La llegada

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Tal y como María había supuesto, Dalas llegó a su casa esa misma tarde; pudo ver desde su ventana cómo él cruzaba la calle en dirección a su portal. Mientras cruzaba, una fan se le acercó corriendo y él la recibió con una gran sonrisa y un abrazo. "Ingenua", pensó María; "No sabes lo que se oculta detrás de esa infame sonrisa". La chica se hizo una foto con él y luego se fue con paso ligero mientras escribía algo en Whatsapp (o al menos eso creyó ver María, que, desde la esquina de su ventana, tenía dificultades para ver bien qué es lo que se cocía allí abajo).
Dalas desapareció de su campo visual y eso significaba que estaba accediendo a su edificio. María sabía que él conservaba las llaves de su casa y, este hecho que antes tanto la había atormentado, ahora no era más que un engranaje en su maquiavélico plan.
Todo iba según lo planeado.

Miare's Project: REVENGE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora