Parte 2-

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Los vampiros esperaban todos agrupados en el castillo de Alexander, que una vez fue para uso académico.

Después de que Anna se fuera aumentaron las ganas de Alexander de aniquilar y someter al resto de razas. Había obligado a todo ser bajo su poder a trabajar durante cuatro años para aumentar las habitaciones y las salas de entrenamiento. Cualquier vampiro capaz de luchar, lo haría. Aunque eso supusiera dejar el resto de castillos abandonados. Necesitaba a todos los de su especie con él, e incluso hizo tratos con humanos y magos para tenerlos a su lado también.

Bellatrix no era considerada de ese mundo, era una aberración de la naturaleza para muchos seres que habitaban este planeta; y tenían razón, la híbrida no era de ese mundo. Alexander utilizo la excusa de que Bellatrix era fruto de una relación prohibida para que muchos seres se juntaran a él. Incluso tenía a los hombres-lobos, que vivían bajo tierra, casi a su merced.

Cada noche los vampiros se levantaban y preparaban su alzamiento. Niños/as, mujeres y hombres. El tiempo estaba en su contra, tenían poco más de tres meses y solo actuaban de noche; ya que el sol calentaba la piedra del castillo y aquello parecía un horno. Además, el verano traía consigo noches cortas.

-¿Alexander?-Aura entró en la sala de baile del castillo, después de que Bellatrix rompiera una de las paredes Alexander había entrado pocas veces allí.

-Dime.-dijo el con voz seca sin girarse a mirar a su esposa, miraba un punto fijo en la pared, donde la híbrida había hecho el agujero. 

-La noche está al caer.-dijo la vampiresa-Y los demás empezaran a salir, prepárate.

El asintió, era, con otros tres vampiros, el más viejo del lugar. O por lo menos el más viejo que seguía despierto. En guerras pasadas los y las militares vampiros más importantes fueron dormidos y congelados. Pero, con el fin del verano, llegaría el fin de su sueño.

El sol se escondió y dio paso a la luna. Iban a ser tres largos meses. Los y las más jóvenes no tenían ni idea de todo lo relacionado con las demás razas y de cómo atacar, así que sus lecciones eran cortas y básicas, con lo cual sabían que perderían a muchos por el camino.

Muchos vampiros y vampiresas solo tenían ganas de salir y atacar, no utilizaban la cabeza y sus ganas de matar los acabarían matando a ellos. Otros utilizaban demasiado la cabeza y se demoraban en atacar, algo que también acabaría con ellos. Además, ninguno trabajaba en equipo. Aquello era un desorden y acabaría destrozando a Alexander. Quien apenas dormía o comía.

Los vampiros no eran los únicos que se preparaban. En el sur Marcus, quien se había enterado de los planes de Alexander, había juntado a magos, hombres-lobo y caballeros. Estos últimos los encabezada una pareja cuyas caras Bellatrix reconocería nada más ver.

-¿Cuándo le enviaras la carta a la pequeña híbrida?-dijo una voz sacando a Marcus de sus pensamientos.

Estaban en una torre desde donde podías ver el desierto que se alzaba desde allí hacia todas las direcciones. Para los hombres-lobo y humanos del sur el desierto había sido su mejor aliado en guerras anteriores. Ya que a muchas tropas enemigas les costaba cruzarlo, y pocos, como Marcus, conocían el sendero que hadas y elfos habían construido con cenizas de antepasados muertos, donde crecerían arboles tan fuertes que ni siquiera el abrasador calor del desierto podría destruir. Es por allí donde había llevado a Bellatrix hasta el castillo donde formaban a los caballeros.

-¿Cuándo vas a convertirte en pájaro?-preguntó Marcus a modo de respuesta.

La maga adopto la forma de un cuervo negro. Era de las pocas magas que podían cambiar de forma.

Cuando la maga, ahora cuervo, se había colocado en la ventana de la torre Marcus le dio una carta que esta cogió con el pico y echó a volar. Tenía que recorrer aquel mundo desde una punta hasta la otra, así que Marcus se sentó en la mecedora que había delante de la ventana y esperó.

Espero que te guste mi regalo, Bellatrix.-el mago río para si mismo.

Aguardó hasta el anochecer antes de dormir durante días.

Guerra entre razas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora