—Tomás, ya hemos hablado de no hacer bromas de ese tipo —Le recalcó Richard sin voltearse al mago.
—¡No es una broma! no he dormido bien por eso. Hay alguien que me sigue... Escucho pasos —Insistió Tom, su actitud comenzaba a cambiar para ajustarse a la situación.
—A ver, no duermes bien porque un sujeto te acosa, ¿ves lo ridículo que suena eso?, tus chistes malos daban más gracia —Se mofó Liam, el cual se maquillaba como payaso. En su voz se notaba el sarcasmo a kilómetros. Eso hizo que la mayoría se riera por la verdad obvia.
—Apuesto mi sombrero a que son ustedes —El mago aun conservaba esas sospechas aunque no tuviera pistas.
—Si fuero yo o alguno de nosotros, no lo haríamos tan obvio. Nuestras formas de divertirnos no son tan raras como las tuyas —Contesto Liam, colocándose pintura roja en partes de su cara así completando su disfraz.
Esa fue la gota que colmó el vaso. Tomás gruñó y frunció el ceño al escuchar tal insulto para él, en eso, se volvió hacia él y golpeó con fuerza una caja que posaba en frente. El golpe fue tan fuerte llegando para callar a todos y dejando que el silencio se expandiera como polvo en el aire.
—¿Me estás diciendo que estoy loco y que soy raro? —Indagó el mago aun con su mano en la caja. Ya su amabilidad se había terminado, ahora solo quería que le creyeran por eso su mirada reflejaba furia.
—No insinúa, es que lo eres... — Mencionó el dueño del león el cual sostenía un látigo.
—Muy cierto. Ahora cambia la talla de tu sombrero, Tom; aprieta demasiado y te hace ver cosas —Agregó uno de los acróbatas desde la cuerda floja, a pesar de la altura, se escuchó lo que quiso decir.
Ya de ese momento, se rieron por las bromas. Al pelinegro no le hizo ni una pizca de gracia. Se quedó parado escuchando como nadie lo tomaba en serio.
—¡Cállense! —Tomás gritó demasiado fuerte callando a los otros.
Lo volvieron a mirar pero esta vez de manera rara. El mago se dio cuenta de lo que pasaba con él, así que se disculpó con todos y les agradeció por el tiempo de escucha a sus problemas. Sin nada más que decir, se fue a su camerino o vagoneta donde se sentó en la cama.
Se quedó pensando en quien podría ser, si nadie le creería, tenía que comprobarlo por sí mismo para no perder la esperanza. Volvió a sentir la repulsiva sensación, casi al momento, se levantó y miró al bosque por la ventana, sabía de donde provenía y ya lo iba a comprobar sí o sí. No sería tan difícil para alguien que sabe usar magia, en eso, su mirada se ajustó a la oscuridad del bosque, mantuvo la mirada hasta que logró ver una lamparilla verde, su portador vestía con una chaqueta de cuero vieja por lo que se observaba.
Tom trataba de comprender de quién era. Nunca lo había visto en algunos de los shows o en la entrada, por eso se le hizo bastante extraño el sujeto. Era un hombre alto y en sí, daba incomodidad al verlo, eso hizo que al mago le diera mas curiosidad por saber quién era y por qué lo acosaba.
—¡Oiga, señor, usted! —Exclamó Tomás desde su ventana, se inclinaba más hacia afuera a un punto donde casi se cae de cara. Retomó el equilibro al darse cuenta de lo inclinado que estaba, una vez esto, volvió a mirar donde encontró al hombre— ¿¡Qué?! —Se sorprendió, al no poder visibilizar a su acosador.
Se había ido pero la terquedad del mago le impulsó para que saltara y fuera al bosque a buscar respuestas por sí solo.
—Oh, no, tu no te vas, desgraciado —Pasó por encima la madera del camerino sabiendo que el hombre se había desvanecido.
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♠El origen de Magic Phantom | OC Creepy♠
FantasíaEl maravilloso Big Laugh Circus llega a un pueblo donde la oscuridad y la tristeza domina. Desean ayudar para devolverles las sonrisas, pero drásticamente, desapariciones formar parte de los días. ¿Que pasará? ¿Donde está? ¿QuIÉn h...