Capitulo 13
Ji se despertó al notar unos dedos firmes deslizándose por su antebrazo. Estaba recostado boca abajo y tenía un brazo por encima del torso de Seung Hyun. Le dolían algunas partes del cuerpo y se sentía como si hubiese estado practicando sexo durante horas.
Se quedó allí tumbado largo rato, intentando asimilar lo raro que era despertarse con un hombre a su lado. Era sorprendentemente agradable y reafirmaba la sensación de intimidad que se había creado entre ambos mientras hacían el amor.
Fuera estaba oscureciendo. Los rayos de sol que antes se habían colado por el ojo de buey se veían ahora apagados. Habían pasado varias horas y varios orgasmos. JiYong no sabía que su cuerpo fuese capaz de alcanzar el placer una vez tras otra con tanta facilidad, ni tampoco que un hombre pudiese tener tanta resistencia.
Aunque en alguna ocasión Soo Hyuk lo había poseído más de una vez la misma noche, siempre pasaban horas entre un encuentro y el siguiente. Seung Hyun en cambio no tenía que esperar demasiado para recuperarse... apenas unos minutos. El mayor le había dicho que era porque estaba con él, por lo mucho que lo deseaba. Claro que también era más joven que Soo Hyuk. Más joven que él... pero JiYong se negó a pensar en eso.
La mayor revelación de esa noche era que ya no le daba miedo la intensidad de los sentimientos de Seung Hyun. ¿Cómo podía temerlo si el menor sentía exactamente lo mismo? Esa gratitud de la que le había hablado Kim era tan sólo una pequeña parte de las docenas de emociones que experimentaba en su interior. El afecto que sentía por el hombre que estaba tumbado a su lado era tan intenso que se le hizo un nudo en la garganta.
Se movió y colocó una pierna encima de la del mayor y le dio un beso en el brazo. Seung Hyun gimió satisfecho.
—Si hubiese sabido —empezó a decir el mayor con los ojos brillantes— que el sexo iba a relajarte tanto, te habría llevado a la cama mucho antes.
—¿Te parece que esperar dos semanas es mucho? —le preguntó el menor, sorprendiéndose a sí mismo de lo rápido que Seung Hyun se le había metido bajo la piel.
—Han pasado varios años antes de estas dos semanas. —Le cogió la mano que el menor tenía encima de su torso y le besó los nudillos— . ¿Qué ha pasado para que dejases de resistirte y para hacerte cambiar de opinión?
—Digamos que no comprendía todos los aspectos de nuestra relación. Cuando pensaba en nosotros, sólo lo veía como una complicación innecesaria. No tenía ni idea de que tener una aventura fuera lo más natural para una persona viuda, parte del proceso de curación, para que pueda seguir adelante con su vida sin su esposo.
La mano que sujetaba la suya se tensó levemente.—¿Y eso lo has descubierto hoy? — Ji asintió y se le acercó más, hasta que tuvo la mitad del cuerpo encima del mayor. Se sentía cómodo con Seung Hyun. Seguro. Libre.
—Ahora estoy preparado para disfrutar de ti sin reservas, porque sé que cuando llegue el momento de separarnos ambos nos alejaremos sintiendo cariño por el otro. Y yo seré más fuerte gracias a esta experiencia.
—Así que voy a ser una experiencia —dijo el mayor como si lo estuviese pensando—. ¿Y cuándo prevés que llegará el momento de separarnos?
—No tengo la menor idea —contestó el menor, encogiéndose de hombros—. Y la verdad es que ya no me preocupa. —Ya había cambiado mucho gracias al mayor, en más de un sentido. Seung Hyun no iba a ser sólo una experiencia para el menor, sino toda una aventura, tan llena de posibilidades como lo era su viaje a las Antillas.