—¡Tomás! —Alzaron las voces todos. Y de repente, comenzarom a correr hacia el mago. Le dieron un gran abrazo de grupo mientras hacían sonidos de felicidad por su regreso.
La mujer castaña fue la primera en darle la cálida bienvenida, a pesar de la ropa sucia de Tom, seguían celebrando.
La alegría volvió en ese conmovedor momento. Richard se separó del grupo y se paró sobre su taburete para anunciar una fiesta de despedida y bienvenida.
Hicieron una gran fiesta invitando a casi todos los del pueblo, dejando a un lado las especulaciones de "Big Laugh Circus" y sus chismes, celebraron junto a ellos. Mientras que tomaban cerveza y la música sonaba por todas partes. Aquella euforia que se olía en el algodón de azúcar, o en los colores vivos de cientos de luces. Ya había regresado.
Tomás como siempre, hacía una pequeña demostración de su magia para un par de niños los cuales observaban con atención.
—Algunas veces, las ilusiones simplemente no las creemos por el hecho de que no podemos comprender lo que acabamos de ver —Explicó Tom concentrado, luego hizo desaparecer una pelota en frente de su joven público.
Con un movimiento rápido el mago se acercó a un niño, poniendo su mano detrás de su oreja para sacar la pequeña pelota de ahí y terminar la frase.
—Pero si aceptamos lo desconocido y lo ilógico nos daremos cuenta de que siempre estuvo allí —Los niños aplaudieron alucinados por aquel mini-acto. Sin embargo; la sonrisa de Tom no era muy de fiar, parecía sospechoso en sí pero no nadie prestó atención a eso.
Tomás sacudió el cabello de uno de los niños y después se fue alejando mientras se inclinaba ante ellos, como muestra de gratitud.
Llegó a un momento donde los perdió de vista ya que estaba en la sección donde posaban las vagonetas de los trabajadores y de inmediato se dirigió a la suya. Antes de abrir la puerta alguien lo abrazó por la espalda, por su altura y sus manos, pensó que era Rubí y así fue.
—Rub, me asustaste —Se rió el pelinegro con su mano en la puerta.
—Lo siento, solo que estaba preocupada por ti... Aunque ahora parece que estas mejor, ya no estás, ¡Cu-cu! —Le respondió Rubí haciendo el sonido de un reloj con un pájaro. El sonido que hacen cuando alguien esta zafado de la realidad.
Eso hizo reír un poco a Tom pero abrió la puerta y entró rápidamente, antes de que la castaña dijera otra cosa, cerró la puerta en su cara. Lo que confundió a Rubí, entonces entró de forma cuidadosa, observó la pequeña habitación que estaba aun desordenada y a oscuras. Notó al muchacho sentado en su cama con las manos que cubrían su cara mientras dejaba su sombrero a un lado.
—¿Pasa algo, Tomás? —Le investigó ella mientras se sentaba cerca del mago.
—Yo lo hice... —Susurró en respuesta a la pregunta, debido a la música Rubí no pudo comprender lo que quería decir.
—¿Hacer qué...?
—Cuando escapé, quise comprobar que no mentía, por eso fui a buscar al hombre pero no encontré nada. Me sentía desorientado así que necesitaba desahogarme, comencé a golpear cosas hasta que me tropecé con un pequeño niño. No sé por qué en ese momento mi mente se tornó en blanco, cuando recapacite, me di cuenta de lo que hice... —Narró Tom mientras sus ojos solo miraban al frente sin ninguna expresión.
La dulce afonía que penetra en los más fuertes, se coló entre ellos. La música al fondo calmaba las inquietudes de Rubí, quien no comprendía absolutamente nada. Hasta que los ojos de Tom se dirigieron a ella, no de una manera en la que conocía, ni siquiera pensaba que él tuviera un alma en ese momento.
—Rubí... ¿Sabes lo qué es cuando ya no soportas reprimir? ¿O callar algo que quieres gritar? —Habló por fin el mago— Necesitaba hacerlo... Quería... Enloquecer.
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♠El origen de Magic Phantom | OC Creepy♠
FantasíaEl maravilloso Big Laugh Circus llega a un pueblo donde la oscuridad y la tristeza domina. Desean ayudar para devolverles las sonrisas, pero drásticamente, desapariciones formar parte de los días. ¿Que pasará? ¿Donde está? ¿QuIÉn h...