Bryn ➳ c.h

8

La casa de Bryn estaba completamente a oscuras y le había pedido que guardase silencio para no despertar a sus padres; si aquello llegaba a suceder los dos estarían muertos.

Calum caminaba detrás de ella, odiándose en aquel momento porque su mano había comenzado a sudar cuando Bryn se la había agarrado para dirigirle, y su distracción sólo consiguió que se tropezase con un escalón y ella tuviese que aguantar una carcajada mientras lo mandaba a callar. Por suerte consiguieron llegar a la habitación sin problemas.

—El cuarto de mis padres está al otro lado, así que podemos hablar sin problemas —le explicó, dirigiéndose hacia el armario bajo la atenta mirada de Calum—. Espero que no te importe que me cambie.

Él negó rápidamente con la cabeza y tragó saliva cuando vio como se volvía a quitar la camiseta, esta vez sustituyéndola por otra que le quedaba mucho más grande, para después quitarse los pantalones.

Cuando se percató de su reacción Bryn no pudo evitar reír.

—Respira, Cal —le pidió—. No es como si no hubieses visto algo así antes.

Él asintió; no, no era la primera vez que veía a una chica en ropa interior, pero si era la primera vez que quería que eso no acabase. Que deseaba ser bueno pintando para poder plasmar su belleza en papel.

Bryn volvió a soltar otra carcajada y cogió su mano para hacer que se sentase junto a ella en la cama, colocando las hamburguesas que habían comprado entre ellos.

—¿Te parece si vemos una película?

—De acuerdo —aprobó Calum y siguió sus movimientos mientras se levantaba para coger el mando de la televisión para después volver a su lado y, sin previo aviso, acurrucarse en él, haciendo que su corazón se acelerase unos segundos antes de poder sentirse completamente relajado.