Capitulo 7

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Con mucho amor para ustedes <3

Ligados por el destino

Capitulo 7

Seung Hyun estaba fascinado con el hombre que tenía tumbado debajo de él. Ardía con demasiado deseo como para ser aquel chico tímido que él mayor no podía dejar de seguir con la vista. Pero tanto si se debía al vino como a sus besos, no le importaba. Sencillamente, se sentía condenadamente agradecido de que así fuese.

Sin embargo, si JiYong seguía moviéndose de ese modo, no tendría la fuerza de voluntad necesaria para no poseerlo hasta perder el sentido, algo que preferiría hacer cuando el menor estuviese sobrio y en plena posesión de sus facultades.

-Que te obligue -repitió él mayor al fin y el menor acompañó su sonrisa de satisfacción con otro movimiento de caderas-. ¿Y cómo sugieres que lo haga?

El modo en que JiYong frunció el cejo echó a perder su imagen de hombre fatal. Seung Hyun supuso que no tenía ni idea, en cambio, a él mayor, se le había ocurrido un idea deliciosa.

-Podrías dejarme exhausto -dijo JiYong mordiéndose el labio inferior.

El gesto no consiguió ocultar su interés por la respuesta de él mayor.

Demasiado para el menor, eso era lo que le había dicho. Seung Hyun estaba convencido de que cuando JiYong perdiese del todo su inhibición, tendría que esforzarse para seguir su ritmo. Y Dios sabía que jamás se saciaría de el menor. Sólo de pensarlo se le perló la frente de sudor. ¿Cómo diablos iba a salir de aquel camarote con aquella erección?

-Quítame el pañuelo -le pidió a JiYong.

-Hum... -ronroneó el menor, aprobando la sugerencia de quitarle por fin la ropa.

Llevó las manos al nudo del pañuelo y se lo aflojó tan rápido como se lo permitió su estado de embriaguez.

Por su parte, Seung hyun estaba encantando de ver que le gustaba tanto la idea de desvestirlo. Aunque lo hubiese querido, no podría haber encontrado un lugar mejor que Jamaica para empezar su aventura, una tierra donde el calor y la humedad obligaban a que la gente llevase la menor cantidad de ropa posible.

Cuando JiYong tiró de su pañuelo para quitárselo del cuello, Seung Hyun le sujetó las muñecas y sonrió. Luego agachó la cabeza y lo distrajo con un beso muy sensual. La apasionada respuesta de el menor estuvo a punto de distraerlo a él, pero al final consiguió tumbarlo de nuevo en la cama y pasar el pañuelo por uno de los postes de la cabecera. Le cogió luego las muñecas y se las colocó por encima de la cabeza sin que el menor opusiese resistencia, sino todo lo contrario; JiYong gimió de placer y le succionó la punta de la lengua con tanta fuerza que Seung Hyun notó que una gota de pre eyaculación se deslizaba por la punta de su miembro.

El menor sabía a vino, a lujuria y a pecado, y lo único que quería hacer él mayor era beberse hasta la última gota. Hasta la última gota. Pero sospechaba que, aunque consiguiese hacerlo, jamás saciaría su sed de aquel hombre.

JiYong notó que le anudaba una muñeca y entonces comprendió lo que estaba sucediendo. Abrió la boca sorprendido y se apartó de él mayor para tener una mejor perspectiva. Seung Hyun se arrodilló y le ató la otra muñeca antes de que el menor pudiese quejarse.

-¿Qué has hecho? -le preguntó, con los ojos grises dilatados de deseo y con algo de temor.

-Te he obligado a estar quieto, tal como tú has sugerido. Ya tendrías que saber cómo reacciono ante los retos.

-No estoy seguro de que esto me guste -le dijo en voz baja el menor.

-Te gustará.La necesidad lo había obligado a perfeccionar el arte de dar placer, pues habría sido muy perjudicial para él que un hombre se hubiese quejado de que no lo dejaba satisfecho. No era suficiente con saciarlos; tenía que convertirlos en adictos a sus caricias y a su pene incansable, y Seung Hyun se había dedicado en cuerpo y alma a conseguir precisamente eso, aunque durante todo el tiempo se decía que lo hacía por JiYong.

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