XVII

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La pequeña chica llevaba una maleta por lo que suceder pudiera.

Tenía las máximas expectativas de esta noche.

Por fin podría gritar, gemir y demás sin miedo de ser escuchada.

La camioneta del maestro Bowers se paró cunado vio a Neve en la banqueta de la parada de camiones que estaba por su casa.

-Hola guapa, ¿quieres un caramelo? -bromeó.

-Mi madre dijo que no debía subirme a los carros de hombres malos -se mordió el labio.

-Tu madre tiene razón, ¿quien sabe lo que un hombre malo podría hacerle a una inocente ovejita como tu?

-¿Quien es inocente? -se subió al carro y besó al maestro hasta que su labial rojo terminó en el cuello de él.

-¿Quien es inocente? -se subió al carro y besó al maestro hasta que su labial rojo terminó en el cuello de él

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La chica que sentía lo que era un corazón RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora