Capítulo 4.

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(ASHLEY)

Abro los ojos, y  miro el reloj digital que tengo al lado. Éste marca las 7:30 a.m, y en 1 hora debíamos estar metidas en el coche, de camino al aeropuerto. "Dilectio Dei"  nos esperaba. Y es que Dilectio Dei, estaba en Austria, algo lejos, teniendo en cuenta que estamos en Barcelona, España.

"Vaya, mierda"-Me quejo interiormente-. 

Había decidido que lo mejor era ir al internado lo antes posible, y así había sido. El mismo día de la oferta, llamaron y hablaron un poco. Total, que decían que era un excelente centro, y que nos vendría muy bien. Así que, ni más ni menos que hoy han pasado solo 2 días de esa llamada, y ya estábamos inscritas dentro, y por supuesto, las maletas listas.

Me levanto con mala leche, y voy al baño. Entro dentro, y la cierro con pestillo. Camino hasta la bañera, y abro el grifo, dejándola llenar. 

Me voy quitando la ropa, lentamente con desgana. Me contemplo en el espejo: mi melena rosa que usualmente luce perfecta sin enredos, está frente a mí completamente enmarañada; mis ojos oscuros adornados por enormes ojeras, y mi cara ya de por sí blanquecina, ahora luce pálida. 

Cojo un cepillo, y me meto en la bañera. Me pongo el champú, y masajéo mi cuero cabelludo, seguido de el champú la mascarilla, me la aplico en las puntas, y con mi cepillo trato de desenredar mi cabello. Luego el gel corporal, el aceite, y lista. 

Me aclaro, y salgo de la bañera. Me siento completamente nueva. Abro la puerta y me dirijo a mi maleta, que se encuentra abierta de par en par en mi cama. 

Escojo una camisa de tirantes ceñida de color negro, unos pantalones grises rotos largos, y unas bambas negras. Mi pelo rosa me lo recojo en una trenza mal hecha de lado. 

Guardo unas cuantas cosas más en mi maleta, y la cierro. Me pongo una cazadora, y bajo con la maleta.

Abajo ya se encuentra mi hermana. Vestía un Vestido marrón claro, por encima de las rodillas, y con un cinturón el la cintura de color negro. Su melena castaña recogida en una cola de caballo. 

Todos se giran hacía mí. Mi tía con desaprovación, mi tío con fastidio, y mi hermana...no lo logro saber.

-¿Nos vamos ya al infierno?-Pregunto aburrida, y enfadada-.

-Sí-Dice secamente mi tía-.

-Estupendo-Pongo una sonrisa falsa que, logran notar-No esperéis ni cartas ni llamadas de nuestra parte. Ah, sí, y en las fiestas, nos vamos con nuestras amigas. No queremos veros más, ¿Vale? Sólo quería avisaros.

Mi tío suspira y niega con la cabeza, mientras que mi tía me mira con odio. 

"Vaya...Tía, el sentimiento es mutuo"-Pienso-.

Mi tío coge nuestras maletas, y las mete en el maletero del coche. Y, yo y Miranda nos sentamos en la parte de atrás de su coche. 

Mi tío entra en el coche, y lo arranca. Coloca el retrovisor frontal, y me mira. Yo, desvío la mirada hacía la ventana.

Al cabo de 20 minutos, estamos en el aeropuerto, y nuestras maletas ya están facturadas, y seguramente, dentro del avión.

"Pasajeros al avión 324, acudan a la puerta 12 para embarcar. Gracias"-La voz de una chica nos avisa que tenemos que montarnos en ese avión, destino: Infierno.

-Bueno...-Comienza mi tío-.

-Adiós-Lo interrumpo, me doy la vuelta y camino hacía la puerta de embarque-.

Escucho como Miranda hace algo parecido a mí.

-Espero que disfrutéis vuestra libertad-Dice con falsa alegría, se da la vuelta y me sigue-.

Rebeldes 1. Dueña de mi Vida. "Reescribiendo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora