Capítulo 13

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Mis ojos se llenan de lágrimas, el oxígeno no llega a mis pulmones, siento que me puedo desmayar en cualquier momento. Esto no puede estar pasando. ¡No puede estar pasando! ¿Por qué?

Samuel- ¿Qué?... ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?

Charlotte- El... -las palabras no me salen y al ver que no quito los ojos de la computadora me la quita-

Samuel- No les hagas caso. Eso es lo que ellos quieren; que tengas miedo. Te aseguro que no nos harán daño, tranquila. - Acto seguido me abrazó-

Charlotte- Es otro correo. Ni siquiera lo tengo en la lista. Mira-señalo la pantalla- dice para que acepte su solicitud. ¡Pero que descaro tienen estos hombres! ¿¡No se cansan de joderme la vida!?

Samuel- Tranquilízate, no permitas que arruinen nuestro día cariño.

Charlotte- Tienes razón. Voy a bloquear ese correo, diré que me amenazan y les bloquearan la cuenta. ¿Cierto?

Samuel- ¡Cierto!

Les bloqueo. No permitiré que me vuelvan a chantajear y mucho menos a amenazar. ¡Que se vayan a la mierda! Ya me han hecho bastante daño, ¿por qué quieren seguir con lo mismo?

Keiden:

El alcohol se ha vuelto mi mejor amigo, no tengo trabajo, todo se ha vuelto una mierda en mi vida... Este ha sido el peor año de mi vida.

25 diciembre 2010

Navidad, no es nada especial sino tienes lo más importante junto a ti. Mi hija. Sus regalos se encuentran en casa, bajo un árbol que muestra claramente mi estado de ánimo. Un pequeño árbol, donde mi familia a dejado los regalos para la más pequeña de la familia, mientras todos comparten y celebran, yo estoy en mi casa discutiendo con mi EX esposa.

Keiden- ¡Quiero ver a MI HIJA!- le grité por decimoquinta vez- Tengo derecho a verla y compartir con ella, también es mi hija. ¡No la hiciste sola! ¿o se te olvida?

Jaymee- ¡No me grites! ¿Te quieres calmar? Yo también tengo derecho a estar con ella, es navidad. No, no se me olvida que la hice contigo, para mi mala suerte. -Al decir lo último bajó el tono de voz, para que no la escuchara-

Keiden- Para la mía-susurré- Tú, la tienes todos los días. Entiende que llevo meses sin compartir con ella, sin verla por tus estupideces. ¡Necesito verla! ¡Quiero hablar con ella, pásale el teléfono!

Jaymee- ¡Scarlette, ven al teléfono!

Scarlette- ¿Papá?

Keiden- -oír esa dulce voz de mi pequeña niña de 3años, es la mejor sensación que he tenido durante todos estos meses, es música para mis oídos- ¡Mi amor! Feliz Navidad. ¿Cómo estás? ¿Estas bien? -

Scarlette- ¡Hola papito! ¡Feliz Navidad! ¿Santa Claus llegó a la casa papito?

Keiden- Sí amor Santa llegó y te dejó muchos regalitos. ¡Te extraño mucho princesa!

Scarlette- ¡Yo también te extraño papito! -empezó a llorar y la madre le quitó el teléfono-

Jaymme- Vete a jugar cariño

Scarlette- ¡Quiero ver a papito! -gritaba llorando-

Jaymee- Tranquilizate Scarlette, no grites.

Keiden- ¿¡Vez lo que ocasionas!? Mira como tienes a la niña por tus cosas

Jaymee- Yo no te mando a que no me quieras dar el divorcio.

Keiden- La nena no tiene porque pagar tus faltas de respeto. ¡No te lo voy a dar!- Al menos no todavía, pensé-

Y sin más me colgó el teléfono, lo último que logré escuchar fue a Scarlette gritando que me ama y me extraña. Es tanto mi coraje que empiezo a romper lo poco que queda en este lugar, que en algún momento llamé hogar. Rompo y grito de frustración, tristeza y coraje. Mi niña, mi pequeña niña. Está pagando por los actos de los adultos, de las faltas de respetos de su madre.

Mi casa está en los altos de la casa de mis padres, tuvimos que construirla debido a que hubieron problemas económicos y no podíamos seguir pagando la renta. Por ayudar a mi esposa me metí en préstamos y ahora me dejó con todos ellos.

Flasback

Llamda telefónica: Jaymee

Keiden: Necesito que me ayudes los pagos son de ambos, no solamente míos.

Jaymee- El documento oficial dice tú nombre, no el mío. 

Keiden- Si acepte el préstamo, era para ayudarte a tí en tus cosas. 

Jaymee- ¿Y tienes que sacármelo en cara?

Keiden- Velo como te dé la gana. No puedo pagar todo ese dinero sólo. 

Jaymee- Mal por ti. Adiós. 

Fin del Flashback

 Al estar en los altos de la casa de mis padres, todo se escuchaba abajo, en la actividad familiar. En un minuto mi hermana estaba tocando la puerta.

Stephania- ¿Keiden estás bien?

No contesté

Stephania- ¡Keiden! Contesta hombre, ¿estás bien?

Keiden- ¿Cómo crees que estoy? ¡Déjame sólo!

Stephania- ¡No ganas nada con destrozar tu casa! Además creo que ya está bueno de estar encerrado- se oye como un carro se estaciona frente a las casas, después de un momento vuelve a hablar- Creo que te gustaría ver quien acaba de llegar hermanito...

Reconozco que me intrigó. Así que decidí ver por la ventana quien acaba de llegar, que según mi hermana, me gustaría ver...

¡No lo creo! ¿Está aquí?   

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