Parte 6

2.8K 187 18
                                    

Al día siguiente el humor de Poncho había empeorado, y lo noté a penas Kuno me dejó en casa después de la U. Hablaba (o discutía) por teléfono.

-¡No, maldita sea! No necesito tus explicaciones... Es que tampoco me importan.. ¡Si, como no!.. Ya superalo ¿no? - Y colgó. Luego con enojo estampó el control remoto contra la mesa. Yo di un saltó sorprendida, pero luego lo miré con enojo fui hasta él.

-Oye oye cavernícola. Aquí no se tiran las cosas ¿eh? Tus descargas a otra parte.

Se giró hacia mi con enojo.

-Si te preocupa el control remoto compro cuatro si quieres.. ¿No tienes otra cosa que hacer fuera de aquí? Como jugar con tus muñecas, por ejemplo.

-¡No! ¡Esta es mi casa y estoy donde se me antoje!

-Al menos piérdete de mi vista.

-¿Y si no quiero? -alcé el mentó y puse los brazos en jarra, desafiante. Su mirada recorrió mi cuerpo de arriba abajo, lo que me hizo sentir un poco nerviosa, pero al mirarme a los ojos hizo una mueca de desagrado.

-Madura ¿si?

-Y tú se hombre y aprende a tratar a una mujer.

-Niña, querrás decir.

-¡Yo. no...

-Y creo ser más hombre y más maduro que la nena de tu novio. -me interrumpió.

-¡Kuno no es una nena! Y me trata mucho mejor de lo que tu en la vida podrás tratar a una mujer.

-¿Estás muy segura de ello?

-Lo estoy.

-¿Verdad? Y en la cama ¿que tal? -separó las piernas y se cruzo de brazos. -Porque si te lo hace como te tocaba en la fiesta, déjame decirte que me dio sueño. Ya entiendo por que vives amargada.

Yo reí histérica.

-No soy una niña cono piensas, Alfonso. Lo que hago en cama lo disfruto, no me hace falta nada. -«que mentirosa eres Anahí» pensé para mis adentros.-... ni nadie. -agregué sin pensar y al ver que alzaba las cejas quise golpearme con algo por bocona.

-¿Verdad? -rió él. -¿Hombres tampoco te faltan?

-No, puedo tener a quien quiera... cuando quiera. -alcé las cejas desafiante, tampoco es que era mentira, tenía a muchos niños detrás solo que no me interesaban. - ¿como es que llegamos a este tema?

Él apretaba la mandíbula.

-Porque me pareces una niña inmadura, y no me has convencido de lo contrario. -lanzó el control a la mesa y se alejó escaleras arriba.

***

-Te juro que no lo soporto Dul. Es un cavernícola.

-¿Si? Así son tan sexys.

-¿De verdad parezco una niña? -le pregunté, obviando su comentario.

-No, amiga. Solo lo hace para molestarte.

Me paré frente al espejo de mi cuarto con el teléfono en la oreja. Mis camiseta de flores, mis pants holgados y pantuflas de Hello Kitty decía todo lo contrario. Hice una mueca de desagrado, necesitaba arreglar eso.

-¿Kuno parece una nena?

Dulce rió.

-¿También te dijo eso?

-Si.

-¿Quieres que sea sincera?

-Si, Dul. Por ello te lo pregunto.

-Okey, no te enojes, pero si. Kuno parece nena, muy.. huevo sin sal. Muy lento. Muy..

-Ya, ya Dulce. Pero yo lo amo. Me consiente, me trata bien, nunca se enoja, es romántico, amoroso y no importa que tenga yo que... fingir... en la cama. -me callé.

-.... ¡¿Qué?! -exclamó Dulce dejandome sorda. -¿me estás queriendo decir que no te complace?

-Si lo hace, pero...

-Nunca acabas con él y tienes que fingir un orgasmo. - terminó por mi.

-Um, si. -musité-Pero tal vez no sea él, tal vez sea yo la del problema.

-¿Tú?

-Si, yo.. Dul, yo solo he estado con él íntimamente así que no tengo como.. Pues.. comparar. -dije sin mordiéndome el labio.

-Bueno amiga, ya sabes como lo puedes averiguar. -rió.

Mas tarde dejaba el lápiz en la mesa, no podía concentrarme en en plano que hacía. ¿Tendría razón Dulce?

No, era una locura. No podía engañar a Kuno de esa manera.

Pero necesitaba saber.

Dulce me sugirió que debía acostarme con alguien. Alguien un poco mayor y más experimentado.

«En nombre de la ciencia, amiga» había dicho. «Debes descartar que seas tu la de ese pequeño gran problema»

Tal vez y la solución era hablar con Kuno, pero Dulce me explicó, con sus palabras elocuentes, que hacer eso era herirle el orgullo de hombre. Y yo no quería eso.

Mientras hacía circulitos en el papel, Aarón vino a mi mente. Lo había conocido en una fiesta hacía meses y por mucho tiempo estuvo tirándome la onda. Era de la escuela de actuación y bastante guapo, fuerte, cabello corto y ojos marrones claro, una buena cara para la pantalla, pero para ese entonces no estaba interesada.

Aunque ahora tampoco.

Él sería un buen candidato, pensé, era de esos picaflor pero denotaba experiencia y virilidad por montones. Suspiré derrotada..

Lo haría.

Más tarde me resigne a que no me lograría concentrar en los deberes y decidí bajar a preparar algo de comer. Pero al pasar por el espejo ahogué un gemido: no podía salir en tales fachas.

Busqué en el armario un short de jean y una camisa rosa de tiras que hacía que mis pechos de asomaban sin respetos por el escote.

¿Niña, eh? Me sonreí al espejo. Definitivamente cuerpo de niña no tenía.

Al bajar Poncho estaba en la cocina preparándose un sándwich, al verme entrar frunció el ceño.

Lo ignoré y fui hasta el congelador y saqué todo lo que necesitaba para prepararme el mejor de los sándwiches. Poncho solo veía mientras yo untaba las salsas, cortaba los ingredientes y colocaba todo en los dos panes. Saqué un jugo de mora y le coloqué tres cubitos de hielo. Me senté frente a él y daba un mordisco a uno de los sándwiches.

-Se ven.. Apetecibles. -musitó él, y por su cara supe que no se refería a mi sándwich precisamente.

-¿Quieres probar?

El se atragantó y tosió. Yo sonreí.

-No. No, gracias, ya.. ya me llené.

-Tu te lo pierdes. Saben muy muy bien. -sonreí y di otro mordisco.

El alzó una ceja y luego los entrecerró los ojos verdes, penetrandome con ellos.

-Buenas noches. -dijo cortante, se levantó y se fue escaleras arriba.

De nuevo terminaba cenando sola, pero esta vez con una sonrisa de satisfacción en los labios.

----------------------

¿Quieren otro? Comenten😊 se acerca lo bueno. 

Mi Hermanastro (terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora