Capitulo 14

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  Ligados por el destino

Capitulo 14

Alguien llamó a su puerta.
Ji sonrió al identificar la cadencia de los golpes. La puerta se abrió sin que el menor hubiese dado permiso y Seung Hyun entró en la habitación con la seguridad de que iba a ser bien recibido.

Era tan guapo que quitaba el aliento. Había cambiado desde que se habían hecho a la mar y mucho más en la semana que hacía que eran amantes. Sus preciosos ojos azules se veían ahora más brillantes y tenía tendencia a sonreír y a mirar al menor con ternura. Su rostro también se había suavizado y eso, aunque pareciese imposible, lo hacía todavía más guapo. Y el modo en que se movía... La sensualidad inherente al mayor también se había apaciguado. Como si estar con el menor tranquilizase a la bestia que tenía en su interior. Era una tontería, pero a JiYong le hacía muy feliz pensar eso.

Seung Hyun se acercó a donde el menor estaba sentado y se agachó para darle un beso en la frente. JiYong levantó la cabeza y refunfuñó para reclamar un beso de verdad.

—Buenas noches —lo saludó, sintiéndose inusualmente feliz por la intimidad que existía entre ambos.

Era similar a la sensación de paz que había tenido viviendo con SooHyuk y al mismo tiempo no era igual. El menor respondía a Seung Hyun de un modo mucho más profundo y complejo.

Le dolía darse cuenta de que su relación con SooHyuk no había sido todo lo que quizá habría podido llegar a ser. Pero también sospechaba que fuera lo que fuese lo que le había faltado a su matrimonio, probablemente había sido debido a Seung Hyun. JiYong no había sido consciente de ello, pero éste se había mantenido oculto entre las sombras, ocupando un lugar en su mente e impidiendo que ningún otro lo conquistase.

—Ahora lo son —dijo el mayor incorporándose y el menor vio que llevaba un cuaderno de piel debajo del brazo.

—¿Qué es eso?

—Trabajo. —Lo dejó encima de la mesa. JiYong le sonrió y devolvió al tintero la pluma con que le había estado escribiendo una carta a su hermana.

—Me alegro de que hayas venido a verme, pese a tener cosas más importantes que hacer.

—Yo preferiría hacerte el amor, pero me temo que estás indispuesto para recibir tales atenciones. El menor arqueó las cejas. Ji se había lastimado un pie esa mañana debido a una caída y bajo el pantalón estaba la gran muestra.

—¿Cómo lo sabes?

Seung Hyun se quitó la chaqueta y la colocó en el respaldo de la silla que JiYong tenía delante.

—¿Y cómo podría no saberlo? El barco es muy pequeño, además no te has movido.

—Eres un hombre muy observador —contestó el menor con una sonrisa.

—No puedo evitarlo —dijo el mayor, devolviéndosela—. No puedo apartar los ojos de ti.

—Adulador —lo provocó—. Y, por desgracia, es verdad que estoy indispuesto. Pero podría darte placer de otra manera...

Seung Hyun se sentó.

—Una sugerencia deliciosa, pero soy feliz simplemente estando contigo.

Ji tomó aire, una reacción necesaria después de que se le acelerase el corazón al oírle decir eso. El mayor lo había dicho como si nada, pero a JiYong le afectaba mucho comprobar que Seung Hyun se atrevía a colocarse en una posición tan vulnerable. Dios sabía que el menor también lo estaba.

—Yo siento lo mismo —le dijo en voz baja.

—Lo sé. —Seung Hyun alargó la mano por encima de la mesa para coger la del menor—. Y no puedo decirte lo mucho que significa para mí que quieras pasar tiempo conmigo, independientemente de que tengamos o no sexo.

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