VIII

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Capítulo VIII: «Jauregui.»
[Lauren POV]

Existe. La persona que aún no sabía que estaba buscando. La persona que, contra todo pronóstico, me hará claudicar. Ella es real. Ella es. Me cuesta mucho creerlo, escucharlo, verlo o ni siquiera pensar en ello, puede que de tanto despedirme incluso haya perdido la fe. Pero ahora mejor que nunca sé que ella existe, no es que yo crea que existe, es que lo sé. Existía mientras yo leía, lloraba, trabajaba, estudiaba, vivía. Ella respiraba, soñaba, hacía yoga o macramé. Da igual. Puede que acabará de cambiar de pareja, puede que ya hubiera decidido abandonar la universidad. Puede que hasta se haya cruzado conmigo por la calle, puede que se encontrará tan cerca de mi que aún ni siquiera la había logrado enfocar. El caso es que ella es y ella está. Nada menos. Nada más. La persona que me amará, esa persona que me querrá bien. La media naranja mecánica dispuesta a triturar mi melancolía y comerse de un bocado mis prejuicios. Existe quien sea que me quiera. Existe alguien que no me juzgue continuamente, alguien que no se plantee nada más que estirar mi boca, que no está mal, para empezar. Hacerme latir con más fuerza. Dedicarme horas extras. Estar en silencio y sentirnos cómodos. Disfrutar.

Esa persona existe. Aquella para la que nos hemos estado preparando toda la vida. Aquella que dará sentido a todos nuestros fracasos. A nuestras rupturas absurdas. A nuestras noches en vela. A todos los días que hemos decidido olvidar. Aquella que no le importa qué tenemos, ni qué hemos conseguido en la vida, sino simple quienes somos. Y ya está. Con nuestros defectos y nuestras virtudes. Con las cosas malas y las cosas buenas. Todo. Lo que sea. Es nuestro sueño hecho realidad.Porque la vida es un sumatorio de miedos y esperanzas. Que son las únicas variables, al final. Los grandes problemas de cualquier ser humano. Las dudas, las ilusiones.

Entrar en una relación que nos hace ser más nosotros cuando estamos juntos. Ser de una vez por todas, un equipo, dos que sienten uno, lo que viene siendo amar. De nosotros depende que nos lleguemos a encontrar.

De mi depende echarlo todo a perder, o no. Por qué sé, en lo más profundo de mi ser, que ella es mi alma gemela. Tal vez sea demasiado pronto como para decirlo, después de todo, ¿cuántas horas llevo junto a ella como para hablar de un para siempre a su lado? No lo sé, pero no me importa. No creía en el amor a primera vista, siempre he pensado que era para los superficiales, pero es mentira. No puedes amar una persona por su físico, por lo tanto un flechazo no es cuando ves sus espectaculares curvas, es cuando tus ojos.. Se funden en los suyos y sientes ese pequeño cosquilleo en tu interior, sin que ni siquiera te rocé. Porque no hace falta que te toqué, ya te ha enamorado con sus ojos. Porque después de todo, ¿los ojos no son las puertas del alma? Es verdad que suena cursi, y yo no soy de esas. Pero sé que cuando ví Camila, algo en mi cambio. Mi vida se convirtió, en ese instante, en un antes y un después. Antes de conocerla. Después de haber tenido el privilegio de hacerla entrar en mi vida.

¿Quien diría que Cupido es a veces tan bruto? Porque me hace conocer la persona, que sé, que me es destinada cuando sabe que jamas podré tenerla.. ¿Quien es bastante trágico como para hacer que me enamoré de la única persona que me mirará con odio el resto de mi vida cuando sabrá quien soy?

Sinceramente, esperó que te pudras en el infierno Cupido.

Ambas nos quedamos callada todo el resto del viaje hasta SoHo, supongo que estaría preocupada por su hermano, y la verdad es que debería. Las probabilidades de llegar a Chandler sin que nos mataran o nos metieran en la subasta también eran tan baja que rozaban lo imposible. Pero al igual que Camila, yo también estaba preocupada por mi hermano. Él estaría en la subasta, riéndose de esos pobre niños que no han pedido nada, y cuando me verá.. Hará todo lo posible para matarme, eso lo tengo más que claro. Pero ahora también sabía que si Camila veía mi hermano su impulso de venganza haría lo imposible para llegar a él y matarlo de las peores maneras frente a mi familia. Lo cúal la harían matar a ella y seguramente a su hermano.. A Justin y a mi. Todos acabaríamos muertos y eso no era una posibilidad. Era imprescindible que Christopher no me viera esta noche, así no se acercaría y Camila tenía muchas menos probabilidades de verlo, por que si lo hacía, perderíamos un tiempo extra no recuperable. Y jamás podría perdonarme haber sido una piedra más en el camino de Camila para encontrar su hermano. Ni creó que ella sería capaz de perdonarme haberle escondido mi apellido y los lazos familiares que compartía con el asesino de su hermana menor.

—Estas muy callada, ¿todo bien? —Preguntó Camila, o eso creó, no la escuché del todo demasiado centrada en mis propios pensamientos. —Hey, todo saldrá bien. — Dijo sonriendo antes de acariciar la palma de mi mano, haciéndome olvidar todas mis preocupaciones en un instante con solo fundir mis ojos en los suyos. —Te lo prometo.

—Camila.. —Suspiré y me miró con una fina sonrisa, debía decirle lo que nos esperaba dentro.

—Ya hemos llegado. —Afirmó Justin haciendo que mi pequeña conexión con Camila se rompiera al instante sin dejarme decirle lo que debía más que nunca decirle. —Bien.—Suspiró Justin.—Vamos. 

—Camila, espera. —Dije agarrándola del brazo izquierdo una vez todos fuera del camión.

—¿Que ocurre?¿No puede esperar?

—Nunca me has preguntado mi apellido, y gracias a dios me alegro de ello, pero ahora tienes que saberlo.

—Lauren..

—No, por favor, dejame hablar.
—Supliqué y la ví asentir. —Nací en la familia equivocada, o eso siempre he pensado. Mis padres son grandes personas, caen muy bien a millones de personas, pero aman más que nadie la purga y todos sus beneficios. Al menos mi padre. Mi madre digamos que está locamente enamorada, tanto que si mi padre le dijera que ha matado a un inocente ella buscaría el lado bueno. Tuve un hermano, Christopher. —Vi su rostro cambiar al oír ese nombre pero ella no dijo nada. —Era un niño.. Dulce y encantador. Un niño incapaz de matar una mosca, y lo sé por que lo he vivido. —Dije con una fina sonrisa. —Era un niño perfecto, y era mi hermano. Pero creció. Y cambió tanto que esta misma noche quiso matarme. ¿Por que? Por ser diferente a él. Porque cuando me ve, tan solo ve lo que él ya no es.

—Lauren por favor.. —Suspiró, un suspiro lleno de emociones.

—Jauregui. Me apellido Jauregui, y mi hermano Christopher es el que mató tu hermana Sofia.

De mi dependía echarlo todo a perder, o no. Cuando ví Camila, algo en mi cambio. Mi vida se convirtió, en ese instante, en un antes y un después. Antes de conocerla. Después de haber tenido el privilegio de hacerla entrar en mi vida. Y a este mismo instante, mi vida de nuevo cambió. Antes, cuando sus ojos brillaban al verme, y después.. Cuando sus ojos se convirtieron en un basto y oscuro marrón al mirarme. Si, definitivamente, Cupido, ojalá te pudras en el infierno.

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The Purge |||Camren|||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora