La Hermana Adoptada De Marinette[Adrien/Chat Noir y Tu]-RESUBIENDO-

Convencer

Trató de dormir, pero cada vez que cerraba los ojos aquellas aterradoras imágenes venían a su cabeza incluso despertaba llorando y empapada de sudor, así que solo podía quedarse encogida en la cama.
Se quedó hasta que los primeros rayos de sol aparecieron por su ventana.
Habían pasado 3 días del incidente de su familia y desde entonces su sueño se había resumido en unas cuantas horas, incluso en el hospital tuvieron que darle un tranquilizante para que pudiera dormir.

—Buenos días.—La voz de Marinette se escuchó tras la puerta.—¿Puedo entrar?

—Sí, claro.—La propia _______ abrió la puerta y la invitó a pasar.

—Desayunemos juntas antes de que me vaya.

—¿A dónde te vas?

—Voy al instituto, seguro que pronto podrás venir conmigo.

La de ojos café hizo una mueca y solo asintió.
Ambas se dirigieron a la cocina.

—¿Qué tal has dormido?

—Bien.

La azabache se dio cuenta de que mentía, sus ojos hinchados eran notorios y sus ojeras se hacían cada vez más intensas.
Marinette sacó un brik de leche, unas cuentas galletas, cereales, croissants, jamón york, queso y pan.

—No sé que te gusta así que come de todo.

______ la miró extrañada y solo pudo soltar una pequeña risa.

—No hace falta que saques tantas cosas, como lo que sea, soy como un perro

—No eres un perro, así que puedes elegir lo que quieras.

La extranjera se decidió por lo mas fácil que se le haría digerir, leche y cereales.
La francesa estaba encantada viéndola comer porque era una clara señal de que estaba mejorando.

—Como papá y mamá están trabajando, cuando vuelva podemos ir al centro comercial a comprar algo de ropa para ti.

—Pero yo no tengo dinero.

La de los ojos azules frunció el ceño, se cruzo de brazos.

—¿Por qué te pediríamos que pagues tus propias cosas?

—Pero solo estaré aquí de forma temporal, no hay razón para que paguéis mis cosas, puedo trabajar a medio tiempo y-

—Basta.—Dupain-Cheng se mostró molesta e hizo que _______ se quedara en completo silencio.—No pienses de esa forma, tal vez es extraño para ti pero no nos debes nada ni tienes que trabajar.—Se quedó un momento en silencio y tomó aire.—Tal vez es muy precipitado, pero, ¿no te has replanteado quedarte con nosotros de forma definitiva?

La pelinegra desvió la mirada y no dijo nada.

—Lo siento, he hablado de forma muy apresurada.—Marinette acarició el cabello de la chica.—Pero no voy a aceptar un no por respuesta a la tarde de compras.

Y después de darle una 'amenaza' tomó sus cosas y se fue.

La pelinegra pestañeó un par de veces y siguió comiendo, se había sentido agradable que le acariciase el cabello.
No terminaba de entender la razón por la que se sentía tan cómoda con la familia Dupain-Cheng.
Bueno después de todo la azabache había hecho todo lo posible por que eso se hiciese posible.
Sonrió un poco en pensar en la gran espontaneidad de la francesa.
Bueno tal vez era porque la diferencia de edad no era mucho, por lo que le dijo ella tenía 16 años.

"¿Está bien que acepte algo como eso? Ni siquiera puedo hablar francés ni entenderlo."

La de ojos oscuros terminó de tomar la leche que estaba en su vaso, limpió lo sucio y volvió a su habitación.
Y pudo cerrar sus ojos por un momento, tal vez podría dormir una hora antes de volver a despertar asustada.

Buscó con la mirada a su amiga con total calma, después de todo por primera vez no había llegado tarde a clases.

Alya la saludó a lo lejos y la invitó rápidamente a que fuese con ella.

—¿Acaso se va a caer el mundo o por qué has llegado pronto?—Preguntó la morena.

—No siempre soy impuntual eh—la azabache se rió y dio un gran bostezo.

—¿No has descansado? Te veo agotada.

—En realidad hemos tenido visita en casa y me he estado acostando tarde estos días.

—¿Algún familiar de China?

Dupain-Cheng negó pero se mostró dubitativa, no estaba segura si debía comentarle la situación tan delicada a su amiga, tal vez una pequeña mentira no haría mal.

—Una amiga del extranjero.

—¿Enserio?Que emocionante, ¿por qué no dijiste nada?

—Bueno, es que..,—trató de pensar en respuestas razonables pero se le estaba haciendo difícil no mentir más.

—Buenos días.—Saludó una voz masculina.

Ambas se giraron y el termómetro imaginario de Marinette comenzó a subir.
Nino y Adrien habían llegado y estaban saludando con total calma.

El moreno le dio un pequeño beso en la mejilla a Alya puesto que era su novia, pero en cambio la de ojos azules seguía trabada tratando de decirle un simple hola al rubio.

—Marinette me estaba contando que había llegado una amiga suya del extranjero.—La de mechas rojas arqueó sus cejas para tratar de que su amiga dijese algo.

—Sí, llegó ayer—tragó saliva pero fue ayudada por la campana.—Mejor entremos a clase.

Los otros tres se miraron y solo se rieron, después de todo estaban acostumbrado a que su amiga fuese así.

Las horas pasaron pero Dupain-Cheng solo podía ansiar volver a casa para irse de compras con _______.

—¿Por qué sonríes como una loca?—Le murmuró Alya.—¿De nuevo estás imaginando un futuro con Adrien?

La azabache frunció el ceño y le hizo señal de que hiciese silencio.

—No es eso—fue cuando sonó la campana de salida y rápidamente recogió sus cosas.

—Espera, hoy es viernes hagamos alg-

—Tiene que ser otro día, lo siento.—Respondió rápidamente la chica mientras salía corriendo más veloz que un rayo.

—¿Ya se fue Marinette?—Cuestionó Adrien y Césaire asintió con un gran suspiro.

—Esta chica está más rara que de costumbre.

—Tal vez es por su amiga.

—Ojalá nos la presente pronto.

La conversación fue interrumpida porque se escuchó un fuerte temblor.
Los tres salieron fuera del instituto, para darse cuenta de que había un gran gorila cerca de la Torre Eiffel.
La pareja se miró aterrorizada y cuando estaban por decirle a Agreste que huyeran hacia el interior se dieron cuenta de que había desaparecido.