Capitulo 25 [La boda]

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(...)

-¿Tienes sueño? - preguntó Max luego de un silencio incómodo.
-Mmm... Algo - respondí.
-El doctor me dijo que puedes tener compañía por la noche si quieres. Ahí hay una camilla - señaló una que estaba en el otro extremo de la habitación.
-¿Puede... Puede ser Jaden quien venga?
-Ya lo llamo. Buenas noches. Cualquier cosa que necesites le dices.
-Claro, ve tranquilo a casa - sonreí.
-Te quiero - depositó un beso en mi frente.
-Igual yo, hasta mañana.

Salió y pocos minutos después, Jaden apareció por la puerta.

-No puedo creer que Max me haya dejado venir. Claro, luego del sermón - rió y yo sonreí. Odio esto de que me duela reírme - ¿Tienes hambre?, ¿quieres algo? - preguntó.
-No, gracias. Hace unos minutos vino el médico y me dijo que el suero tiene nutrientes y todas esas cosas que reemplazarían un poco la comida. Por lo menos hasta el mediodía de mañana no puedo comer nada.
-Yo creo que moriría si no mastico algo en tantas horas - una vez más, él rió y yo sonreí.
-Por casualidad, ¿tienen mi celular?
-No - lo noté dudoso y alcé una ceja - No lo sé - se encogió de hombros - Ya, lo tiene Max. Pero ya se ha ido - confesó.
-¿Lo revisaron?
-Claro que n... - lo miré fijo - si...
-¿Por qué?
-Larga historia. Pero tranquila, fue sólo un chat. Cuando recuerdes lo que pasó nos agradecerás.
-Qué intriga - Jaden rió.
-Me sorprendió algo - sonrió.
-¿El qué?
-Que me tengas como fondo de pantalla y en WhatsApp - abrí mis ojos como platos - Creí que este tiempo me evitabas porque me odiabas.
-Nunca podría odiarte - miró al suelo - ¿Qué pasa?
-Ayer... Bueno, no lo recuerdas. Pero... Lo siento, no puedo decirte.
-¿Qué pasó? - negó con la cabeza y volví a insistir.
-Sólo te pido que cuando lo recuerdes, me perdones. Tú te darás cuenta qué fue.
-Si tu dices...
-Te quiero - me acarició la mejilla y sonreímos.
-Igual yo.

Se hizo un cálido silencio. Nos mirábamos pensando en nada. Sonriendo.

-¿Puedo traer esa camilla al lado de la tuya? - asentí.
Corrió la cama en la que dormiría esta noche y giré mi cabeza para mirarlo luego de que se acostó.
-Te extrañé - me dijo sonriendo. Lo imité - Lo siento.
-¿Por qué?
-Por no haber luchado por estar contigo. No debí haber estado con Anna sabiendo que eres tú a quien amo - sonreí.
-No te... - me interrumpió.
-Sí. Desde que te conocí siempre supe que tú eras la indicada. Al principio, intenté creer que era que sólo me atraías por ser linda. Pero esa misma noche en tu casa, cuando jugamos al Pictionary, ahí fue cuando me maté mentalmente porque me di cuenta de que me gustabas.
-¿Por qué dices que te mataste mentalmente?
-Por los malditos estereotipos. No podríamos estar juntos. Pensaba eso hasta que tú me lo dijiste por primera vez y empecé a darte la contra para que te interesaras en mí. Hasta que logré convencerme y di el primer paso. ¿Lo recuerdas? - alcé una ceja y negué - Fue algo... - se acercó a mí- Así... - me besó.

-Buenas noches, princesa - dijo cuando él ya estaba listo para dormir -¿Necesitas algo?
-Estoy bien, gracias - sonreí.

Con un poco de miedo y dificultad, Jaden me abrazó delicadamente la parte del pecho en la que no tenía herida alguna, pero sí algún que otro cable para el electrocardiograma.
Y yo, intentando esconder mi dolor con una mueca, moví mi antebrazo hasta poder hacer que nuestras manos se tocaran.

-¿Sabes? - lo miré - Nunca más te dejaré sola.
-¿Nunca más? - pregunté dudosa del por qué había usado esas palabras.
-Cierto. Tú cuando recuerdes algo. Me dices así ya sé de qué hablar - solté una risita, seguida de un gemido por el dolor en las costillas y los abdominales - Ups, lo siento. Intenta dormir un poco, mañana si quieres te traigo algunos libros de tu casa, ¿quieres?
-Claro, gracias - sonreí - Buenas noches, Jad.
-Hasta mañana, Isa - me dio un beso en los labios y cerré los ojos.

Mi vecino es un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora