CAPITULO 28

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Richard rompe el abrazo y pasa sus manos por mis mejillas mientras limpia mis lágrimas y muestra su gran sonrisa.

-Vamos pequeña, deja de llorar, tenemos que estar felices y recuperar el tiempo perdido.-dice mientras coge mi mano y salimos del despacho. Mientras los empleados nos miran con ojos expectantes y nos subimos al ascensor le pregunto por Oliver y Justin.

-Bajaremos a la cafetería y les avisaremos.-dice y yo sonrío mientras bajamos del ascensor y vemos a los chicos sentados en una mesa.

Ellos al vernos, se levantan y andan hacia nosotros. El primero en hablar es Justin.

-¿Todo bien, tío?-su pregunta hace que mi boca llegue al suelo.

-¿Tío?-pregunto y él sonríe.

-Justin es mi sobrino...-antes de que Richard siga hablando Justin lo interrumpe.

-Hasta que no dijiste el apellido de Richard no me di cuenta de que, el misterioso Richard del que me hablabas era mi tío y que la hija pérdida de mi tío eras tú.-

-¿Estas de broma?-pregunto aguantando la risa, en serio, creo que me río por no llorar.

-Tranquila, siempre te veré como mi hermanita, no como mi prima.-dice y yo suelto una carcajada.

Los ojos de Oliver están puestos en mí y veo como su sonrisa crece al igual que la mía.

Él solo quería que supiera la verdad.

-Chicos, me llevo a Emily, quiero presentarle a sus hermanos.- Al escucharlo mi cabeza se vuelve hacia el como si fuera la niña del exorcista.

-¿Hermanos?-medio grito y él me sonríe mientras asiente.

-Claro, tomaos vuestro tiempo, Justin y yo tenemos cosas que hacer, ¿verdad?-Oliver dirige su mirada hacia Justin y este asiente efusivamente.

Los chicos vuelven a sentarse y Richard y yo andamos hasta el aparcamiento para después subirnos hasta un 4x4.

Al entrar me quedo mirando a Richard y veo que, ciertamente tenemos muchos rasgos en común.

-No me dijiste que tengo hermanos.-le digo y él sonríe.

-¿Viste la foto que se encontraba en la mesa del despacho?-

La foto de él con el joven y la muchacha.

-Sí, ¿son ellos?-

-Se llaman Sindy y Erik, son mellizos y tienen 18 años.-

-Pero, ¿Ellos saben que yo existo?-pregunto con miedo. No cualquiera se toma bien que de un día para otro tienes una hermana.

-¡Claro!, Erik me ayudo con las investigaciones y Sindy estuvo a punto de viajar a Los Ángeles para conocerte.-dice rompiendo en carcajadas.

Eso no me lo esperaba.

-Perdón por la pregunta pero, ¿Y su madre?-

Un pequeño suspiro sale de Richard y con tan solo ver su cara me arrepiento de haber formulado la pregunta.

-El parto venía con problemas, no lo resistió-

-Lo siento mucho.-

Antes de poder responder el coche se detiene abruptamente y las puertas son abiertas fuertemente.

Alguien me jala hacia fuera del coche y lo único que escucho es a Richard gritar mi nombre hasta caer en la oscuridad.

***

La cabeza me duele a horrores e intento moverme pero, todo mi cuerpo grita del dolor. No hay musculo que no me duele, incluso músculos que no recordaba tener.

Cuando mis ojos se adaptan a la oscuridad veo donde estoy, parece un sótano, el olor a humedad y el frío es lo único que percibo, hasta escuchar varios ruidos a mí alrededor. Al intentar moverme me doy cuenta de las esposas que me retienen.

El pánico estalla en mí y siento como mi corazón aumenta sus pulsaciones.

Miles de preguntas se formulan pero solo una respuesta llega a mí.

Oscar.

Vuelvo a escuchar el ruido y un grito sale de mí cuando una rata aparece corriendo delante de mí.

Mis costillas duelen al intentar levantarme y mi cabeza parece que va a explotar.

Vaya paliza. Joder.

Richard.

Mis alarmas saltan cuando recuerdo sus gritos, él gritaba mi nombre.

¿Lo habrá cogido?

Oh Dios mío, ¿Y si lo ha matado?

Intento levantarme pero mis rodillas no lo aguantan y caigo al suelo. Tengo que ser fuerte, no es la primera vez. Tengo que ser fuerte.

Vamos Emily, recuerda, Dios da sus peores guerras a sus mejores guerreros.

Eres una luchadora, tienes que levantarte, tienes que hacerlo, ahora más que nunca, ahora que tienes una familia y tienes a Oliver, debes luchar y sobrevivir por ellos.

Vuelvo a intentarlo pero, mis rodillas vuelven a fallar. Todo mi cuerpo grita de dolor pero, no me rindo, vuelvo a intentarlo y esta vez, lo consigo.

No hay ninguna ventana, solo una puerta por la que, solo se ve un rayo de sol.

Cuando consigo llegar a ella le pego lo más fuerte que mis débiles brazos permiten.

Grito todo lo que puedo mientras pido ayuda y golpeo la puerta pero nada, solo consigo que el dolor aumente.

Las esposas han dejado mis muñecas en carne viva y veo como la sangre baja por mis manos.

Solo pasan unos minutos hasta que la puerta se abre bruscamente y el hombre de mis pesadillas aparece.

-Vaya, la princesa despertó guerrera.-su sonrisa y sus palabras bastan para que mi cuerpo tiemble del miedo.

-¿Por qué no me dejas ser feliz?-le pregunto mientras mis lágrimas luchan por salir.

-¿Feliz? Tú no mereces ser feliz. Eres una maldita bastarda que nunca debió nacer.-al pronunciar sus palabras su puño acaba dándome y tirándome en el suelo.

Mi vista se nubla y lo único que consigo es toser y retroceder en el suelo para evitar sus golpes.

Que ya haya pasado por esto antes, no significa que duela menos.

-Deberías preguntarte, ¿Cómo te he encontrado?, pero la gracia es que, nunca te perdí de vista, sabía dónde estabas en cada momento, no huiste de mí, te metiste en la boca del lobo.-lo escucho y realmente no entiendo sus palabras hasta ver a la persona que se encuentra detrás suya.

¿Michael?


Bueno, os imaginareis que el final ya se acerca y entenderéis porque os decía que no confiarais en nadie, WUAJAJAJA soy mala, lo sé.

Os recomiendo las historias de vanessa9085 y TuColombiana16  en serio, son muy buenas ;)

COMENTAAAD PORFAVOOR 

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