Parte 36

3.1K 186 19
                                    

Oí a Poncho murmurarle algo a mi madre de que iba a localizarme mientras terminaba de colocarme el vestido. Ella le agradeció y le informó que saldría a visitar a mi abuela junto con el Sr. Alfonso, como hacían cada domingo.

La puerta se cerró y yo pude salir del cuarto de baño, ya vestida. Poncho estaba aún mirando hacia la puerta cerrada, algo pálido.

—¡De la que nos libramos!—bromee abrazándolo, pero el no me abrazó de vuelta. —Hey ..

—Si tu mamá llega a enterarse de lo nuestro, va a odiarme —me interrumpió. Yo hice una mueca.

—No tiene por que enterarse.

Lo que realmente quería decir era que no tiene por que importarle, a fin de cuentas no somos hermanos ni hacemos nada malo. Pero a Poncho de un tiempo para acá le preocupaba mucho la imagen que proyectaba hacia mi madre, eso me agradaba porque sabía que le había tomado gran cariño pero al mismo tiempo no quería que se tomara muy enserio el papel de hermano mayor. No lo eramos.

Oímos la puerta de entrada cerrarse y el coche del papá de Poncho salir del garage. Poncho por fin respiró tranquilo.

El resto del día lo pasé en estudiar para un parcial que tenía con Antequera al día siguiente y más tarde tomar el sol frente a la piscina leyendo un libro. A Poncho no lo vi hasta ese momento que decidió darse un chapuzón.

Era tan sexy cuando de su piel morena caían gotas de agua y sus rulos le tapaban la cara mientras salía de la superficie, también cuando se los apartaba hacia atrás y me dedicaba una sonrisa.

—¿Por qué no dejas ese libro y te metes conmigo acá? —me invitó.

—Mmm, la propuesta es tentadora. —coloqué el libro de Deepak Chopra sobre la mesilla y me dirigí hasta él con paso sensual, quería volverlo loco así que mientras me acercaba me  desanudaba el pareo y lo retiraba con mucha lentitud. Veía en sus ojos desespero por ver si el biquini era tan pequeño como lo era el de arriba ,y vaya que lo era — Pero.. ¿que obtendré a cambio?

—Placer.. Uno o dos orgasmos tal vez.

Reí ante esa directa propuesta, sabía muy bien que tan cierta era. Eso me excitó en segundos. El pareo cayó al suelo dejando ver el minúsculo biquini que cubría solo lo necesario, Poncho entrecerró los ojos mientras me acercaba y me sentaba en la orilla de la piscina. Él llegó hasta mi y me rodeó por la cintura, yo atrapé su boca con la mía y muy lentamente nos besamos. Sus besos lograban transportarme a un universo paralelo y al mismo tiempo me hacían sentir en casa, era extraño y hasta daba un poco de vértigo esa sensación pero era imposible dar marcha atrás.

Estaba atrapada.

Sus besos bajaron por mi cuello, por mis pechos y mi estomago, yo lo tomaba por el cabello pidiéndole exactamente lo que él sabía que necesitaba. En segundos estaba recostada en el suelo con mis piernas en si cuello y su cara entre mis piernas, retiró mi pequeño bañador y pasó su lengua justo donde lo necesitaba, yo gemía y me estremecía, su lengua era algo de lo que jamás iba a aburrirme, de eso estaba segura. Siguió su trabajo hasta hacerme llegar al límite en unos pocos minutos, mis piernas temblaron y por más que traté de contenerme me vine en su boca. El lamió mis jugos mientras trataba de volver mi respiración a la normalidad. Era tan jodidamente bueno esto que casi maldecí haber perdido tanto el tiempo fingiendo con Kuno.

Mi Hermanastro (terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora