Me desperté al alba y me dirigí al baño. Medito en medio de la espuma con olor a lavanda mientras Sócrates juega con las burbujas que suelta el jabón. Justo cuando estoy disfrutando de este tiempo a solas entran mis doncellas en un torbellino de gritos y de euforia. Las miro divertida, son más amigas que sirvientas.
- Baronesa, tenemos que informarle que hoy hay un baile en su honor - dice Louisa solemne.
Me siento como en la época medieval con sus bailes y todo eso.
Me dicen que debo prepararme.
Pasamos media mañana en el centro de depilación convirtiendo mi piel en satén reluciente. Luego, me lavan el pelo dejándolo perfecto y me hacen manicura y pedicura. Ahora toca elegir vestido.
Juliette saca un vestido apabullante de color fucsia, Louisa elige uno color verde manzana con muchos lazos, Giselle me enseña un traje con un sinfín de pedrería y Eleanor quiere que lleve uno color naranja. No me convence. Buscamos durante media hora hasta que uno me llama la atención; Es rojo, pero de un color carmesí que parece un tizón ardiente, ajustado, de seda, con mangas largas y cola de sirena y con unos bordados en hilos dorados que representan dragones orientales cuyos ojos son diamantes. Es magnífico. Mientras ellas lo preparan, yo me voy al pueblo. Para ir me he puesto un bonito vestido negro con un chaleco del mismo color, unas calzas también negras y unos mocasines negros. Cojo mi caballo y me dirijo hacia allí
ESTÁS LEYENDO
Volutas de sombra
VampiroPara Miella abandonar su vida acomodada y tranquila en Liverpool e irse con su abuela baronesa a un castillo en medio de los Cárpatos no es algo que le agrade. Nueva vida, nuevo colegio, nuevos amigos... Y tal vez algo sobrenatural y tenebroso.
