33. Scott

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Dedicado a Xx_lyubov_xX (perdón por la tardanza 😅)

-¡Matthew quedate quieto! -grité mientras perseguía a mi sobrino por toda la casa.

Mi hermano y su esposa habían querido tener un día de relajación sólo para ellos, dejándome a cargo del demonio que tienen por hijo. Amaba a los nenes, no me malinterpreten, pero nunca había sido buena con ellos, no sabía como tratarlos o cuidarlos, pero no había podido negarme, sabía cuanto lo necesitaban.

Matthew se subió al sillón mientras reía histéricamente y empezó a saltar de uno a otro jugando a que el piso era de lava. Había tratado de detenerlo, pero el lograba escabullirse entre mis brazos y volver a su juego.

-¡Basta Matthew! -grité tratando de agarrarlo, pero saltó justo cuando mis manos estaban por agarrar su cuerpito.

En el momento que aprendió a gatear todos supimos que iba a ser un problema. Tiraba de la cola de su gato, trataba de tocar los enchufes, tiraba de cables, tiraba sillas, te agarraba las piernas cuando ibas a dar el paso y terminabas en el piso. Cuando aprendió a caminar las cosas empeoraron, a tal punto que ahuyenta a las niñeras, con tan sólo 3 años.

El timbre sonó y suspiré aliviada. Tomé a Matthew en el aire, justo cuando saltó y corrí a la puerta mientras lloraba y jalaba mi cabello.

-¡Matthew! -me queje cuando tiró de mi oreja.

Abrí la puerta y sonreí. Scott, mi novio, rió al ver como el mocoso de mi sobrino volvió a tirar de mi oreja.

-Hola amor -saludó Scott y el nene al escuchar su voz dejó de llorar y estiró los brazos para que lo agarre. Scott lo agarró en sus brazos y luego me dio un beso-. ¿Causándole problemas a tu tía?

El nene río en sus brazos y luego Scott lo soltó. Matthew corrió de nuevo al sillón y Scott besó mi mejilla mientras suspiraba de cansancio.

-¿Cómo andas? -preguntó dulcemente mientras caminábamos al living donde Matt seguía saltando.

-Agotada -rodé los ojos-. Lo estuve persiguiendo desde que sus papas se fueron, no se queda quieto.

-No te preocupes -dijo entre risas-, ya se va a cansar.

-Es que ese es el punto, no lo hace. Traté de que duerma la siesta, pero obviamente no quiso y lloró hasta que lo deje ir.

Rió levemente y pasó su brazo por mi cintura, atrayéndome a el en un abrazo de lado. Recargué mi cabeza en su hombro mientras veía al nene saltar.

-¿Qué hora es?

-4:30 -besó mi frente.

-¿Lo miras mientras preparo la merienda?

Asintió y besé su mejilla. Fui a la cocina y empecé a preparar la merienda. Escuché murmullos, estaban hablando, pero no podía escucharlos. Hice café para Scott y para mi, chocolatada para Matt y tostadas con manteca y dulce de leche.

Me apoyé en el marco de la cocina cuando los vi a los dos sentados en el sillón, dándome la espalda y hablando.

-¿Vos y la tía que son? -preguntó el nene curioso.

-Ella es mi novia.

-¿La querés?

-Más de lo que te podes imaginar.

Sonreí. Con Scott sólo llevábamos juntos 3 meses, aunque nos conocimos en jardín con Stiles, pero nunca habíamos dicho más que simples "te quiero".

-¿Ella lo sabe?

-No -negó-, pero pienso decírselo pronto.

-¿Por qué no me deja en paz? -preguntó el nene y fruncí el ceño.

-Porque se preocupa por vos.

-¿Cómo vos por ella? -inquirió el nene curioso.

-Claro -asintió Scott.

-Tengo hambre -dijo el nene cambiando de tema y supe que era mi pista.

-Ya está la merienda -dije despegándome del marco.

Matt saltó del sillón y corrió a la cocina. Scott se paró y me sonrió. Tomó mi mano al llegar a mi lado y entramos en la cocina. Nos sentamos enfrente de Matt y empezamos a merendar.

-Tía -llamó Matt y lo miré-. ¿Me querés?

-Claro que si cariño -respondí con el ceño fruncido y una sonrisa, sorprendida-. ¿Por qué la pregunta?

El nene se encogió de hombros en respuesta y mire a Scott quien sonreía divertido.

-¡Terminé! -gritó el nene, bajo de la silla y salió corriendo.

-Sigo esperando que se canse -suspiré.

-Si no se cansa va a ser más fácil que duerma esta noche.

-Cierto -asentí.

Escuchamos una caída y luego Matt empezó a llorar. Con Scott rápidamente nos paramos y corrimos al living. Matt estaba en el piso, boca abajo, con su manito en su pera.

-Ay cariño.

Me senté al lado del nene y lo senté en mi regazo mientras acariciaba su cabeza. Mencioné que era mala para esto, ¿o no? Ni siquiera sabía como consolarlo.

-Damelo -murmuró Scott al ver mi pobre intento por que deje de llorar.

Sentó al nene en el sillón, quien seguía llorando, y se agachó enfrente de el. Tomó la cara del nene entre sus manos y dejo ver un pequeño raspon en su pera.

-¿Qué te parece si vamos por un helado? -preguntó Scott sonriendo dulcemente.

El nene enseguida dejó de llorar y sonrió, olvidándose del raspon. Asintió enérgicamente y saltó del sillón una vez más. Suspiré aliviada, al menos no lloraba.

Salimos de la casa y caminamos hasta una heladería cercana. Scott compró helado para los tres y Matt se lo deboro para luego ir a jugar con unos nenes.

-Gracias por esto -apoyé mi cabeza en su hombro.

-No te preocupes -besó mi frente mientras que su brazo libre lo pasaba por mi hombros-. Te amo.

Lo miré asombrada, no esperaba que lo dijera aún. Estaba más que segura de que yo sentía lo mismo, pero no creía que el también lo hiciera.

-También te amo.

Sonrió y se acercó a besarme pero la voz de Matt nos interrumpió.

-Quiero irme.

Con Scott lo miramos y el sonreía inocentemente. Rodé los ojos y nos paramos. Maldito nene del demonio.

-Vamos -dijo Scott tomando su manito.

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