes de llegar a mí yo retrocedo y levanto las manos para intentar alejarlo.

Veo el dolor reflejado en su mirada pero, ¿qué siente? Solo está aquí para llevarme con mi padrastro y lo peor de todo es que, Oliver está con él.

-Vengo a entregar mi renuncia, ¿Michael serias tan amable de entregarla por mí al señor Queen? Yo ya no tengo nada más que hacer aquí.-dirijo mi mirada hacia Michael y él me ve con sus ojos abiertos como platos y sin saber qué hacer.

-Michael no te muevas-la voz de Oliver resuena por todo el lugar-De aquí no te vas hasta escucharnos, a los dos, Emily-dice Oliver acercándose a mí y cogiéndome del brazo para después arrastrarme hacia el despacho más cercano.

Una vez dentro del despacho, escucho el portazo y cuando me doy la vuelta Oliver está a escasos pasos de mí.

-No quiero tus estúpidas excusas Oliver, ya me cansé de que, cuando creo que nada más va a separarnos hay algo o alguien que tiene que estropearlo, dices que tengo que confiar en ti pero, ¿Cómo quieres que lo haga? Tienes una mujer, una esposa a la cual prometiste cuidar y amar no engañarla con la primera chica que se pusiera delante tuya, y lo peor es que esa chica soy yo.-cuando termino de hablar siento mis lágrimas bajar por mis mejillas.

Oliver coge mis mejillas y ya no intento separarlo, no tengo fuerzas. Me siento derrotada. Estoy derrotada.

-No es mi esposa.-recalca cada palabra y yo frunzo el ceño.

¿Qué?

-Iba a serlo hasta perder al bebe que estábamos esperando.-sus palabras caen como un cubo de agua fría encima de mí.

Le doy un empujón y me alejo lo más posible de él.

-¿Qué?-digo en un susurro y Oliver intenta acercarse otra vez pero, yo acabo en el otro lado del escritorio.

Al menos una barrera consigue separarnos porque, de no ser así, sería capaz de cualquier cosa.

-Emily, tienes razón, no soy nadie para pedirte que me lo cuentes todo, no cuando yo no te he contado nada pero, a eso he venido, te lo contaré todo, pero por favor, escúchame.-su voz sale derrotada, siento remordimiento, verlo así, se siente incorrecto. Debería estar dándole mi apoyo, su estado es muy malo, parece haber envejecido. Pero algo dentro de mí me lo impide, no puedo caer rendida a sus pies solo con un par de palabras.

-Por favor, siéntate y escúchame-dice mientras él se sienta en una de las sillas colocadas delante del escritorio.

Yo me siento en la silla giratoria y veo como él pone las manos en su cara intentando ocultar sus lágrimas.

-Cuando mi padre murió, mi madre volvió a casarse a los pocos meses, no me lo tomé nada bien, no solo por el poco tiempo que tardó en rehacer su vida sino que, con el hombre que se casó nunca me transmitió nada bueno, no confiaba en él pero mi madre no me escuchó. A los pocos meses de casarse, nos llegó un aviso del banco, la empresa estaba de deudas hasta el cuello, nos echarían a mi madre y a mí de nuestra casa gracias a ese cabrón, él se aprovechó del esfuerzo de mi padre, había dejado casi en la ruina a la empresa, endeudó casi todas nuestras propiedades pero, aun así, mi madre no quiso escucharme. Amber era la hija de unos grandes empresarios, ella y yo nos conocimos en una fiesta a la cual me invitó ella, esa noche me emborraché a tal punto que, al día siguiente no recordaba nada, aparecí en casa de Amber, desnudo, en su cama. Yo no quise saber nada más de ella, no tenía tiempo para pensar en mujeres, tenía que sacar la empresa de mi padre a flote pero, a las pocas semanas Amber apareció en mi casa con su padre, ella estaba embarazada, su padre casi me mata al saber que yo no tenía intenciones de casarme con ella pero, llegamos a un acuerdo. Me casaría con ella solo por él bebe y su padre me dejaría el dinero necesario para llevar la empresa otra vez a flote. Yo apenas hablaba con Amber, solo me preocupaba el bebe, pasaba todos el día en la empresa, incluso hice mi apartamento allí, necesitaba resurgir lo único por lo que mi padre había luchado toda su vida y lo conseguí pero un día cuando Amber venía a buscarme al trabajo ya que yo no contestaba a sus llamadas ella tuvo un accidente...-sus palabras quedan en el aire, sus lágrimas salen y sus manos no abandonan su rostro.

Mis piernas empiezan a andar antes de procesarlo, cojo sus manos y las aparto de su rostro.

Mis pulgares pasan por sus mejillas retirando sus lágrimas.

-Te amo-digo en un susurro mientras paso mis brazos alrededor de sus hombros y él esconde su rostro en el hueco de mi cuello.

Los minutos pasan mientras Oliver intenta controlar las lágrimas y sus brazos me estrechan en su duro pecho.

Saca su rostro de mi cuello y veo sus ojos rojos.

-Yo no quise que eso pasara, no quise que muriera...-

-Tú no tienes la culpa, no te culpes por algo que no estaba en decisión de nadie.-digo mientras acaricio su rostro.

-Cuando él bebe murió, no volví a saber nada de Amber, el acuerdo ya no era valido, cuando la vi ayer, no sabía qué hacer, no pensé que volvería a verla.-

-Entonces, ¿Ella no es tu esposa?-pregunto en un susurro y el niega ligeramente. Sus ojos me miran con tristeza mientras yo intento asimilar cada palabra pero, apenas puedo pensar con claridad.

Oliver me lleva al sofá y se sienta en el mientras tira de mí y me siento a horcajadas encima suya.

Pasa sus manos alrededor de mi cintura y yo apoyo mi rostro en el hueco de su cuello.

No sé cuánto tiempo pasa hasta que decido formular la pregunta que lleva rondando mi cabeza todo el tiempo.

-Oliver.-digo su nombre y lo miro a los ojos mientras cojo valor.

-¿Qué hace Richard aquí?-mi pregunta no lo sorprende y pasa sus manos por mi pelo para ponerlo detrás de mi oreja.

-Viene a por ti.-nada más procesar sus palabras me levanto de su regazo como si me estuviera quemando.

-¿¡Qué!?-digo en un grito y veo como una sonrisa aparece en el rostro de Oliver.

-¿Pero qué te hace tanta gracia pedazo de gilipollas?-digo con un tono de voz que me sorprende hasta a mí. Estoy de los nervios, mi corazón va a mil y siento que estoy en camino hacia una taquicardia.

-Tranquilízate Emily, no es lo que piensas-dice levantándose y antes de tocarme ya he salido corriendo del despacho pero choco con alguien y siento unos brazos agarrando mi cintura.

-Que ni se te ocurra dejarme otro día más con un Oliver así de insoportable porque te juro que como tenga que pasar un simple día más con el así, me suicido o me mandan al loquero.-la voz de Michael consigue sacarme una sonrisa pero se va tan pronto como vino al ver a Richard detrás suya.

Joder.

¡¡No os podreis quejar!! Estoy publicando más seguido y espero que os esté gustando. Cualquier fallo decidmelo porfis.

Capítulo dedicado a mis protectoras civíles😚

¿Jefe? 1&2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora