Siento mi cuerpo pesado. Me remuevo un poco y siento cómo me toman por las muñecas, escapándose de mis labios un pequeño jadeo de dolor por la fuerza en que la sostienen.Abro lentamente los ojos, acostumbrándome a la tenue luz que baña la habitación, luego de un momento comienzo a ver todo nítido, encontrándome a la señora Lincoln con una bata negra a los pies de la cama, observándome impasible de brazos cruzados bajo su pecho y a mi lado un señor que me sostiene fuertemente de las muñecas, pero al ver que no hago o digo nada las suelta y mete sus manos en los bolsillos de su bata, esperando cualquier reacción que nunca llegará.
Aún estoy en esta casa. Yo debería de estar muerta...
—Bienvenida otra vez al mundo, señorita Lincoln —siento como mi cara se descompone de golpe. ¿Se-señorita Lincoln?
—¿Estará bien, doctor? —pregunta la señora secamente al ver que no respondo.
Cierro los ojos unos segundos sabiendo o imaginándome lo que se me aproxima cuando ese doctor cruce por esa puerta y no vuelva a entrar. Estoy acabada.
—Sí, señora Lincoln. En estos momentos se encuentra estable y está fuera de peligro, por suerte no tomó la dosis necesaria como para tener que hacerle un lavado de estómago, pero tiene que seguir las indicaciones que le dejé en esta hoja —le entrega una hoja mientras giro mi cabeza a la derecha, encontrando a mi lado un recipiente lleno de vomito y en el se pueden ver algunas pastillas.
—Gracias, doctor Hoffman. Greta lo acompañará a la salida. —Greta entra a la habitación y me da una mirada rápida pero muy preocupada, para luego bajarla y esperar al doctor que recoge sus cosas y con un asentimiento de cabeza se despide de la señora y sale por la puerta junto a Greta.
Mi corazón comienza a acelerarse rápidamente a la espera de lo que tenga que venir. Tímidamente fijo mi mirada en ella que se acerca lentamente, pero a paso firme y amenazante. Cuando llega a mi lado me toma de la mandíbula con fuerza, haciéndoseme imposible no soltar un jadeo de dolor.
—Escúchame bien. —me mira directamente a los ojos—. No vuelvas a intentar matarte, que de nada te servirá. Desde hoy dormirás con Leila en otra habitación y Greta irá a verlas cada cierto tiempo para que no cometas locuras. No dejaré que arruines todo —masculla suave pero firme y fríamente, hasta que asiento levemente y suelta mi cara.
Se levanta y sale de la habitación, dejando la puerta abierta y lo único que puedo hacer es llevarme la mano a la cara en donde me pescó, dejándome adolorida. Suspiro aliviada, pensé que seria una catástrofe a gran escala, pero hay algo que ronda mi cabeza desde que lo mencionó. ¿Quién es Leila? ¿Dónde está? ¿Otro proyecto de sumisa? Cierro los ojos de tan sólo pensarlo, ¿Cómo puede ser posible que ésta señora nos quiera vender como un mueble? ¿No tiene corazón?
Con las pocas fuerzas que tengo, me levanto de la cama y camino hacia el gran espejo que muestra mi reflejo. Tengo unas notables ojeras negras alrededor de los ojos, piel blanca como la nieve, ojos apagados, delgada hasta los huesos y mi cabello todo hecho nudos, encontrándome solamente con una bata de baño.
Me quedo estática, observándome en el espejo.
Lo que era antes y lo que soy ahora. Un fantasma, una mujer muerta en vida, que ya no encuentra nada de alegre en esta vida, todo es dolor y sufrimiento. Dicen que la vida te va preparando poco a poco para lo que viene en el futuro, pero ya estoy harta de levantarme sola cada vez que caigo.
—Señorita —es Greta. Hago un simple movimiento con la mano sin dejar de verme en el espejo—. Me ha mandado la señora Lincoln a ayudarla a ir a su nuevo cuarto. —pestañeo un par de veces y giro lentamente la cabeza en dirección a ella que me mira preocupada—. ¿Está bien? — pregunta—. ¿Por qué lo hizo? —una lágrima solitaria desciende por mi mejilla dejando un ligero rastro de ardor.
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Juntos por el Destino: Dulce Tentación | TERMINADA
Fanfiction«No juegues con fuego, que te puedes quemar...» Nombre original: Juntos por el Destino Obra registrada en SafeCreative bajo Novela Fanfic. No se aceptan copias ni adaptaciones de las mismas.