Miare's Project: REVENGE

El fan

Ya era oficial: Ella y Dalas ya no estaban juntos. Más allá de sentirse triste, lo que sentía era una terrible vagancia por tener que salir a dar explicaciones a la cámara. Y también una terrible inquietud ante el hecho de que su ahora Ex-pareja le había demostrado que estaba mal de la cabeza y que no sabía controlar del todo su ira (algo que había empeorado con el paso del tiempo).
Todo marchó con normalidad hasta que una noche, María pudo oír con claridad como alguien estaba trasteando con la cerradura. Se quedó de piedra en la cama, y cuando consiguió tomar el coraje necesario para acercarse a la puerta, la cerradura dejó de moverse y alguien se alejó del portón con paso ligero. María se quedó congelada a unos metros de la puerta, sin saber bien qué hacer ahora. ¿Debía abrir? ¿Debía obviarlo?
Acabó obviándolo.
Esa noche no consiguió conciliar el sueño, pues había algo que la atormentaba: Dalas se había quedado con la copia de las llaves de su casa. Cuando los primeros rayos de sol aparecieron por su ventana, María, finalmente se durmió.
Y mientras dormía, en aquel espacio onírico sin fronteras ni leyes en el que se transforma nuestra mente durante el sueño, María llegó a la conclusión de que debía armarse y prepararse para el contraataque en lugar de volver a pasar ni una sola noche sin dormir por culpa de ese puto gilipollas.
Se negaba a cambiar la cerradura.
En su lugar, al cabo de los días, consiguió que un Fan con el que ya había hablado en varias ocasiones le facilitase (de manera totalmente ilegal) una escopeta y como treinta cartuchos de la misma. El Fan no le pidió nada a cambio, hecho que significaba que sí que quería algo a cambio, pero por desgracia para él, lo que realmente quería que pasase no iba a suceder.
María le pago quinientos cuarenta euros y al Fan le pareció una buena alternativa al polvo con el que había fantaseado.
María la guardó debajo de su cama y no la volvió a tocar hasta que le mandó el mensaje a Dalas unos meses mas tarde.