Capítulo 2 - Ángel Caído

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No era un sueño. ¡Y yo fui tan idiota al tirarme del edificio!

De todas las maneras que hubiera imaginado morir nunca me hubiera imaginado ser yo la causante de mi muerte.

Intenté prepararme mentalmente para la caída, cuando sentí que alguien me cargó en sus brazos antes de que llegara al suelo y se impulsó para salir. Abrí los ojos un momento y pude verlo. Era el ángel. Me tenía entre sus brazos sin mirarme.

Tal vez él era mi ángel guardián, después de todo salvo mi vida.

Cerré los ojos y así los mantuve hasta que sentí que aterrizó. Al abrir nuevamente mis ojos me encontré en un gran bosque. Daryl me dejó bruscamente en el suelo haciéndome perder el equilibrio y casi caer al suelo.

—Gr-Gracias... por salvarme. —Mi voz sonó entrecortada, no sabía si era a causa del frio o porque podría haber muerto hace unos 5 minutos.

El solo me ignoro y por su expresión supuse que estaba pensando en algo complicado y su mente se encontraba en otro lugar.

— ¿Eres mi ángel? —Las palabras salieron de mi boca sin permiso y tan rápido que no logre detenerlas, ni pensarlas. Aunque ciertamente sí pensaba que era mi ángel, debo admitir que la pregunta sonó bastante estúpida incluso para mí.

El me miró como si me hubiera vuelto loca, y por un momento me sentí avergonzada. Si no era mi ángel, entonces solo era un ángel que se había cruzado en mi camino y decidió salvarme. Él seguía sin decir nada y se me hacía difícil saber que hacer ahora, tal vez si caminaba entre el bosque daría con mi casa.

Comencé a caminar hacia lo que yo creía que era el exterior del bosque. No di más de cinco pasos cuando una mano me agarró del brazo haciendo que me detuviera.

— ¿A dónde vas? —Daryl tenía el ceño levemente fruncido.

—A mi casa.

Daryl lo pensó por un momento, pero la fuerza de su brazo no disminuía tal vez era por el frio que no sentía el más mínimo dolor.

— ¿Realmente te quieren ahí?

Sus palabras me sorprendieron, sonaron duras y de cierto modo sabía que era verdad, nunca fui bien recibida mas que por mi padre. Y si no era bien recibida en mi propia casa, no esperaba ser recibida en ningún otro lugar, mucho menos con una persona que no conozco.

Intente soltarse de nuevo mientras él me obligaba a caminar adentrándonos más en el bosque. De pronto sentí una extraña sensación. Una mezcla entre ansiedad, preocupación y un poco de miedo. Al parecer Daryl también presintió algo porque dejo de caminar.

Antes de que pudiera preguntar algo, él me empujo entre unos arbustos que estaban cerca, solté un pesado suspiro por la sorpresa, y antes de que pudiera levantarme él me dirigió una mirada amenazadora mientras negaba disimuladamente con la cabeza, decidí quedarme agachada entre los arbustos e intentar mirar sobre ellos. De cierta manera Daryl me aterraba un poco, su mirada era fría, su rostro no había expresado mucho desde que lo vi por primera vez y aunque no llevo conociéndolo más de una hora no quería seguir sola con él en medio del bosque.

De pronto cuatro hombres aparecieron entre los árboles. Todos ellos muy altos y con rasgos muy atractivos. Se que no debería estar pensando en si son apuestos o no, pero no voy a intentar ocultar lo obvio.

Daryl se alejó unos metros del arbusto donde estaba escondida.

—Los rumores corren rápido, y hemos escuchado que tú tienes al mestizo. — Uno de ellos comenzó a hablar mientras se acercaban a Daryl. El nuevo extraño chico tenía el pelo rojizo un poco largo, piel blanca y ojos café oscuro.

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