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Neve salió confundida del teatro, Sam estaba sentado en una banca mirandola. Ella fue a sentarse a su lado mientras suspiraba.

-Veo por tu cara que no te fue como esperabas.

-No es eso -sacudió su cabeza-, es solo...que no se que fué lo que ocurrió allí adentro.

-Niña, no te entiendo nada -rodó los ojos mientras contestaba un mensaje de texto.

La lista salía a final del día, así que por ahora Neve solo tenía que preocuparse de terminar su reporte de ciencias.

Cuando estaba en clase de gimnacia, el profesor Bowers entró y discutió un tema con el entrenador Gordon quien tras hacer sonar el silbato, llamo a Neve por su apellido como siempre solía hacer.

-Digame entrenador -dijo la chica después de atravesar desde el otro lado de la cancha.

-Acompaña a el maestro, será mejor que lleves tus cosas y te cambies al final de la clase.

-Si señor -la chica tomó una toalla de su mochila y se secó el sudor de su frente y trató de cubrir su aroma con perfume aunque es dificil ocultar el aroma a adolescente.

-Neve, me alegró de verte -dijo el señor Bowers en los pasillos.

-¿Sucede algo? -preguntó angustiada.

-Es solo un pequeño inconveniente...

-Es sobre la obra, ¿cierto? -se reprochó -.¡Puedo intentarlo de nuevo! ¡Se que lo haré mejor!

-Tranquila -se rió el maestro -. De eso no me preocuparía si fuera tu, tienes el papel.

Ella respiró aliviada.

-Pero tratemos de que sea un secreto hasta la salida, ¿bien? -la chica asintió -.De lo que quería hablarte es sobre tu tarea de la ilustración.

Ella estaba realmente confundida, ¿acaso no le había gustado su ilustración de un tocadiscos?

-No entiendo.

-Creo que es un poco inapropiada, debí ir con el director pero sabes que esas cosas no van con mi enseñanza asi que preferí discutirlas contigo.

-Pero no veo por que mi ilustración es inapropiada.

El maestro abrió el sobre que tenía en la mano y aquel dibujo de la chica desnuda que sostenía su telefono con la entrepierna. Las mejillas de Neve se tornaron en ese torno carmesí que siempre había odiado y le arrebató el trabajo.

-Es que...ese no...

-Ya lo suponía -el maestro metío sus brazos en los bolsillos de sus jeans -. Aunque debo decir que es un muy buen trabajo y como artista debo decir que te admiro.

-¿En serio? -ella abrazó el folder y desvió la mirada del él.

-Si, los trazos son finos y las sombras estabn bien empledadas, no cabe duda que eres hija de Steve Balk -dijo refiriendose al padre de ella.

Oh, no.

Neve sacó el folder correcto de su mochila y se lo dió, después se dispensó y dijo que iria a cambiarse pero la verdadera razón por la que se marchó fue para no escuchar la historia de nunca acabar.

La chica que sentía lo que era un corazón RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora