teen wolf imaginas

38. Liam x Cora

Pedido por Magg-- (perdón por la demora babe, pero acá tengo tu pedido 😘)

Narra Liam.

No se que había pasado, tal vez era el hecho de que ella era una quimera, tal vez porque estuvo junto a Theo, tal vez simplemente no sentía la mismo. Hayden y yo habíamos cortado, la relación no estaba llendo a ningún lado. Pensé que me iba a sentir peor, pero estoy bien, apenas pienso en ella.

Hace unos días entró esta nueva chica, Cora Hale. La manada quedó muy sorprendida al verla y a mi se me hacía conocido el apellido. Luego me explicaron que era la hermana menor de Derek, tiene mi misma edad y ya había estado hace un tiempo en Beacon Hills, pero había tenido que irse.

Cora y yo nos convertimos en grandes amigos, era una chica genial y me encantaba su actitud. De más está decir que me parece sumamente linda y que me gusta, pero dudo que sienta lo mismo. Ella es como Derek, siempre sería, y no se que es lo que pasa por su cabeza.

Iba tan distraído que cuando me di cuenta estaba cayendo. Ahora me encontraba en un hoyo y podía escuchar su escandalosa y adorable risa. Habíamos estado persiguiendo a Theo por el bosque, ambos sabíamos que algo ocultaba pero nadie nos creía.

-¡Cora! -grité frustrado, sólo yo caía en un hoyo-. ¿Me ayudas?

-Oh vamos lobito -dijo burlona y se acercó al borde. Se acuclillo y sonrió de lado.

-¿No vas a ayudarme? -fruncí el ceño.

-Nop -dijo haciendo sonar la "p", se paró y se fue de mi vista.

Suspiré y concentrado salté fuera del hoyo. Ella me miró sorprendida y luego sonrió de lado.

-Y yo que iba a ayudarte.

-Si -rodé los ojos y me puse a su lado mientras empezábamos a caminar-, me imagino.

-Enserio -me codeó.

Exactamente una semana paso y ya no puedo soportarlo. Aquella noche en el bosque descubrí que estaba enamorado de ella. Pensé que luego de Hayden me costaría volver a enamorarme, pero descubrí que nunca me había enamorado hasta ahora, Cora me hacía sentir algo que nunca antes había experimentado. Cada vez que tomaba mis manos, cosa que hacíamos a menudo por costumbre, la mía empezaba a sudar y una corriente eléctrica recorría mi brazo, igual que cuando me tocaba. La cercanía que antes no me importaba ahora me incomodaba y ponía nervioso, me hacía querer terminar con ella. Ya no miraba sus lindos ojos verdes oscuros cuando hablábamos, no podía sacar mi vista de sus gruesos labios rosaceos.

Unos brazos rodearon mi cintura por atrás, por su fragancia supe que era ella. Besó mi mejilla y luego se puso a mi lado, me hacía sentir un cosquilleo en la panza. La miré con una sonrisa y enseguida me puse nervioso.

-¿Ya nos vamos?

La escuela había terminado y yo la había estado esperando para ir a mi casa a estudiar. Tarde o temprano sabía que tendría que decirle sobre mis sentimientos y sabía que el momento había llegado.

-Vamos.

Tomó mi mano, como siempre, y caminamos unas cuadras hasta mi casa. Subimos a mi habitación y empezamos a estudiar. Sabía que la prueba de química era al otro día, pero no podía dejar de pensar en sus labios y tampoco podía dejar de mirarlos.

-¡Liam! -gritó asustándome.

¿Es que siempre iba a estar distraído con ella cerca? ¿Era eso lo que me provocaba?

-Cuando te vas así siento que me querés ignorar un rato -dijo con una sonrisa ladeada y rió.

-Créeme que no -negué mientras reía.

Revoleó los ojos en broma. Sus lindos ojos verdes.

-Volvamos a lo que estábamos.

-No, espera -dije decidido y me miro confundida-. Tengo que decirte algo, es ahora o nunca.

-Bien -se sentó en la cama con las piernas cruzadas a mi lado, yo estaba en el borde.

Me tomé un momento para pensar. Los nervios habían tomado control sobre mi cuerpo, haciéndome sudar y temblar. Maldita Cora y lo que produce en mi. Inhale y exhale profundamente, tranquilizandome.

-No se que es lo que vos pensas de mi -Frunció el ceño y miré el piso-, pero yo se lo que siento por vos. Cora yo te amo -la miré, estaba sorprendida- y necesitaba decirlo. Tal vez no sientas lo mismo y halla arruinado la amistad, pero no quiero arrepentirme por no habertelo dicho y perder una oportunidad que tal vez no tenga.

Su expresión se había suavizado. Sonreía de lado con cariño y tomó mis manos dándoles un apretón.

-Me encantas Cora -murmuré mirando sus ojos-, te amo.

Tomó mis mejillas, confundiéndome y luego sus labios chocaron con los míos y empezaron a moverse. Tardé en entender lo que pasaba, pero por obvias razones le correspondí el beso. Nunca antes me había sentido así besando a alguien. El estómago no dejaba de dolerme, pero de una buena manera. Sentía que todo a nuestro al rededor había desaparecido, que sólo estábamos nosotros y que éramos los protagonistas del momento. Una corriente eléctrica me recorría de pies a cabeza, pero se sentía bien y no quería que acabase.

-También te amo Liam -murmuró, con nuestras frentes juntas, sobre mis labios y volvió a unirlos.