012 (1/2)

324 29 14
                                    

 Una vez más... ¿Debería dejar que una vez más pase?

- ¿Estás bien? - Me preguntó de repente.

- ... Si, ¿Por qué lo preguntas? 

- No lo sé, sólo... 

- ¿Tienes un dulce? - Cambié de tema. 

- ¿Eh? - Quitó su mirada del frente para enfocarse en mí.

- ¿Dulces? ¿No sabes qué son? - Me burlé.

- Lo sé, sólo que es extraño que me pidas dulces.

- Halloween está por acercarse ¿Qué tiene de malo que pida dulces unos meses antes? - Sonreí burlonamente.

- Dios, pareces un niño de cinco años. 

- Ese soy yo, gracias. - Seguí burlándome. 

- Creo que tengo algo por aquí... - Extendió su mano hasta la guantera que se encontraba frente a mí. Verla extendiendo su mano hasta ese lugar hace que piense cosas extrañas pero no fuera del libro del Kamasutra, por supuesto.

Si tan sólo no tuviera tantas ganas de sonreír por mis pensamientos, todo estaría bien.

- Mira, tengo unas gomitas, las compré hace unos días. - Sacó una bolsa de gomitas de la guantera.

- ¡Mierda! Las conoces. - Sonreí abiertamente compensando el momento en el que no pude sonreír por mis pensamientos.

- Si, las conozco. - Respondió hastiada. - A mi me gustan pero puedes comértelas. - Miraba con cuidado todo el camino. 

- Gracias. - Abrí la bolsa de gomitas. - ¿Qué le pasó a tu amiga? - Le pregunté mientras metía una gomita en forma de oso a mi boca.

- Tuvo un accidente, cayó de las escaleras de la empresa. En consecuencia un hematoma se le formó en el interior de su cráneo haciendo que los doctores le tuvieran que operar. 

- ¿Todo eso sólo por un golpe en la cabeza? 

- De hecho, aún tengo algunas dudas sobre eso... - Murmuró preocupada.

- ¿Es tu mejor amiga? - Pregunté. Creo que si es su mejor amiga podría averiguar más cosas sobre ella.

- No, sólo es mi amiga. - Respondió con seriedad.

- Bien... - ¿Por qué intentar formar una conversación con ella es demasiado difícil?

- ¿Tienes familia? - Preguntó de repente. 

- La tengo, tengo a mamá, al inútil de papá y dos hermanos realmente extraños.

- ¿Seguro? - Sonrió. - ¿No eres sólo tú el extraño? 

- No. - Sus palabras no son medidas, sólo las suelta como si nada. Aún así, es bueno fantasear con ella. 

De repente ella apagó el auto.

- ¿Puedes esperar? - Preguntó drsabrochando su cinturón.

- Lo lamento, no, soy claustrofóbico. No creo poder estar aquí yo solo más de cinco minutos. - Hice una cara tierna.

- ¡¿Qué?! - Me miró desde fuera del auto.

- Agg, estoy diciéndote que no quiero quedarme aquí.

- ... entonces aptesúrate. - Me ordena. - No estoy de humor para lidear contigo.

- Mierda. - Susurré mientras desabrochaba el cinturón. - Creo que debo ir al baño.

Ella se había adelantado y estaba entrando al hospital, Seguí detrás de ella mirando su silueta.
Ella es linda, sexy, su cuerpo hace que mis cinco sentidos fantaséen sin ninguna clase de esfuerzo.
¿Qué demonios has estado haciendo que no te había encontrado antes?
Sin duda alguna soy un maldito bastardo por los pensamientos que tengo sobre ella, pero aún así la quiero. No sólo porque se los haya dicho, sino porque realmente me interesa.

Lake On Fire. (Giriboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora